Todo cambia



Nota de tapa » 01/07/2016

La noticia dejó paralizado a medio país: José López, uno de los principales funcionarios del área de Obras Públicas del gobierno de Cristina Kirchner, y mano derecha del ex Ministro Julio De Vido, fue detenido al encontrárselo llevando a un convento bolsas con alrededor de 9 millones de dólares cuyo origen no pudo explicar.
Ante el repudio generalizado de la opinión pública y todo el espectro político, gran cantidad de dirigentes kirchneristas buscaron rápidamente «despegarse» del compañero caído en desgracia. Y entre ellos, no podía faltar el siempre oportuno Intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, quien se apuró a condenar a López… desde Miami, donde estaba desde hacía un par de días, cumpliendo sus ya últimas funciones como dirigente de FLACMA o tal vez brindando una de las conferencias que necesita dictar porque «su sueldo no le alcanza».
Así, Pereyra escribió en su sitio oficial de Facebook: «no acostumbro a expresar sensaciones personales, al menos no públicamente pero hoy quiero decirlo: Estoy indignado, siento una pena terrible ante este caso que nos duele a todos los argentinos. Tengo bronca, porque nuestro espacio que levanta las banderas de la justicia social no merece estos procederes corruptos. Siento un enojo mayúsculo. El accionar de López ensució a muchos y es por eso que creemos en la necesidad que la justicia actúe rápidamente. ¿Cuántas obras podríamos haber concluido en beneficio de los varelenses?, ¿Cuántas , ahora inconclusas como las del paso bajo nivel, la ruta 53, los polideportivos, las viviendas?. Esto nos avergüenza y merece mi total repudio y condena».
En el mismo muro, y sobre su comentario, Pereyra subió el comunicado emitido por Cristina Kirchner al respecto, en el que culpa a «empresarios, dirigentes, jueces y periodistas» por el caso de corrupción.
Lo cierto es que López –a quien ahora nadie parece conocer- compartió innumerables reuniones y actos con Pereyra a lo largo de estos años. El ex Secretario de Obras Públicas de la Nación, ahora arrestado, siempre tuvo una estrecha relación no sólo con el jefe comunal varelense, sino con todos los intendentes del Conurbano.

Todos saben que el ex funcionario disponía de una amplia libertad de acción en lo que respecta a una de las zonas más necesitadas del país, como es gran parte de la Tercera Sección Electoral, principalmente en cuanto a los planes nacionales de viviendas y otros emprendimientos de infraestructura locales. Eso reforzaba la relación directa que López mantuvo durante años con los intendentes, entre ellos, con el de Florencio Varela. López era el encargado de acelerar o adelantar los pagos a las empresas contratistas con total discrecionalidad, registrándose casos de firmas a las que se les abonaba el 30 por ciento del contrato con sólo comenzar la obra, que en varios casos fueron abandonadas meses más tarde.
De acuerdo a un informe del Ministerio del Interior de la Nación, el Gobierno de Cristina Kirchner desembolsó por lo menos 2292 millones de pesos como «primer pago» de 924 proyectos que nunca presentaron el correspondiente certificado de obra. Además, se pagó la totalidad de 1370 emprendimientos que todavía no se finalizaron.
La gestión de López en la provincia de Buenos Aires también fue puesta bajo la lupa por el gobierno de María Eugenia Vidal, que encontró varias y graves irregularidades en las obras encaradas –las finalizadas y las que quedaron paralizadas- y notorios sobreprecios.
Según una auditoría oficial del Gobierno Nacional, sólo en 2015, López desvió 13.500 millones de pesos asignados a viviendas. Esos fondos, de destino incierto, redujeron lo efectivamente invertido en el área a poco más de 5000 millones.
Analizar estos números y ver el estado de abandono en que quedaron varias viviendas sociales en Florencio Varela es inevitable. Pensar que sólo López es el responsable del desfalco, sería ingenuo. Y quienes marcharon a su lado durante estos años, deberían también, rendir cuentas ante la Justicia.


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