Inseguridad en Florencio Varela



Edición Impresa » 01/10/2012

El intendente Pereyra participó del encuentro de Jefes Comunales de la Tercera Sección electoral en Lanús, el 7 de septiembre, donde se abordó la problemática de la inseguridad, que carece de manera exponencial en varios municipios del Gran Buenos Aires.
Las críticas estuvieron dirigidas a la administración provincial de Daniel Scioli, con reclamos varios. Pereyra destacó que “los intendentes hacemos enormes esfuerzos para enfrentar la inseguridad desde el lugar que podemos, pero no es una tarea que nos corresponda, porque no estamos facultados por la Ley Orgánica de las Municipalidades, y tampoco tenemos presupuesto para hacerlo”.
El varelense fue, junto al anfitrión, Darío Díaz Pérez, el más locuaz. Y, con un lenguaje moderado, exigió al Gobernador que se hiciera cargo de la seguridad en los municipios.
Sabiendo que pueden soltarles la mano en cualquier momento, y con el claro ejemplo de los cuestionamientos que a través del diario Página/12 se le hicieron al ex intendente de Berazategui y actual secretario de Ambiente de la Nación, Juan José Mussi, por irregularidades millonarias en las contrataciones para la limpieza del Riachuelo, los jefes comunales decidieron abroquelarse.
Claro que los problemas de seguridad, en el caso puntual de Florencio Varela, no son pocos, y propios. Desde que a comienzos de julio se encontró el cadáver de la médica Rosalía Keszler estrangulada y semidesnuda en su casa, los reclamos estallaron en el distrito.
El hecho disparó los hasta entonces contenidos enojos de los varelenses, y en varios barrios se agudizaron los reclamos que hasta entonces el Municipio había mantenido acallados, realizando con periodicidad reuniones junto a jefes policiales y vecinos, moderadas por punteros políticos.

 

Datos

 

Al promediar agosto, el Municipio anunció la colocación de cinco nuevas cámaras de monitoreo para reforzar la seguridad en El Cruce, las cuales, se dijo, pasaban a sumarse a los 150 equipos ya instalados en el Distrito.
Sin embargo, en esa misma jornada, la del lunes 13 de agosto, se conocieron datos sobre el incremento del robo de autos en los tres distritos del extremo sur del Conurbano, aportados por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI).
De acuerdo al informe, la modalidad se había incrementado el 56,6 por ciento en Florencio Varela, superando largamente al alza del 34 por ciento registrada en Quilmes, y a la del 17,4 por ciento de Berazategui.
Los datos correspondientes a los primeros seis meses de este año, mostraban un promedio en el sur del Gran Buenos Aires del 19,4 por ciento de aumento en el robo de vehículos, cifra que casi fue triplicada por Florencio Varela.
Poco más de una semana antes, en el barrio Pico de Oro, un dirigente social había sido víctima de una venganza por parte de una banda narco a la que había denunciado. Su casa fue quemada, por lo que los vecinos del barrio decidieron realizar una marcha hacia la Comuna para dar cuenta a través de ella de una presunta connivencia entre los vendedores de droga de esa barriada y la policía.
Pico de oro es una las zonas con mayor índice delictivo de Varela, y un barrio sindicado como base de operaciones de importantes bandas de traficantes de droga. Sin embargo, estos datos ofrecidos por los vecinos y las organizaciones sociales del lugar, no se traducen en operativos policiales.
El tercer tema más destacado fue el de la inseguridad en Villa Vatteone, que no sólo ocupó la atención de los funcionarios municipales por espacio de varias semanas, sino también las páginas de los medios regionales.
A partir de una serie de denuncias vecinales, el Club Social y Deportivo Villa Vatteone se convirtió en el centro de reuniones vecinales, que tras su continuidad, sumaron la presencia de funcionarios policiales y miembros del gabinete municipal.
A partir de allí se avanzó en algunas medidas como la colocación de cámaras de monitoreo en distintos puntos. Pero una vez colocados los equipos, éstos demoraron su puesta en funcionamiento. ¿Las razones? Según esgrimieron los funcionarios asistentes a las reuniones, se registraban “problemas para la importación de fibra óptica”, con la cual interconectar las cámaras.
Las reuniones se diluyeron progresivamente.

 

Los casos más violentos

 

En lo que va del año, cinco casos sacudieron al distrito.
El primero de ellos fue el asesinato de Daniel Fernández (61), fusilado de un tiro en la cara cuando quisieron robarle su auto 0 km. en la puerta de su casa el 21 de enero.
El 10 de febrero, Diego Martínez (25) murió tras recibir un golpe en la cabeza con un instrumento de hierro. Querían robarle su camiseta de Defensa y Justicia.
En marzo se produjo el homicidio del policía Diego Burgos (33), que quiso evitar el robo en el almacén de su madre y le dispararon en la sien.
En junio, y en el día del Patrono del distrito, la víctima fue Lucas Argañaraz (21), baleado en la ingle, y muerto poco después de que también fuera asesinado su hermano.
El quinto hecho de fuerte impacto en territorio varelense fue el antes mencionado, de la médica pediatra.

 

El contexto provincial

 

Los datos provinciales dan cuenta de la existencia de unas 23 denuncias de robo y hurto por hora en el territorio bonaerense.
Con casi 100 mil causas abiertas por estos dos delitos en sus distintas modalidades, las cifras ubican a los robos y los hurtos, simples o agravados, en el orden del 30 por ciento del total de causas que se tramitan en el sistema penal bonaerense.
Si se tiene en cuenta que la estimación oficial informa que sólo se denuncia uno de cada tres hechos efectivamente ocurridos, las cifras alcanzarían proporciones inusitadas.
Florencio Varela cuenta con 720 policías y 140 gendarmes, cuidando a sus 426.005 habitantes. Un dato no menor, si se tiene en cuenta que partidos del Conurbano como Hurlingham, Malvinas Argentinas, Avellaneda, Ezeiza, Lanús, Vicente López, o San Fernando, entre otros, no cuentan con su presencia.
La llegada de Gendarmería Nacional al Gran Buenos Aires había sido anunciada en diciembre de 2010, por la Ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, quien había prometido el despliegue de 6 mil efectivos.
En materia de presencia policial, es necesario que se reúnan 591 varelenses para que, de acuerdo a la relación efectivos/habitantes, haya un policía a cargo de su seguridad.
Es decir que cada 500 habitantes, Florencio Varela cuenta con un solo uniformado encargado de velar por su seguridad.

 

La policía comunal

 

A fines de julio y comienzos de agosto comenzó a recobrar fuerza la iniciativa varias veces sugerida de crear una fuerza de Policía Comunal, la cual estaría a cargo de los Jefes Comunales.
Cuatro son los proyectos que hay en la Legislatura Bonaerense tendientes a la creación de fuerzas de seguridad que estén bajo la órbita de los intendentes. Sin embargo, los avances que se dieron en estos casi dos meses fueron prácticamente nulos, porque los intendentes quieren fondos con los cuales poder hacer frente a la inseguridad.

 

Patrullas

 

Pereyra anunció la puesta en marcha de un sistema de “Patrullas Municipales”, replicando un esquema que ya existe en otros 23 municipios del Conurbano. Y prometió que antes de que termine 2012 serán una decena de móviles los que surcarán las calles varelenses.
De acuerdo a lo informado, cada vehículo contará con un gendarme y un conductor civil a bordo.
No se brindaron detalles de cuáles serán los costos de mantenimiento de las unidades, ni del programa en general, así como tampoco respecto a la capacidad operativa que tendrán los vehículos.
Como ejemplos cercanos vale citar los de Quilmes y Berazategui, con 10 patrullas municipales el primero y 31 el segundo. En ambos, los móviles son ocupados por personal civil que realiza recorridas e interviene en cuestiones de violaciones a normativas ambientales (vuelcos de basura), sanitarias (venta de alcohol, transportes de mercadería fuera de los marcos legales establecidos, o venta en la vía pública); pero no en cuestiones de seguridad.
Los ocupantes de las patrullas en los distritos vecinos no cuentan con armas, y no están capacitados ni autorizados a intervenir en hechos de inseguridad; pudiendo sólo limitarse a dar el aviso de situaciones irregulares a las fuerzas policiales.


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