Se acabo la fiesta



Nota de tapa » 01/01/2016

Todas las calamidades y plagas bíblicas que el Intendente Pereyra vaticinó durante la campaña «en caso de que ganaran Macri y Vidal» parecen habérseles materializado de golpe al jefe de la comuna varelense.
Con una deuda de más de 100 millones de pesos, pagos congelados a decenas de proveedores, recortes en habituales festicholas que ahora dejarán de hacerse, el replanteo cierto de la cantidad de empleados municipales, el desesperado aumento de las tasas en un 35 por ciento al sector social que más aporta y, paradójicamente, la ciudad abandonada como nunca, con las calles destrozadas por enormes baches, el viejo caudillo se vió obligado a blanquear la calamitosa situación de su administración y poner al desnudo las supuestas bondades del «modelo» que abrazó con pasión durante más de una década.
Quizás la prueba más fehaciente del descontrol lo dio la manifestación que empleados de la empresa Galzerano hicieron, bloqueando con sus camiones la manzana de la Municipalidad, durante diciembre pasado. A la firma se le deben más de 6 millones de pesos, y sus 25 empleados están sin cobrar desde hace meses. Romina Galzerano, directiva de la firma, declaró al respecto: «trabajamos codo a codo desde hace 14 años con la Comuna, todo Florencio Varela nos conoce, pero no cumplen con nosotros. ¿Es justo llegar a esta instancia?. Del aire no se vive, necesitamos la solución. Somos frontales y visibles, saben qué clase de empresa y familia son los Galzerano. Hasta acá llegamos».
La empresa no descartaba más medidas de fuerza para estas semanas.
El estado es tan crítico que la Comuna también suspendió la tradicional Elección de la Reina y estaría en seria duda la realización de los carnavales.
Además, Pereyra decidió disolver el IDEL y el IMDAI, ambos organismos dedicados al supuesto «desarrollo industrial» del distrito. En el caso del IMDAI, la Comuna estuvo gastando millones de pesos en mantener una estructura fantasma, con empleados que quedaron sin funciones, sobre todo después de la privatización del predio donde se levantará algún día el famoso «Parque Industrial»... que todavía no tiene ni una industria.

Se acabó ese juego…

¿Cómo se llegó a esto? ¿Qué habría pasado si el signo político que seguía conduciendo los destinos de la provincia y del país no hubiera cambiado? Seguramente, la «bicicleta financiera» seguiría. Pero ahora, a Pereyra se le cortó la «línea directa». Se acabó eso de levantar un teléfono y pedirle a Cristina o a Scioli que le sacaran las papas del fuego.
El despilfarro que significó la última campaña política, multiplicado por las PASO, la primera vuelta y el balotaje, y el multimillonario despliegue que mostró el oficialismo a nivel publicitario, tenían que estallar por algún lado. Y no pasaron ni 10 días desde la asunción de María Eugenia Vidal para que Pereyra y otros 39 intendentes kirchneristas fueran a plantear su estado de «emergencia económica» a la flamante gobernadora. La «ayudita» solicitada no fue poca: los representantes políticos de la «década ganada» le pidieron 500 millones de pesos para pagar sueldos y aguinaldos. También pretenden que no haya por ahora «paritarias» para sus empleados, lo que aumentaría sus penurias de caja, una petición no muy «peronista» a priori, que por supuesto, no causará reacción alguna del siempre genuflexo Sindicato local.

 

Cortemos con la dulzura

Para la historia quedará como divertida anécdota el contundente cambio de discurso de los hasta hacía días ultra combativos «barones K», que al pedir la audiencia a Vidal pasaron a hablar de «la necesidad de profundizar la unidad para afrontar los próximos desafíos de la nueva gestión en la Nación y en la Provincia», remarcando que «más allá del resultado electoral, éste es momento de mirar para adelante y avanzar en lo que todavía nos falta lograr, siempre cuidando los logros obtenidos y avanzando con aquellas cosas con las que nos hemos comprometido con la sociedad a la que cada uno de nosotros representamos». A tanta dulzura no la corta ni una propaganda de «Paso de los Toros»…

 

Papá Noel no existe

Pero los problemas para los intendentes no terminan ahí. Vidal encontró una provincia en rojo, fruto de la ineptitud de Scioli. Y para comenzar a levantarla, necesita endeudarse. Esa deuda a tomar era uno de los puntos clave del presupuesto que Vidal buscaba tratar sobre el cierre del año. Para los peronistas, endeudarse demasiado puede significar un riesgo, sobre todo para ellos, que sueñan con volver al poder en 2019 y no quieren pagar «el gasto ajeno».
Finalmente, la gobernadora recibió a 135 jefes comunales en La Plata, incluídos los «40 K», y escuchó cada uno de sus pedidos pacientemente. Pero pocas horas después de la reunión, el titular de la cartera económica provincial, Hernán Lacunza, dio por tierra con las esperanzas de varios, entre ellos, el propio Pereyra, al adelantar muy claramente que: «los recursos son limitados y se dará prioridad en la asistencia a los intendentes que recién asumen, antes que a los que se autoheredan», agregando: «Hay que poner los incentivos adecuados para que cada uno se haga responsable de su gestión porque no existe un Papá Noel provincial que pueda atender todas las necesidades, así como tampoco existe uno nacional que pueda atender a todas las provincias».

 

La herencia recibida

Si a todo esto se suma que después de las últimas Elecciones, Pereyra quedó en una inédita minoría en el Concejo Deliberante, que todavía tiene algunas «cuentas pendientes» con la Justicia, que ahora no podrá disponer discrecionalmente del destino de las partidas que reciba desde la Provincia o la Nación y que el Tribunal de Cuentas, al igual que ciertos jueces y fiscales, suelen ser inevitablemente arrastrados por los vientos de turno, el panorama que se le presenta no es para nada alentador, aunque, sugestivamente, haya difundido con una foto por primera vez en más de 20 años su reunión con auditores del organismo de control provincial. Tiene cuatro años por delante para tratar de revertir esta «herencia»… que él mismo se dejó. El Municipio está en rojo, pero el responsable… es él mismo.


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