Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
En 2017, la Municipalidad de Florencio Varela le pagó a Crónica TV más de dos millones de pesos por emitir videos del Intendente Julio Pereyra primero y del Intendente Andrés Watson, después. Además, en el mismo período, se le pagaron 524.000 pesos al grupo Bayres Publicidad S.A., editor de la revista «La Tecla», y 280.000 pesos a «La Cornisa», de Luis Majul. Esto no es todo: la empresa Conectimax, vinculada al ex diputado Alberto Pierri, facturó 205.000 pesos al Municipio, y el portal Infocielo, 262.000 pesos.
En total, la Comuna destinó a publicidad oficial más de 35 millones de pesos.
Estos son algunos de los llamativos gastos que aparecieron en la Rendición de Cuentas 2017, que el Concejo Deliberante local aprobó, gracias a la mayoría oficialista y al inexplicable acompañamiento de los concejales de Cambiemos (con excepción de Maximiliano Bondarenco, que pronunció un encendido y crítico discurso cuestionando a sus pares de bancada, y Gabriela Mancuello, ahora abierta del bloque). También votaron en contra los concejales de Nuevo Encuentro, Héctor Salatino y Mariano Camiletti.
La importancia que la Gestión Pereyra y ahora también la Gestión Watson otorgan a la imagen pública de sus líderes no repara en gastos. Crónica TV, a través de la empresa Alta Densidad SRL, se llevó 2.160.000 pesos en concepto de publicidad institucional, difusión televisiva, página de Internet y difusión radial de avisos. En su pantalla se pudo ver durante el año último varios spots en los que Pereyra aparecía inaugurando obras o realizando declaraciones de ocasión. Y lo mismo ocurrió con el nuevo Jefe Comunal, que en mayo pasado fue invitado al programa del polémico seudoperiodista ahora lanzado a la política Santiago Cúneo, quien debió renunciar a su programa entre acusaciones de antisemitismo y xenofobia.
Durante 2017 la presencia de funcionarios y candidatos del oficialismo en la televisión fue moneda corriente no sólo en Crónica TV, sino también en C5N, donde pudieron verse varias notas al «hombre del equipo de Cristina», Daniel González, que finalmente optó por seguir en su cargo en el gabinete y declinar la concejalía por la que se postuló con tanta insistencia.
Entre Pereyra y el sexo salvaje
Lo de la revista La Tecla es desopilante. Prácticamente desconocida en Florencio Varela, la publicación se reparte gratuitamente entre concejales, diputados y senadores provinciales y carece de avisos comerciales en sus páginas. Sin embargo, eso no evita su costosa presentación en papel ilustración a todo color y en 68 páginas. Claro que hay un detalle: tiene avisos oficiales. Por citar un ejemplo, en su edición del 8 de mayo de este año, aparece una extensa nota al ahora diputado Julio Pereyra en la que el viejo barón del Conurbano posa en la lujosa oficina de su «Fundación Internacional para el Desarrollo local» y declara su amor a Cristina Kirchner. Esa edición tiene solo cuatro publicidades: dos del Gobierno Provincial, una de la Municipalidad de La Plata y la otra, casualmente, de la Municipalidad de Florencio Varela. Este aviso, de un cuarto de página, costó 26.000 pesos, y anuncia… ¡Las fechas de vencimientos de la Tasa por Servicios Generales! ¿Qué vecino de nuestra ciudad lee «La Tecla»?
Con todo, la revista al menos promete un material más interesante que las declaraciones de quien después de hundir a Florencio Varela en la pobreza ahora creó una Fundación para desarrollar municipios, y en las páginas 60 y 61 publica un «Manual de Estilo para tener un sexo salvaje».
Otros gastos inexplicables
La Rendición de Cuentas también suma otros puntos oscuros. Por ejemplo, en gastos de folletería, donde se había presupuestado un total de 7.300.000 pesos, se terminó gastando más de 16 millones de pesos. En este rubro, el principal proveedor es la empresa PI SRL, que vendió al Municipio, en febrero de 2017, resmas de papel de 80 gramos a 135 pesos. Hoy, casi un año y medio más tarde, el mismo producto cuesta en cualquier comercio alrededor de 105 pesos.
Héctor Salatino, que en los últimos años se afianzó como un duro cuestionador de los manejos económicos comunales, además de concejal es contador, y con gran claridad explica a Mi Ciudad por qué volvió a votar en contra de la Rendición de Cuentas. Además de todos los datos que ya enumeramos, su crítica apunta al relato oficial: «No es cierto que se esté recaudando más. En 2016 se recaudaron 86 millones, pero de ellos, 27 millones llegaban vía EDESUR, que cobraba 38 pesos por medidor. En 2017, si bien se recaudaron 72 millones, EDESUR cobró 125 pesos por medidor, lo que da 53 millones… Por lo tanto, la realidad es que se recaudaron 5 millones menos. La AMIP le costó a F. Varela en 2017 34 millones de pesos para funcionar, y funciona mal»
Cuánto cuesta cada área
El presupuesto original para el año pasado era de 1000 millones de pesos, pero el ejecutado lo superó ampliamente: fueron 2400 millones de pesos los que se gastaron. En Seguridad se invirtieron 23 millones, en Deportes algo más de 4 millones, Defensa Civil ocupó 17 millones, Coordinación Vial 16 millones, Coordinación de Políticas de Atención Primaria, 21 millones, y Prensa, como ya lo mencionamos, 35 millones.
Otro dato demuestra la -por lo menos- negligente forma de administrar que tiene el Ejecutivo local: en septiembre de 2017 se alquiló una minicargadora para bacheos a realizarse en Villa Luján, San Jorge y San Rudecindo, a 130.000 pesos (200 horas) por mes. La empresa presentó una factura de compra de la máquina a Cor-Vial S.A. por 1.315.392 pesos. La conclusión es fácil: si se compraba la minicargadora, en menos de un año se la hubiera amortizado.
Y no sólo es noticia lo que se gastó, sino lo que no. En 2015, cuando llegó el momento de someter a consideración del Concejo la Rendición de Cuentas, causó un gran alboroto descubrir que la Comuna había pagado 3 millones de pesos en remises. ¿Cuánto se gastó el año último en el mismo rubro? Ni un peso.
La imagen es todo
La administración Watson no parece diferenciarse mucho de la de su mentor Julio Pereyra al menos en lo que a política de imagen se refiere. Las gacetillas enviadas día a día por el área de Prensa del Municipio se centran en resaltar la figura del Intendente y acompañan fotografías en las que se lo puede ver compartiendo abrazos y sonrisas con «la gente». La obsesión por contar con una «buena prensa» no tiene límites y puede verse reflejada en los millonarios y vergonzantes montos que, desde una ciudad con altísimos índices de pobreza, se destinan a «publicidades», muchas de ellas, en medios que nadie lee ni conoce.
La metodología no es nueva: en épocas pereyristas, cobraban mes a mes cuantiosas sumas en concepto de «pauta publicitaria» personajes que nada tenían que ver con Florencio Varela, como un relator de fútbol, que entre gol y gol lanzaba un sugestivo elogio para el hoy legislador provincial, o un comentarista de cine, que hacía lo mismo desde su ignoto programa de cable, y sólo aparecía por este distrito para fin de año, para agradecerle al Intendente su «apoyo incondicional». Y si vamos más atrás en el tiempo, todavía nadie supo explicar por qué –aunque un senador dio públicamente su versión de los hechos- durante un mediodía de los ochenta, el entonces jefe comunal local, Julio Carpinetti, se sentó a la mesa más famosa de la televisión argentina: la de la señora Mirtha Legrand.