Semanas atrás, el Gobierno Nacional lanzó el programa «Precios Cuidados», que en su primera etapa se aplica a cadenas comerciales del Gran Buenos Aires y la CABA, y que sumó, días más tarde, a supermercados de los popularmente llamados «chinos».
La iniciativa incluye un listado de 194 productos para las grandes cadenas, y de 64 para los comercios de asiáticos.
Como cada anuncio de acuerdo de precios al consumidor previo, «Precios Cuidados» estuvo revestido de la amplia pompa habitual en los anuncios kirchneristas. Y estuvo revestido, además, con las consabidas galas: amenaza de importar productos en reemplazo de los locales si no se cumplía lo acordado o se generaba su faltante, advertencia de duros controles, y una garantía de que el objetivo que se persigue, una vez más, es cuidar el bolsillo de todos los argentinos.
En los enunciados, el clásico «notición» que la población en masa debería celebrar sin reparos. Y solapadamente, el reconocimiento oficial de que la inflación tan negada existe. Caso contrario, ¿por qué sería necesario «congelar» algunos valores?
Hasta aquí, nada nuevo. Pero, ¿cómo se dio la implementación del programa en nuestra ciudad?
No entiendo
En primer término, los comercios «chinos» locales parecen estar fuera de la órbita de los acuerdos, dado que listado en mano de los 64 productos con precios acordados, Mi Ciudad detectó en una recorrida por varios comercios que éstos no se cumplen.
Para muestra, cuatro botones: Los súper orientales de Montevideo entre Rosario y Bahía Blanca (Bo. San Martín), 12 de Octubre entre Juramento y Chaco (Bo. Villa Vatteone), Alberdi entre Mitre y Sallarés (Centro) y San Martín, entre Mitre y Sallarés (Centro).
En todos los casos no se encontraron los precios acordados, o directamente estuvieron ausentes los productos que integran el listado convenido.
Por otro lado, los clientes se quejaron de la ausencia de los postulados de la legislación que defiende a los consumidores, dado que no se especifican los valores de cada uno de los productos debajo del lugar donde son exhibidos, ni tampoco se aplican las etiquetas que indican el costo por unidad de medida (kilo o litro, de acuerdo a cada caso).
Y nuevamente, como ya lo publicó en ocasiones anteriores este medio, los locales «chinos» quedaron en el blanco de los cuestionamientos por la exhibición de productos pasada la fecha de vencimiento, heladeras que al momento de la apertura de cada supermercado presentan productos sin frío (especialmente lácteos), y lo que, llegados a este punto se convierte en una anécdota light, que es la entrega de vuelto por la compra en «especias», sean caramelos, chicles, o cualquier otra golosina.
Híper ausentes
Una de las firmas que firmó su adhesión con el gobierno nacional, fue Carrefour, que cuenta con una sucursal del tipo híper en el distrito, y una más pequeña en el corazón de la ciudad..
Allí, simplemente «se agota» todo aquello que debería beneficiar a los bolsillos de todos los argentinos, de acuerdo al discurso oficial.
Los artículos con precio conveniado no están en los lugares en los que las etiquetas en las góndolas nos aseguran que tendríamos que estar viéndolos. Curioso efecto de desvanecimiento, que explican encogiéndose de hombros las cajeras ante la consulta de este medio.
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