El Frente Renovador y Nuevo Encuentro cuestionan la legalidad de la Rendición de Cuentas 2013.
A medida que avanza la cuenta regresiva hacia las elecciones de 2015, la tensión entre el oficialismo y la oposición en el Concejo Deliberante está llegando a límites extremos.
Los concejales del Frente Renovador y de Nuevo Encuentro se levantaron de la sesión del 18 de septiembre, dejando a los ediles del Frente para la Victoria en una situación irregular e incómoda que los llevó a hablar de un «contubernio» de sus pares.
Cuentas aprobadas ¿sin quórum?
En realidad, el problema lleva ya algunos meses. En la sesión del 22 de mayo, durante el tratamiento de la Rendición de Cuentas del Ejercicio 2013, los opositores cuestionaron que tres integrantes del bloque del FPV estuvieran votando sobre la ejecución de un gasto en el que ellos intervinieron: es que tanto Andrés Watson, como Mariana Corrales y Amancia Báez formaron parte en distintas Secretarías del Departamento Ejecutivo el año pasado. En ese momento, y tras un cuarto intermedio, el oficialismo impuso su número, siguió deliberando, los opositores se fueron del recinto y las cuentas fueron aprobadas, solo con los votos de la bancada que responde al Intendente Pereyra.
El planteo, originado en que los concejales no pueden ser «juez y parte», fue llevado al Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires, acompañado de jurisprudencia basada en un caso similar, que tuvo lugar en la localidad de Salto.
En el escrito ante el órgano de contralor, se explica que «los concejales no podían y no debieron participar del tratamiento y mucho menos de la votación… La participación y la emisión del voto aprobatorio por parte de dichos concejales afecta la validez de todo lo actuado y resuelto con relación al expediente en trámite… Dado que estos tres concejales no estaban habilitados para participar del tratamiento de las cuentas, su presencia en las bancas no puede computarse válida ni tener efectos valederos, por lo tanto cuando los ocho concejales opositores nos retiramos del recinto solamente permanecieron en sus bancas nueve concejales (incluida la presidente del cuerpo) habilitado para el tratamiento del proyecto… y con ello el Concejo Deliberante quedó sin quórum reglamentario para sesionar».
Esta última circunstancia, la «falta de quórum», haría que todo lo decidido en relación a la rendición de cuentas no tuviera valor legal.
Habla el Tribunal
El Tribunal de Cuentas emitió dos dictámenes al respecto. Uno a cargo de la Secretaría de Asuntos Jurídicos, y el otro, firmado por la Secretaría de Consultas. En el primero, se dice que «la participación de concejales en el tratamiento y aprobación de una rendición de cuentas del Departamento Ejecutivo del ejercicio en el que esos concejales se desempeñaron con cargos en dicho Departamento, estarían incurriendo en una incompatibilidad y en la vulneración del principio de división de poderes… No parece razonable que integrantes actuales del Departamento Deliberativo analicen y juzguen una gestión de la que ellos mismos fueron parte activa anteriormente cuando se desempeñaban en el Departamento Ejecutivo, ya que estarían ejerciendo el doble rol de juez y parte al tener bajo análisis y aprobación su propia gestión…
Y tras citar el caso similar acontecido en Salto, agrega: «los tres concejales… debieron haberse abstenido de participar en la sesión solicitando la licencia correspondiente y dejando su lugar a los concejales suplentes… «, concluyendo: «ante esta irregularidad, la aprobación de la rendición de cuentas del ejercicio 2013 … resultaría carente de efectos». Sin perjuicio de que la Rendición igualmente quedará aprobada, el Tribunal de Cuentas podrá aplicar sanciones, y, al haberse sesionado sin quórum, queda abierta la posibilidad de un cuestionamiento judicial. La Secretaría de Consultas adhirió al dictamen, que no fue objetado por los vocales.
Los dejaron solos
El 18 de septiembre, los concejales de la oposición volvieron a retirarse del Concejo Deliberante luego de que Dardo Ottonello planteara una cuestión de privilegio pidiendo tratar lo resuelto por el Tribunal de Cuentas -algo que aparentemente tomó por sorpresa a la bancada pereyrista- y no se diera curso a su solicitud.
Esta vez, a los doce ediles del Frente para la Victoria se sumaron Daffunchio y Carasale, el primero ahora del bloque «Kolina» y el segundo, del bloque «Tupac Amaru», pero ambos alineados con Pereyra.
Lo más llamativo es que la presidente del cuerpo, Laura Ravagni, se «olvidó» de tratar el pedido de su compañero Jorge De Rosa quien solicitó «archivar» la cuestión de privilegio de Ottonello, continuando con el orden del día y dejando en un limbo legal a la sesión y todos los temas aprobados en ella. En realidad fue una doble gaffe: De Rosa a esta altura debería saber que no se puede «archivar» algo que no está escrito, sino solo pedido oralmente. Y Ravagni también tendría que haber llamado a votación ante la intervención del ex titular del obsecuente Sindicato de Trabajadores Municipales de Florencio Varela.
Ante esta nueva irregularidad, en la próxima reunión del Concejo, el 2 de este mes, el concejal Ottonello adelantó a Mi Ciudad que volverá a pedir la nulidad de la ordenanza que aprobó las cuentas de 2013, y por supuesto, que se resuelva la «cuestión de privilegio» planteada en septiembre. Algo para lo cual, paradójicamente, debería pedir que se «desarchive» algo que jamás pudo haber sido «archivado», por su inexistencia física.
El oficialismo, por su parte, se defendió con un comunicado firmado por los ediles de los bloques PJ-FPV, Kolina y Tupac Amaru que manifiesta su preocupación por «la falta de respeto a la democracia y al Honorable Cuerpo por la actitud asumida por parte de los Bloques Nuevo Encuentro y Frente Renovador, quienes en una actitud caprichosa se retiraron del recinto evitando un debate», en alusión a lo acontecido en la sesión del 18 de setiembre pasado.
«Este contubernio naciente nos llena de temor por las acciones que desarrollan los integrantes de dichas fuerzas políticas- sigue diciendo el comunicado- ya que al salir de la sesión pareciera basarse solamente en la tarea de entorpecer las cuestiones que realmente le importan al vecino de Varela. Creemos que el disenso es sano para fortalecer la democracia, pero las actitudes vividas hoy no hace más que lesionar uno de los poderes que manifiestan defender».
2015 todavía no llegó en el calendario, pero se hace sentir –y cómo- entre las bancas del Concejo Deliberante. Es toda una señal de lo que nos espera de aquí hasta las Elecciones. Y como se dice siempre, esto recién empieza.