Después del fracaso del «Operativo 7D», la Presidenta de la Nación , sus funcionarios y demás acólitos decidieron apuntar sus cañones hacia los jueces.
La Corte Suprema de la Nación , hasta hace poco emblema de la «transparencia» del kirchnerismo que la nombró reemplazando a la Corte adicta y sospechada del menemismo, ahora pasó a ser objeto de una nueva campaña propagandística desacreditante por parte del aparato multimediático estatal.
Como en un permanente «deja vu», el Estado parece nominar cada semana al «enemigo de turno», y en estricta consonancia, los programas 6,7,8, Duro de Domar y TVR, la Revista Veintitres , el diario Tiempo Argentino, el Fútbol para Todos –ahora en breve receso- Víctor Hugo Morales y cada mojón de la propaganda K bombardean a la víctima señalada.
Aunque ninguno de los fallos judiciales relativos a la Ley de Medios se salió de lo jurídicamente esperable, distintos sectores gubernamentales se encargaron de dejar muy claro que si los jueces no votan lo que el Gobierno quiere, van a iniciarles juicios políticos. La amenaza resulta creíble, habida cuenta del récord de recusaciones presentadas buscando la desarticulación del Grupo Clarín, y del efecto dominó que volteó a unos cuantos funcionarios en el intento de salvar al vicepresidente Boudou del escándalo Ciccone.
Para que se tenga una real conciencia de lo que estamos hablando, por primera vez en la historia, las asociaciones de magistrados de todo el país, reunidas en la Comisión de Independencia Judicial, le reclamaron al Poder Ejecutivo que respete la división de poderes y deje de entrometerse en la función de la Justicia. No fue un documento firmado por Magnetto, sino por los jueces de toda la Argentina , en un gravísimo –y sin precedentes- llamado de alerta.
El ataque a la independencia judicial no se privó de nada: hasta la permanente ocupante de la primera fila de los actos de Cristina Kirchner, Hebe de Bonafini, quien aún no aclaró qué pasó con la plata «extraviada» por su Fundación y los «sueños compartidos» de Shocklender y compañía, dijo que los miembros de la Corte eran unos «turros» y que «había que arrancarles el fallo» sobre la Ley de Medios.
Una vieja frase atribuída al General Perón decía: «al enemigo, ni Justicia».
Si la Corte no le da la razón sobre la Ley de Medios, el kirchnerismo parece decidido a aplicar su propia y mejorada versión de aquella máxima: «a la Justicia , ni Justicia».