Un halo de silencio rodea la trágica muerte de Valentina Carbonetti, una estudiante de 18 años que cursaba la carrera de Trabajo Social en la UNAJ, un caso del que sugestivamente nadie se ocupa pese a estar lleno de interrogantes.
Un halo de silencio rodea la trágica muerte de Valentina Carbonetti, una estudiante de 18 años que cursaba la carrera de Trabajo Social en la UNAJ, un caso del que sugestivamente nadie se ocupa pese a estar lleno de interrogantes.
La joven falleció el 3 de octubre, luego de ser atropellada un día antes, en la Avenida Calchaquí del Cruce Varela, por una ambulancia del Ministerio de Salud bonaerense, que circulaba a toda marcha por la senda del Metrobus, frente al mencionado centro de estudios.
Según se dio a conocer, Valentina intentó cruzar corriendo la avenida y fue embestida por el vehículo, que no trasladaba a ningún paciente pese a lo cual desde esferas oficiales se manifiesta un gran interés por remarcar que «circulaba con balizas y sirenas» y que estaba «en emergencia, transportando elementos de salud hacia un centro sanitario».
También trascendió que la ambulancia habría estado manejada por un hijo del doctor Ariel Sáez de Guinoa, ex director y actual Director de Gestión de Pacientes del Hospital El Cruce.
Luego del accidente, el SAME trasladó a la chica en grave estado a ese centro sanitario, donde según declaró el padre de la víctima no quisieron recibirla, por lo cual se la llevó al Hospital Mi Pueblo. Horas después, se la derivó nuevamente desde el nosocomio de Villa Vatteone hasta el centro asistencial de alta complejidad, donde falleció.