INFORME ESPECIAL

Julian Iula Schand: El nieto que falta



Edición Impresa » 01/10/2014

Angel Iula y Silvia Schand desaparecieron en la Dictadura. Ella estaba embarazada de tres meses y se piensa que el hijo de ambos habría nacido en cautiverio. Sus abuelos aún lo buscan. Los otros casos locales.

La restitución de la identidad a la nieta 116, recuperada a partir de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, así como la llegada de Ignacio Hurban, quien nació como Guido Carlotto y es el nieto de la presidenta de esa institución son dos datos que vuelven a encender una luz de esperanza en Florencio Varela.
En este rincón del Conurbano, sigue faltando el hijo de la pareja de Ángel Alberto Iula y Silvia Raquel Schand, ambos secuestrados en el mes de mayo de 1978, cuando la joven cursaba su tercer mes de embarazo.
Nietos de nuestra ciudad son también Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa y María Belén Altamiranda Taranto.
Los dos primeros, mellizos apropiados por un comisario, ganaron protagonismo cuando se conoció su historia y la familia apropiadora huyó del país. A María Belén la encontraron más recientemente, en Córdoba, donde sigue viviendo, aunque periódicamente visita a su familia en nuestra ciudad.
El 17 de julio último, Martina Ruiz de Schand, abuela de Plaza de Mayo y madre de Silvia, falleció sin haber podido reencontrarse con el nieto o nieta que le dio su hija.
Al matrimonio lo secuestraron el 26 de mayo de 1978.
Los jóvenes se habían conocido cuando cursaban juntos los estudios secundarios en el Instituto Santa Lucía, se enamoraron y se casaron. Su inquietud social los llevó a militar en el PCML, una de las divisiones del Partido Comunista, que tenía una presencia destacada en la zona suroeste de Quilmes. Esa era su base territorial de operación.
Sin embargo, su secuestro se produjo en la Ciudad de Buenos Aires, aunque su paso por un centro clandestino de detención está registrado en El Banco, a unos doscientos metros de la intersección de la Autopista General Ricchieri y el Camino de Cintura, partido de La Matanza, a pocos metros del Puente 12.
Al igual que Ángela Iula, la otra abuela, la mamá de Ángel, Martina Ruiz de Schand se sumó a las Abuelas de Plaza de Mayo. Las dos buscaron incansablemente a sus hijos que tenían apenas 20 años al momento de su secuestro.
Hay testimonios que dan cuenta de que tanto Ángel como Silvia estuvieron con vida en El Banco, el centro clandestino de detención que funcionó hasta agosto de 1978.
Lo que se desconoce es lo que ocurrió con Silvia una vez que ese lugar fue cerrado, pero hasta donde se recogieron testimonios, su embarazo seguía en curso. Es por eso que desde Abuelas de Plaza de Mayo confirman que el nieto, o nieta varelense sigue siendo buscado.
La madre quería ponerle Julián, si era un varón. Y Ángela Iula, su abuela, siempre confesó tener la certeza de que el pequeño había nacido y que era un hombre, que además debía parecerse a su hijo.
Hoy son las familias de ambos las que continúan la lucha, la hermana de Silvia, Lucía; y Nicolás, hermano de Ángel, así como las propias familias de cada uno de ellos.

Los reaparecidos

Los mellizos Reggiardo Tolosa, son hijos de María Rosa, secuestrada en nuestra ciudad en 1977, estando embarazada de seis meses, y de Enrique, desaparecido ese mismo año, en Lanús.
Desde el retorno de la democracia el testimonio de una ex detenida había permitido dar con ellos, quienes habían sido apropiados y anotados como propios por el subcomisario Samuel Miara.
En 1986, un juez ordenó realizar los análisis para confirmar la identidad, circunstancia que no pudo darse porque el apropiador y su familia huyeron a Paraguay.
La pericia recién pudo concretarse en 1989, después de que el ex uniformado fuera extraditado a nuestro país. Si bien en ese momento se confirmó que eran hijos de María Rosa y Enrique, no fue sino hasta cuatro años después cuando la Justicia les restituyó la identidad.
Los chicos estaban confundidos cuando comenzaron a entablar una relación con su familia biológica, y la fuerte campaña de los medios fogoneando para que se quedaran con su apropiador entorpeció los inicios de esos contactos.
Hasta alcanzar la mayoría de edad, los chicos estuvieron con una familia sustituta y mantuvieron contacto con sus apropiadores (Miara preso) y su familia biológica.
Hoy, uno de ellos vive en la ciudad de Rosario, mientras que el otro lo hace en Buenos Aires y milita, además, en la agrupación Kolina.

María Belén

La joven tiene dos hermanos que al momento del secuestro de sus padres en la casa de Florencio Varela en la que vivían, tenían 2 y 3 años. Curiosamente, fueron dejados en la casa de una vecina, que a su vez se los dio a sus abuelos paternos.
A Horacio Antonio y Rosa Luján, los papás de María Belén, se los llevaron a Campo de Mayo, destino casi obligado de los militantes del PRT-ERP, la agrupación de izquierda.
Con siete meses y medio de embarazo al momento de ser raptada, Rosa no llegó a término con su embarazo, y su hija nació en el Hospital Militar de Campo de Mayo a los ocho meses de gestación.
La beba nació por cesárea y pasó muy poco tiempo con la madre, aunque el suficiente para recibir el nombre de María Luján. Varios de los detenidos fueron testigos de ese momento, y de los datos que aportó la madre. Entre ellos, Elena Alfaro, una de las sobrevivientes que más aportó al esclarecimiento de numerosas causas, con datos respecto a todas aquellas personas con las que había compartido cautiverio.
Ella prestó testimonio en 1985, en el Juicio a las Juntas. En 1998 y 1999, en los Juicios por la Verdad, lo hicieron a su vez Susana Reyes y Ana María Di Salvo.
Desde la noche misma del secuestro en su vivienda ubicada cerca de la Escuela Nº 3 de Florencio Varela, en el barrio de Villa Mónica, las dos abuelas buscaron intensamente al bebé que esperaban sus hijos, cada una por su lado.

Seguir esperando

Las Abuelas lo señalan en cada oportunidad que tienen, tras cada aparición de un nuevo nieto: ya están grandes, y cada vez son menos las posibilidades que tienen de estar vivas cuando aparezcan los chicos.
Sin embargo, la lucha no decae, y son los tíos y los primos los que, en cada caso, siguen llevando adelante la búsqueda, como ocurre con… ¿Julián?... el hijo de Ángel y Silvia.


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