Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
La muerte del Fiscal Nisman dejó al descubierto la cara más patética de este Gobierno.
Apenas se conocieron las denuncias de encubrimiento del atentado a la AMIA contra la Presidente de la Nación, su canciller y otros funcionarios, el kirchnerismo puso en acción a su gigantesco monopolio informativo, repitiendo a través de todo su séquito las mismas consignas detractoras de la personalidad y el trabajo de quien hacía 10 años venía dedicándose a esclarecer el mayor atentado terrorista de la historia argentina.
Con su muerte, la serie de exabruptos, idas y vueltas, intromisiones y contradicciones del Gobierno solo sirvieron para entorpecer el esclarecimiento del caso.
La Presidente juega al detective privado ventilando sus sospechas por cadena nacional o por Facebook, y haciendo todo tipo de enfermizas elucubraciones, en lugar de llevar las pruebas, si es que las tiene, a la Justicia.
Ella y sus funcionarios siguen jugando a los espías, revelando que Nisman «dejó a su hija sola en el Aeropuerto de Barajas», escrachando al periodista que dio la primicia de la muerte del Fiscal, publicando su pasaje de avión y poniendo en riesgo su vida, o sentenciando que quien le llevó el arma a Nisman «es un feroz opositor».
El kirchnerismo todo sigue jugando al distraído, al no decir ni una palabra sobre las vergonzantes escuchas en las que su «soldado» Luis D´Elía parece estar manejando las relaciones internacionales del país, y al no explicar cuál fue el sentido de firmar un inservible memorándum con Irán que sólo beneficia a los investigados, y que, burlonamente, hasta fue rubricado el Día en que se conmemora el Holocausto.
Basta de batir el fantasma de la «desestabilización». Basta de hablar de conspiraciones del periodismo, de la justicia, de la oposición, y de todos los que no se alinean con el relato. Tanta subestimación no sólo ofende, también cansa.
Los «espías» a los que ahora se apunta, trabajaron para este Gobierno desde siempre. La Secretaría de Inteligencia, o como vaya a llamarse de ahora en más, responde a la Presidente de la Nación.
Y los que nos pusieron en el Mundo junto a Irán, Venezuela y Rusia no fueron Magnetto ni Clarín, sino los Kirchner.
Que cada uno se haga cargo de su propia ineptitud o negligencia.
Basta de tomar a la gente por estúpida.
No todos somos Nisman, pero todos queremos que su muerte no haya sido en vano.