La comunidad educativa del Instituto San Juan Bautista se conmovió con la denuncia por acoso sexual contra un profesor del nivel secundario de ese establecimiento.
Cientos de estudiantes realizaron una «sentada» y cortaron el tránsito durante varias horas en el frente del colegio, sobre la calle Maipú, el pasado 12 de septiembre, pidiendo una respuesta de las autoridades ante lo que calificaron como una actitud habitual del docente cuestionado.
Los carteles pegados en el edificio y los testimonios brindados a Mi Ciudad por los alumnos coinciden en que el profesor, que tiene más de tres décadas en el Instituto, utiliza frases inadecuadas y de doble sentido para dirigirse a sus alumnas. Una estudiante –cuya identidad reservamos por ser menor de edad- nos dijo: «te manosea el brazo, te roza los senos, y a una chica la agarró de la corbata y la bajó hasta su cabeza», a otra que estaba con un chupetín le dijo «no tengo problema en que chupe, pero en clase no tiene que chupar», a una chica que se estaba pintando los labios le dijo «¿Está conforme con sus labios? ¿No me voy a manchar?», todas cosas así. El año pasado le pedimos ayuda al Director, pero no hizo nada». Y agregó: «este año pasó lo mismo. A una chica le preguntó si tenía problema con los orales, y que si quería arreglar la nota podían hacerlo a solas. La chica se puso a llorar, con un ataque de nervios, tuvo que venir su abuela, y ni siquiera llamaron a Emergencias». «Fuimos a quejarnos con el Director y nos dijo que él no podía juzgar a los profesores. Nos trató horrible, nos fuimos llorando».
Otra alumna declaró: «a mí me dijo que tenía que ir a un salón a solas con él, para arreglar la nota y le dije que no, que si me quería desaprobar me desapruebe. También me dijo si era buena haciendo orales, y no le contesté. Después me puso a hacer un examen y cuando me senté se me puso al lado, rozándome la cara… No podía respirar y pedí que me llevaran abajo».
Si bien ambas aseguran no haber tenido ningún apoyo por parte del Director del colegio, reconocen que sí lo tuvieron por parte de dos profesores: «nos dijeron que teníamos todo el derecho a denunciarlo».
La única medida que las autoridades evaluaban tomar acerca del denunciado era cambiarle sus clases en cuarto y quinto año, pasándolo a primero, algo que, como era de esperar, intranquilizaba a los padres del sector inicial del secundario. Una mamá de una chica de ese nivel, nos dijo: «Lo único que falta ahora es que se lo pongan a los más chicos… Esto sería peor aún».
Roxana Tosi, madre de una alumna, dijo que «el colegio es bueno pero este hombre acosa a las nenas, las toca, las manosea, las mira, y esto pasa desde siempre... Un profesor no puede tocar a un alumna, y menos, tocarle un pecho... No tenemos que naturalizar que es normal esto... este hombre no tiene que estar más».
Ni el Director ni la representante legal quisieron hablar del tema, pese a la insistencia de Mi Ciudad para que dieran su versión de los hechos.
A la Justicia
Una de las estudiantes, que cursa el quinto año en el San Juan Bautista, asistida por su madre, denunció al profesor en la Comisaría Primera. En su declaración, dice textualmente que el hombre «la miraba de manera diferente, que cada vez que le tenía que llamar la atención buscaba sacarla de la clase o llevarla a lugares apartados», y además, que «una vez le llamó la atención por tener un piercing, la apartó del grupo, la sacó del salón, comenzó a tocarle el hombro y le daba consejos, después empezó a bajar la mano por el brazo y cuando llegó a la zona de los senos comenzó a tocarle el seno con el dedo pulgar», agregando que «varias veces el profesor buscó este tipo de contacto» y que «no sólo se lo hacía a ella, sino a varias compañeras de su salón y de otras aulas». La joven manifestó, asimismo, que «el año pasado presentó un escrito con respecto al acoso sexual que recibía ella y otras alumnas, como así al abuso de autoridad que sufrían los alumnos masculinos» pero que el Director Wilfredo Kilinkiewicz «no dio respuesta alguna».
Por otra parte, otra madre de una alumna, en este caso de cuarto año de la escuela, denunció, también en la Comisaría Primera, que su hija le dijo que es «acosada» por el cuestionado profesor de Técnica, «quien le hace comentarios con doble sentido y le ha tocado sus manos y hombros en varias oportunidades, por lo que la chica se siente intimidada por el mismo.». La mujer aseguró que el 7 de septiembre, fue a informar lo que pasaba al Director del colegio, pero éste «descreyó sus dichos», diciéndole que era «la primera persona que se quejaba del docente» y que «su obligación era defenderlo».
La voz de la Iglesia
Tras estallar el tema en las redes sociales, el Obispado de Quilmes, a través de su Junta Regional de Educación Católica, emitió un comunicado que dice: «Frente a la preocupación que han manifestado en estos días tanto los alumnos como los padres y profesores del Instituto San Juan Bautista de la ciudad de Florencio Varela respecto a la indeseable y vergonzosa actitud que aparentemente un profesor tuvo con los alumnos, el Obispado de Quilmes –como propietario de esta institución educativa– quiere informar que ni bien fue notificado de tal actitud por el representante legal y por los directivos de este establecimiento, el docente en cuestión ha sido separado de su cargo.
Inmediatamente, el Obispado de Quilmes inició una investigación que aún continúa, para determinar la resolución que se tomará en este tema en el Instituto San Juan Bautista. Asimismo, como lo establecen los protocolos para estos casos, la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (DIPREGEP), mediante sus inspectores, inició a este docente las actuaciones correspondientes.
Este comunicado se emite con la intención de, en primer lugar, tranquilizar a los alumnos y, especialmente, a sus familias, quienes confían sus hijos a esta histórica y respetable institución educativa; en segundo, para que el personal docente y no docente que cada día se pone al servicio de la educación en este establecimiento siga sintiendo el apoyo que el Obispado de Quilmes le brinda cotidianamente con la firme vocación de servicio como lo marca el Evangelio de Jesucristo...»