El Varelense que gano el “mundial” de los inventores

Un vecino de Florencio Varela, Germán Nagahama Schell, es el creador de la lámpara de agua. Esta idea innovadora lo llevó a ganar el máximo premio, en una de las categorías, de la Exposición Internacional de Inventos de Ginebra.
«La lámpara fue desarrollada a partir de buscar una forma no contaminante de energía portátil, porque todas las formas de energía no contaminantes que se están desarrollando son estacionarias. Tanto el panel solar como la energía eólica requieren de la instalación de esos paneles en un lugar fijo», comentó Germán a Mi Ciudad y añadió: «Sin embargo, no había un desarrollo en lo que respecta a lo que son las pilas, que son el tipo de energía más portátil».
Por ello, fue que comenzó su investigación buscando una forma de sustituir los elementos contaminantes. «En el trayecto, me encontré con la primera pila que fue inventada en el 1800 por Alessandro Volta, que utilizaba agua salada para funcionar», explicó el inventor.
Teniendo en cuenta estos conceptos, comenzó a mejorar ese dispositivo para darle una utilidad, que tenga un fin viable. «El tema es que el agua no genera mucha energía y es por eso que empezaron a utilizar ácidos y sustancias para que el caudal de energía fuera mayor», comentó y añadió: «Lo primero que hice fue armar la pila y posteriormente incluir los leds, lo malo es que solamente le encontré esa utilidad en particular por eso integré en una lámpara, la celda de energía que funciona con agua generando así un solo dispositivo».

Según explicó German, esta celda al humedecerse activa una reacción que genera electricidad, haciendo que de esta manera se enciendan los leds que integran la lámpara. Por otro lado, parte de ese invento surgió por necesidad, luego de haber salido a pescar una tarde.
Tras estar varias horas, se dio cuenta que ya casi no había luz del sol, por lo que decidió usar su linterna, pero ésta no encendía dado que las pilas estaban sulfatadas. »En ese momento, me tuve que quedar toda la noche en medio de la oscuridad, fue una situación que me movió mucho, y al volver a casa me puse a investigar». Fue así que comenzó a dar sus primeros pasos hasta encontrar la pila de Volta, la cual fue su base para desarrollar este artefacto tan particular.
Sin embargo, no fue algo que surgió en un abrir y cerrar de ojos, sino que contó con varios intentos fallidos que concluyeron en este dispositivo. Para eso, realizó varias consultas a especialistas en electroquímica, quienes al plantearle la idea la descartaron por la poca energía que esta era capaz de generar. «Esto genera muy poca energía, es por eso que la pila está acompañada con un amplificador de corriente, que también está desarrollado por mí, para poder hacer que la energía que entrega la batería pueda encender los leds», explicó.
Germán es una persona curiosa y autodidacta, que dedicó muchas horas a este proyecto. Considerando que estudió la carrera de Comercio Internacional y Marketing en la UADE, sus hobbies abocados a la electrónica y la computación hicieron que esto fuera posible.

No obstante, él vive actualmente en Wilde junto a su familia, donde trabaja en una tienda electrónica. «Mi pareja es de Florencio Varela, ella se fue por motivos de trabajo a Japón y después yo también, por lo mismo y ahí comenzamos a salir y cuando volvimos nos ubicamos en Varela», recordó Germán.

Gracias al apoyo de sus familiares, actualmente este inventor de zona Sur, ha alcanzado un gran reconocimiento a nivel internacional. Más puntualmente, en la Exposición Internacional de Invenciones de Ginebra, donde presentó este invento que lo llevó a ganar el primer lugar en una de sus categorías.

Germán espera que su invención llegue a todas las personas que la necesiten, por lo que está a la espera de poder fabricarlas de manera masiva y distribuirlas.