Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
«Voto cadena», DNI que aparecen de la nada sin sus portadores, más de un voto por sobre, bolsones de comida a cambio del voto, y otras trampas similares forman parte del «folklore» de cada Elección en nuestra ciudad. Por primera vez, alguien con nombre y apellido da a conocer a un medio local algunas de estas oscuras maniobras que oscurecen cualquier ejercicio democrático.
Teresa Bosch es profesora de Comunicación Social en la Universidad Austral de Buenos Aires y en la Universidad de Montevideo. Fue Fiscal por Cambiemos en las últimas Elecciones, y el domingo 25 de octubre cumplió su labor en la Escuela Nº 15 de Villa del Plata, donde se asombró por las irregularidades detectadas.
Mi Ciudad la entrevistó pocas horas antes del balotaje del 22 de noviembre, ocasión en la que repitió su trabajo en nuestro distrito, y esto es lo que nos contó:
«Fue mi primera experiencia como Fiscal. Gracias a estas elecciones tan polarizadas, me interesé más en la Política. Quienes no militamos en el Frente para la Victoria, somos ciudadanos comunes y queremos terminar con los doce años de kirchnerismo decidimos apoyar a Cambiemos, pese a no coincidir en todo con este partido, por ser la fuerza más sólida. Decidí ser fiscal general, y me dijeron que en donde hacían falta refuerzos era en Florencio Varela, en por lo menos diez escuelas. Así que con un grupo de amigos y conocidos organizamos un grupo llamado «Logística Varela», con alrededor de 70 personas», nos dice.
-¿Qué era lo que tenían que hacer?
-Llevar a los fiscales a votar, cubrirlos cuando fueran a votar a sus mesas, y sobre todo, cuidar los votos. Lo que sabíamos es que en Varela había una presencia muy fuerte, casi absoluta, del kirchnerismo, así que teníamos que cuidar los votos.
-¿Tu labor era rentada?
No. Nos pagamos la nafta y los víveres de nuestro bolsillo. En el caso del Frente para la Victoria y el Frente Renovador, los abastecían permanentemente. Estábamos menos profesionalizados. Nos habíamos capacitado sobre cómo debe ser el procedimiento y lo que no se debe hacer, las trampas, los fraudes. Y aprendimos mucho.
-¿Te encontraste con lo que esperabas o con algo peor?
-Muchísimo peor. En un principio todo era pacífico, semioculto, las trampas, los trucos, pequeñas triquiñuelas del oficio, de gente que lleva años garantizando que en sus escuelas se mantenga el oficialismo. Cuando llegué, a primera vista no se notaba nada extraño, salvo el ser observada, porque se daban cuenta de que venías de afuera y no eras del kirchnerismo. Por eso, te controlaban cada paso, porque eras la oposición a sus intenciones.
-¿Qué cosas viste después?
-En una mesa donde reemplacé a una fiscal del Frente Renovador que fue a votar, ella me avisó que si me hacían firmar sobres nunca firmara más de cinco. Cuando se cambia un fiscal, aprovechan ese movimiento porque después es más difícil reconocer la firma a la hora del conteo. Cada vez que se sentaba un fiscal nuevo, le daban para firmar 20 sobres, cuando en realidad no había ni gente esperando para votar.
-¿Y esto para qué era?
-Para el «voto cadena». Entiendo que ellos ponen en un sobre firmado la boleta, y el primero que entra mete ese sobre y se queda con otro sobre firmado. Le da el voto firmado al siguiente de la fila, que entra con dos sobres: el que le da el de la mesa, y el que ya tiene preparado, y a su vez le da el sobre que le sobró al de atrás, y así sucesivamente. Siempre hay un sobre dando vueltas. Con eso, tenés la certeza de que esa persona votó al Frente para la Victoria, porque le metiste esa boleta en el sobre.
-Y hubo más…
-Claro. Por ejemplo, noté que un Presidente de Mesa y un Fiscal del oficialismo tenían muchos sobres firmados debajo de la mesa. Al mediodía, cuando muchos se levantaban a almorzar, vi en la mesa varios DNI, de nadie, de gente que no estaba ahí. Fue mi primera sospecha de que alguien mandó su documento sin haber ido y se computaban esos votos. No sé con certeza como era la operatoria, pero era extraño. Además, en todo momento ejercían un gran control…
-¿Cómo era eso?
-Estaban todo el tiempo monitoreando, preguntando a los que venían a votar si tenían la boleta. Por poco los llevaban a la mesa, había un control excesivo. Afuera de la Escuela, estaban los punteros, controlando o trayendo a los que tenían que votar. Yo escuché como le preguntaban a un chico joven si había venido el hermano. «No, no vino. Está durmiendo», contestó. «Bueno, traelo». Y ese control lo ejercen con la gente corriente. Hubo una mujer que me dijo «yo sé que me controlan, que saben a quién voto». Y en esto juega mucho la ignorancia, también. En la Escuela había una computadora grande, con el logo de Scioli pegado, aunque esto no está permitido, y ahí iba la gente a ver en qué mesa tenían que votar. Le pedían el DNI y le daban mesa y número de orden, y algunos pensaban que con eso podían saber qué iban a votar. Una persona muy humilde me dijo: «ellos saben a quién voto, porque me dan el número de mesa». Hay gente que piensa que con esa computadora le controlan qué boleta ponen en la urna. Otra señora también me dijo que ella votaba al Frente para la Victoria porque «tenía miedo de que le hagan repetir al nene». Eso denota control, que se manipula a la gente para que crea que se sabe a quién vota.
-¿Hubo mucho robo de boletas?
Sí. De repente desaparecían las boletas de Cambiemos. Entrábamos cada media hora y las boletas estaban en la basura. Esto yo lo vi en tres mesas, y en otra, a las boletas les rompieron la parte superior, donde estaba el nombre del partido. Otra cosa que vi es como a algunos les daban un bolsón de mercadería después de votar. Las bolsas estaban cerca de la entrada de la Escuela. No sé porque se los daban, pero algunas personas se iban con una bolsa negra con mercadería.
-¿Cómo fue el momento del escrutinio?
-Llegado el escrutinio, en mi mesa había una Presidenta de Mesa que tenía 18 años y muy pocos conocimientos, por lo que las Fiscales del Frente para la Victoria querían hacer todo. Ahí me puse firme: la única que puede abrir los sobres es la Presidenta de Mesa. Ella los abría y se le metían, intentando en todo momento generar desorden, caos, tal vez para alterar el conteo. Esta chica quería hacer las cosas bien. Yo le decía «tranquila, no nos vamos hasta que terminemos», y los del Frente para la Victoria apuraban. «Hay que apurarse, hay que hacerlo rápido», insistían. Tenían mucho apuro, querían meterse a abrir sobres. Una fiscal del Frente Renovador y yo nos opusimos. Además esa era una mesa testigo, de las que tradicionalmente se testean para ver como va la Elección. Por eso tanto interés en esa mesa.
-Debe haber sido difícil resistir…
-Sí. Todo el tiempo metían presión, las dos personas del oficialismo. Eran personas muy buenas, pero que manipulaban la situación. No querían que se contabilicen los votos nulos, porque decían que el correo «no había traído un sobre para poner los votos nulos», y que había que tirarlos a la basura. Dijimos que no importaba, que armábamos un sobre y los poníamos ahí. Entonces ellos le dijeron a la presidenta que si hacía eso «no nos íbamos a ir hasta las tres de la mañana», porque «había que hacer un acta» y se iba a tardar más por culpa de nosotros, que éramos de Cambiemos. Había gente cansada, de estar ahí todo el día, nos decían que éramos testarudos, que en esa Escuela «nunca había habido votos nulos», y que a los votos nulos «se los contabilizan como blancos». En un momento hasta dudé… Quería hacer una consulta telefónica, pero no tenía señal en la Escuela. Y confirmé que esta era una de las «tongas» que ellos hacen.
-¿Qué buscan al eliminar los votos nulos?
-Según nos explicaron se le pasa el porcentaje de los votos que no se contabilizan al que está ganando.
-Con razón hay tantos votos en blanco en cada Elección… En la del 25 de octubre, y para Intendente, pasaron los 40.000…
-Otra cosa que noté es que si vos apartás seis sobres de nulos, en varios sobres había tres boletas del Frente para la Victoria. Tres por cada sobre. Como en esta mesa hicimos las cosas ordenadamente, cada vez que abríamos un sobre y había más de una boleta, se tiraban las otras. Pero creo que esa es otra manera de manipular los resultados.
-Claro. Pensando mal, podríamos imaginar que los lugares que quedan vacíos al «borrar» los votos nulos podrían ser ocupados por las boletas del Frente para la Victoria que se habían puesto de a tres en cada sobre…
-Sí. Si no hubiera sido ordenado el conteo, como pasó en otras aulas, y en otras escuelas, el resultado hubiera sido distinto. Otra cosa llamativa fue que vimos boletas muy mal impresas, que no eran de la partida original, como demostrando que muchos vinieron con la boleta preparada.
-¿Cómo eran los que hacían todas estas maniobras?
-Personas muy buenas y simpáticas. Una de ellas me dijo que trabajaba para la Municipalidad hacía 38 años, y que su trabajo es «encargarse de que en esa Escuela siempre gane el oficialismo».
-¿El conteo se hizo con tranquilidad?
-Cuando me puse firme con lo de los votos nulos y con hacer las cosas en orden llamaron a otras personas, hombres, que vinieron a gritarnos, con mucha violencia, agrediéndonos. Me quedé callada, no dije nada, pero me mantuve firme. Cuando vinieron los del Correo a buscar la urna les dijeron que era por nuestra culpa. Y no querían firmar la planilla si poníamos los nulos. Finalmente logramos ponerlos. Después me enteré que a otros compañeros les hicieron lo mismo, los convencieron de no contarlos, con las mismas excusas que nos pusieron a nosotros.
-¿Quién ganó en tu mesa?
-En mi mesa ganaron Massa, Vidal y Pereyra. Se pusieron muy nerviosos cuando vieron la cantidad de boletas de Cambiemos que había en la urna.
-¿Estabas suficientemente advertida de lo que podía llegar a pasar?
-Nos habían avisado que las maniobras iban a darse en las escuelas más chicas, de cuatro o cinco mesas, donde bloquear a un par de fiscales implica hacerte perder el cincuenta por ciento de la escuela.
-¿Otros integrantes de tu grupo tuvieron experiencias similares?
-Sí. Y también me contaron que distraían a los fiscales sentándose al lado de ellos mientras otra persona entraba y salía del cuarto oscuro, o que en el conteo ponían boletas cortadas encima de las enteras y las contaban como completas.
-¿Denunciaron lo que pasó?
-Pasamos toda esta información al Partido, no lo pude hacer en el momento porque en la Escuela no tenía señal de teléfono, ni wathsapp, nada.