Por Carlos Straub
El mes pasado se cumplieron 10 años de la inauguración del Hospital El Cruce «Nestor Kirchner», del Cruce Varela, un centro exclusivo de derivaciones, con un alto nivel de prestaciones que lo convirtió en el segundo nosocomio de América Latina y récord nacional en trasplantes hepáticos.
Mi Ciudad dialogó con su director ejecutivo, el Dr. Ricardo Campodónico, quien está en funciones desde marzo del año pasado.
-¿Cómo es dirigir un Hospital de la envergadura de este?
-Es un gran desafío, es algo muy importante tener a este hospital que es público y que ha logrado todo lo que ha logrado y se ha posicionado tanto en la esfera nacional como internacional. Estamos en el top ten.
-Casualmente antes de esta entrevista, Usted estuvo visitando hospitales similares…
-Así es. Dentro del tercer plan estratégico que ya tiene este Hospital en una década, está el visitar otros lugares. Dentro de las líneas que vamos a seguir en estos cuatro años está el crecimiento del Hospital, ya que los anteriores fueron la presentación y su posterior consolidación. En este lineamiento de crecimiento tenemos que saber hacia donde nos dirigimos. En primer lugar fortalecer la existencia nuestra, la gestión, la red y los contactos comparativos con hospitales internacionales. Por eso por ejemplo estuvimos en el Hospital Einstein de Sao Paulo en Brasil, referente latinoamericano y el otro Hospital que conocimos fue el Adassa de Jerusalén, en Israel. Con ellos congeniamos elementos conjuntos de investigación en el área de asistencia para ayudarnos mutuamente.
-¿Al ser un Hospital sólo de derivaciones, es expulsivo?
-No, de ninguna manera. Tratamos de incluir de la mejor manera posible a aquel paciente que tiene que ingresar aquí. Contamos con los recursos para la gente que es derivada y que puede aprovechar lo que el Hospital le brinda. Si nosotros distraemos recursos en pacientes que pueden ser atendidos en otra institución no le estamos dando lugar al paciente que si requiere un tratamiento de alta complejidad como el que se da en este lugar.
-A 10 años de entrar en servicio, ¿cómo están hoy?
-Siempre en una fecha así se mira para atrás y se hace el balance y ahora estamos en una situación que nos pone en la lista de Hospitales nacionales, en el número cuatro. Nos comparamos con el Hospital Británico, Italiano, el Austral y el de la Fundación Favaloro… A ese nivel y en ciertos ítems estamos primeros porque somos el Hospital número uno en trasplantes de hígado.
-¿Cuántos trasplantes llevan hechos ya?
-Superamos los 200 y en lo que va del año realizamos 113 trasplantes en total, contando otros órganos. Otro dato importante es que encabezamos la lista de procuración, es decir quienes dan los órganos. Generalmente los hospitales que trasplantan mucho como los privados no procuran tanto sino que reciben de los públicos y nosotros estamos en el tope porque además de ser los número uno en trasplantar, también procuramos.
-¿Así la cuenta se eleva aún más, verdad?
-Si. Entre órganos y tejidos, se beneficiaron un total de más o menos 800 personas.
-¿Qué cantidad de gente trabaja aquí?
-Entre médicos, enfermeros, personal administrativo, de seguridad, limpieza, etc., unas 1500 personas. Exactamente 1570 personas.
-¿Para cuantas camas?
-170 camas. Lo que pasa es que esta relación, si uno lo proyecta a otra institución es incomparable. De las 171 camas que tenemos, el 50% son de cuidados críticos y entonces no existe esta proporción en ningún lugar del mundo en el cual tengamos tantas camas que requieren siempre mucho más. Más inversión, más aparatología, más recursos humanos, médicos, enfermeros, asistentes…
-¿Qué proyectos hay para el año próximo que comienza en poco tiempo?
-Por un lado queremos llevar de 171 camas de internación a 250 para dar la misma posibilidad y darle más asistencia a los cuatro millones de personas que habitan la Región Sanitaria VI, y que van más allá de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela porque hay que contar Avellaneda, Esteban Echeverría, Ezeiza, Lomas y Almirante Brown. Después queremos encarar la realización de una Fundación y la construcción de una «Casa Cruce», que sería como la «Casa Garraham» porque hay mucha gente que ya viene del interior del país y no tiene donde quedarse. Buscaremos un lugar muy cercano. Y otra de las cosas en mente es ampliar el banco de sangre y tejido porque por la gran cantidad de trasplantes que tenemos requerimos mucha sangre y hay que hacer innumerables viajes a Capital o a La Plata, cinco o seis veces todos los días para buscar sangre y por el nivel de complejidad que tenemos ya hay que tener un banco propio de sangre y también de tejidos porque los tejidos como aorta, hueso, que son para implante ya que los usamos muchísimo. Y para terminar, un proyecto que ya está muy avanzado es llevar adelante el Polo Oncológico y lo que haría es complementar el tratamiento que se inicia. De las más de cuatro mil intervenciones por año, el 70% son oncológicos y la primera etapa del tratamiento al paciente la tenemos pero necesitamos algo más integral como diagnóstico y un tratamiento radiante que no existe en la región porque sólo hay un hospital público que la tiene, el resto se la compra al privado y es una gran necesidad que tenemos.
-¿Qué le dice al varelense hoy, una década después de haberse puesto en marcha el Hospital?
-Gracias. Esto se pensó para la región desde hace mucho tiempo, yo me formé e hice mis prácticas en el Hospital Boccuzzi, así que conozco la zona y sé lo que se sufría cuando se tenían que derivar pacientes a La Plata o Buenos Aires. Por suerte los que trabajamos acá y la comunidad ya ha tomado como propio este lugar y entiende la lógica de la atención. Sabemos que es complicado tener un nosocomio así y que no se pueda acceder en forma directa, pero la gente lo entiende y eso nos ayuda para optimizar el trabajo.