Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
El caso de la bebita muerta en la Guardería del Sindicato Municipal en 2004, a un paso del juicio oral. Sandra Quiroga, la madre de la niña, dialogó con Mi Ciudad sobre la actualidad del expediente. El gremio que agrupa a los trabajadores de la Comuna cerró el local de la tragedia después del hecho, y nunca más volvió a abrir sus puertas.
En 2004, José Torres y su esposa, Sandra Quiroga, eran empleados de la Municipalidad de Florencio Varela. Y como otros compañeros, en el horario de trabajo, dejaban a su hijita Martina, de seis meses de edad, en la Guardería «8 de Noviembre», que el Sindicato de Trabajadores Municipales tenía sobre la calle Mitre de esta ciudad.
Pero el 27 de octubre de ese año, cuando José pasó a retirar a la nena, se encontró con una trágica noticia: la chiquita ya no estaba allí, sino en el Hospital «Mi Pueblo», donde luego se enteraría de su muerte.
En esos días, así lo contó José a Mi Ciudad: «Llegué a la Guardería a buscar a mi hija a la una y cinco, o una y diez... Ví a todos los padres llorando, y no sabía qué era lo que había pasado. Lo primero que pensé fue en una intoxicación, o algo así. Alguien dijo «ahí está el padre, avísenle»... Y una maestra estaba hablando por teléfono, y seguía hablando... No terminaba. Me dijeron «ella te va a decir», pero no cortaba. No sé con quién hablaba tanto... Cuando por fin cortó, me dijo «tu nena se atoró, se puso morada y la llevamos urgente al Hospital». Está bien, le dije, y la saludé. Hasta luego, me dijo. Y fuí al Hospital. Pero la maestra me mintió. Cuando llegué al Hospital, estuve parado en la puerta de la Guardia y a los cinco minutos salió un médico que me llevó a un cuarto aparte y me dijo «lamento decirte esto, pero la nena ya entró muerta...».
-¿Qué pasó cuando fue al Hospital?-
- Que un médico, cuyo nombre no puedo acordarme, como es lógico, porque desde ese momento yo no me acuerdo de nada, me dijo que la nena ya había entrado muerta, que hicieron las reanimaciones del caso, lo que se intenta normalmente, pero que no se pudo hacer nada. La nena ya entró muerta, me repitió. Queremos saber lo que pasó, quién es el responsable. Ese día había dos maestras al cuidado de la nena, y la nena estuvo tres horas sola...
Pese a que la Guardería tenía un cartel que decía: «Intendencia Municipal de Florencio Varela» y «Asociación Mutual de Trabajadores Municipales de F. Varela», y en el mismo edificio funcionaba un Jardín de Infantes, sus administradores hicieron todo tipo de maniobras para desentenderse del asunto. Se decía que el Sindicato carecía de «personería gremial» y que el Jardín no estaba inscripto en la Dirección General de Escuelas. Se decían muchas otras cosas, pero nadie se hacía responsable por la muerte de la nena.
José y Sandra fueron a la Justicia… El camino que los esperaba era largo y complicado.
En una multitudinaria marcha realizada en diciembre de ese año, Sandra leyó un escrito que conmovió a los presentes: «Hoy hace dos meses que mi vida cambió. Dos meses que vivo con este vacío que quema el alma y no me permite llorar. Dos meses desde que alguien dijo «Hicimos todo lo posible, pero su hija murió»... Qué feas palabras para una madre, palabras que aún hoy no comprendo pues cada mañana que empieza me pregunto si son verdad, si es real o es un mal sueño...».
Un año después
Un año más tarde, una extraña pericia hablaba de una supuesta bronquiolitis de la menor -circunstancia negada por los padres y por el médico de cabecera de la niña- que sirvió de oportuna excusa para que el Fiscal a cargo del caso, Dr. Woelki, intentara mandar la causa al archivo. Así lo contaron Sandra y José a Mi Ciudad:
¿Qué fue lo que pasó con el Fiscal?
-Sandra: Pedimos que lo reemplazaran. Después de muchas presentaciones solicitándole que llamara a declarar a las maestras de la Guardería, y a su Directora, él nos mandaba a decir por su secretaria que no podía tomarles declaración a las maestras porque podían ser futuras imputadas...
-¿Nunca los atendió personalmente
-No. Nos decía que estaba ocupado. Le dijo sí, a nuestra abogada, que iba a tomar las medidas que le pedíamos, pero pasó el tiempo y no hizo nada, salvo tomar en cuenta la última pericia, en la que dijeron que la nena tenía una bronquiolitis aguda con un pulmón tomado, cosa que no puede ser verdad, porque yo la había llevado al control a su médico dos días antes y solo estaba resfriada.-
-¿Qué había surgido de la autopsia?
-Que la nena se había broncoaspirado. En la pericia, el perito, que lee la causa, dice que la nena muere de bronquitis. Pero no vió la documentación adjunta, y se dijo que a la nena le habían mandado a sacar una placa, cosa que tampoco era cierta.
-¿De dónde sacó el perito lo de la placa?
-No sabemos de donde sacó que la nena tenía este cuadro, por eso pedimos el rechazo de la pericia. Yo le pregunté al médico de la nena si existía la posibilidad de que hubiera tenido bronquitis y yo no me hubiera dado cuenta, y me dijo que no, que la nena no podía haber hecho ese cuadro en 48 horas. Si hubiera tenido bronquitis tenía que haber tenido fiebre, no querer comer... No es algo que pase inadvertido. Esa pericia, para el Fiscal, significó que no había delito. Además, cuando el perito leyó el expediente había papeles que no estaban
-¿Cuáles papeles?
-La historia clínica y los certificados de salud.
-¿Por qué no estaban?
-Según nos los dijo la Secretaria del Fiscal, porque se los habían olvidado.
-¿Tampoco llamaron a declarar a nadie de la Guardería o el Sindicato?
-¿El Sindicato...? Eso sería mucho. La Directora sí fue, pero solo para dar algunos datos. A un año, todavía no sabemos quién encontró a la nena, y cuanto tiempo estuvo muerta. El certificado de defunción dice que falleció a las 11, y ellos la sacaron de la Guardería cerca de las 13. ¿La encontraron y la dejaron, o se murió a las 11 y nadie se dió cuenta de que estuvo muerta dos horas? Dicen que le dieron de comer a las 10. ¿Cómo es esto? ¿Le dan de comer y se desentienden de ella por tres horas?
- Finalmente pidieron el reemplazo del Fiscal...
-Sí. Dijo que de acuerdo a la pericia, era lógico que la nena se haya muerto, y quiso archivar la causa.
-¿Qué más saben?
-Que la nena entró al SUME, en la calle Boccuzzi, a eso de las 12:50, y que entró muerta.
-¿Y después la llevaron al Hospital?
-José: Sabemos, según nos dijeron testigos, que de la puerta de la Guardería la llevaron en un remis. Dijeron que lo hicieron porque no podían comunicarse con el servicio de urgencias, y la ambulancia llegó después. En el SUME, les preguntaron para qué la llevaban, si ya estaba muerta...
-¿Quién se los dijo?
-Sandra: Compañeros municipales que estaban en ese momento.
-José: la Guardería está a tres cuadras y media de donde Sandra estaba trabajando (N. de la R: en Desarrollo Social, Aristóbulo del Valle y Alberdi) y nadie fue a avisarle nada. Sacaron a la nena sin avisarnos.
-¿Quiénes la sacaron?
-La Directora y una de las maestras, cuyos nombres figuran en el SUME. Nuestra mayor bronca es que cuando llegamos al Hospital, ahí estaba toda la cúpula sindical.
-¿Quiénes, exactamente?
-Jorge De Rosa, Darío D’Aquino y otros.
-¿Qué les dijeron?
-Nada. El único que me habló -dice Sandra- fue mi hermano Daniel, que es miembro de la Comisión Directiva, y que fue el que me llamó a eso de las 13:20 para decirme que la nena estaba en el Hospital.
-O sea que a Usted, Sandra, le avisó su hermano, y Usted, José, se enteró solo al ir a buscar a la nena…
-Sí. Cuando llegué, las maestras me dijeron que la nena estaba ahogada, que se había puesto morada, y que la habían llevado al Hospital. Sandra llegó por su lado y yo por el mío, y nos encontramos en el Hospital. Una mujer que estaba ahí me dijo que si habría llegado unos minutos antes, me hubiera encontrado en la puerta a la nena muerta.
A diez años...
El 27 de octubre pasado, se cumplieron 10 años de la muerte de Martina. Su madre, Sandra Quiroga, habló en exclusiva con Mi Ciudad mientras espera que la jueza a cargo del expediente ponga la fecha para el juicio oral en el que las tres imputadas, la directora y dos maestras de la ya desaparecida Guardería deberán dar explicaciones ante la justicia.
Sandra, que trabaja en el área de Desarrollo Social de la Comuna, perdió en este tiempo a dos pilares en su lucha reclamando el esclarecimiento del caso: primero murió su hermana, y hace dos años, falleció su marido, José, a quien un cáncer lo privó de ver resuelto este caso que les cambió su vida para siempre.
«La muerte de José fue rapidísima… Después de fin de año empezó a sentirse mal, lo internaron, le dijeron que podía tener un tumor en el estómago, y le encontraron una metástasis en todo el cuerpo. Lo internaron en marzo y en mayo falleció», nos dice.
Sandra tiene tres hijos. Micaela, de 17 años, Agustín de 16 y el más pequeño, Santiago, de siete. Pasaron diez años de la tragedia, pero aún se pone nerviosa cuando habla del tema.
-¿Qué pasó con el expediente en todo este tiempo?
-Se comprobó que la Guardería no estaba habilitada como privada ni como estatal, ni como jardín de infantes. Y también se comprobó que las maestras eran empleadas municipales… Y siguió todo. Las dos maestras que estuvieron con la nena y la directora quedaron como imputadas.
-¿Por qué se tardó tanto?
-Porque así son los tiempos de la Justicia… Que va una nota, que la contestan, que vuelve porque no tienen la firma… A veces una declaración nos tomaba un año. Las maestras declararon recién hace tres años… Pero cuando esto empezó yo dije que iba a tardar diez años, que iba a ser un proceso largo. Y hoy estamos esperando la fecha del juicio.
-Recuerdo que ustedes impugnaron al primer Fiscal que llevó el caso…
-Sí, porque todo lo volvía atrás. Quería que iniciáramos la causa civil, que no perdiéramos tiempo en la penal. Pero a nosotros nos interesaba la causa penal. No nos atendía, hasta que hicimos una movilización a Tribunales y nos recibió.
-Y había una pericia sospechosa, que hablaba de una supuesta bronquiolitis de la nena…
-Sí. Esa pericia decía que la nena tenía bronquiolitis, que yo la había llevado enferma, algo que los testigos desmintieron. Yo no podría haber tenido a la nena con 40 grados de fiebre y decaimiento sin darme cuenta. Yo la dejé en buen estado. Pusimos un perito de parte y nos dio la razón a nosotros.
-¿Habló alguna vez con las imputadas?
- Una sola vez hablé con una de las maestras. Verlas me pone mal. Pasaron diez años pero hay cosas que me siguen poniendo nerviosa, cosas que no puedo ver…
-¿Ellas siguen trabajando para la Municipalidad?
-Sí, en otras áreas.
-La guardería nunca más volvió a abrir. ¿Hoy los municipales no tienen más guardería para llevar a sus hijos?
-No…
-¿Alguna vez habló con el Intendente Pereyra?
-No. En su momento todo estuvo muy revuelto, y después pasó el tiempo… Seis meses, siete meses, ya no servía.
-¿Tuvo apoyo por parte de sus compañeros?
-Sí, en todo momento. Cuando pedimos el cambio de fiscal me ayudaron a juntar firmas. De ellos no me puedo quejar.
-¿Y cual es su relación con el Sindicato?
-Es una relación muy rara. Ellos apoyan a las maestras, y yo acuso… La justicia dirá.
-Seguramente tuvo muchos problemas después de la muerte de Martina…
-Sí. Mis hijos tenían problemas en la escuela y hubo que cambiarlos de colegio, necesitábamos tranquilizarnos y confiar en la Justicia. Me tomó tiempo recuperarlos, y un largo tratamiento psicológico… Primero murió mi hermana, después José y me quedé sola con todo esto… No sé si voy a poder soportar un juicio oral. Cuando tuve que declarar y escuchar las otras declaraciones tuve una situación difícil, las articulaciones no me funcionaban, fui al médico y me dijo que era todo nervioso. Cuando terminaron las declaraciones me relajé y se me pasó todo. Pero lo que quiero ahora es cerrar esto. Que se termine de una vez. Hay que seguir con la vida.
-¿Como debería ser ese cierre?
-Que la justicia me diga que ellas fueron las responsables. Tal vez, si su actitud hubiera sido distinta yo no habría iniciado nada. Pero nadie nos daba respuestas. Solo decían que yo había llevado a la nena en mal estado, lo que era mentira. Esto nos llevó diez años, de mi vida y de las de ellas…