Por Leonardo Abrahan
Miraba cada paso y la dirección de los mismos. Autos embanderados, escudos etiquetados en las ventanillas, remeras verdes y amarillas en comunión, una corriente jubilosa a metros de un estadio que abrazaba el acontecimiento más importante en la historia deportiva de Defensa y Justicia.
La Copa Sudamericana le daba la bienvenida a la Institución varelense en el estadio de Lanús el miércoles 5 de abril de 2017 ante el San Pablo de Brasil. David y Goliat en la trayectoria futbolística; cuando el conjunto brasileño se elevaba en lo más alto del mundo venciendo al poderoso Milan o la Juventus con aquel plantel conducido por el inolvidable Telé Santana, por aquellos días Defensa caminando por el barro del esfuerzo, humildad y sacrificio soñaba en la segunda categoría del fútbol argentino.
El tiempo florece, los sueños se desprendieron de los cielos para besar este presente inigualable; ilusiones en los tablones, el andar de tierra, la gloria silenciosa de los grandes momentos, del crecimiento escalonado superando cada obstáculo sin quejas, sin resentimientos; en lo alto la herramienta de una identidad sostenida en el tiempo. Una mística que fue creciendo temporada tras temporada; un club sencillo y prolijo en lo financiero, supo caer en los resultados y supo también levantarse.
Desde sus comienzos pisó fuerte, en una línea de tiempo efímera ascendió desde la “D” al Nacional “B”, conoció todas las categorías, todas las canchas, goles y resultados, únicos testigos: sus fieles seguidores y el verde césped; el rayo y el empujón al descenso para emerger como el Ave Fenix al Nacional en aquel 97’ ante Tristán Suárez, con el gol de tiro libro de Jorge Galleguillo desde casi mitad de cancha, para sellar el 2 a 1 y ser los primeros en inaugurar una vuelta olímpica en el Centenario de Quilmes a meses de su inauguración, para emoción de todo Varela…
Defensa y Justicia se convirtió en el equipo que más años jugó en el Nacional “B” desde su inauguración y defendió ese lugar con garra y corazón. Con los pies en la cornisa supo aguantar la tempestad con ímpetu, fútbol, mística y gloria… Tropiezos, goles agónicos un caudal de momentos en arena movediza que desemboca y se sintetiza en el 3 de junio de 2006 con el gol eterno de Ezequiel Miralles, ante Morón para dejar aquel instante guardado en la eternidad y sentenciarse desde aquella disfonía el día del hincha: no hubo equipo en el mundo que perdiendo 3 a 1 a los 46’ minutos del segundo tiempo empate un partido épico para cuidar la categoría como nunca antes.
Esto es Defensa que esperó agazapado, en su sencillez e identidad para comenzar la temporada 2013/2014 con Diego Cocca como entrenador y avasallar con buen fútbol, con equilibrio y contundencia el viaje a la máxima categoría, con jugadores eternos, formados en la institución, la gloria con sangre verde y amarilla: Juan Martín Lucero, Nelson Acevedo y Brian Fernández son el resumen de un equipo de guerreros que llevó a la institución Varelense a la gloria Máxima. Defensa y Justicia el 14 de mayo del 2014, venció 1 a 0 a San Martín de San Juan de visitante con gol de Brian Fernández y así abrazó la primera división en su corta vida…
Defensa no abandonó su seriedad en las finanzas como en el juego, con humildad en su plantel pero con la ilusión, talento, sacrificio e buen juego cuidó la categoría; siguió caminando, aprendiendo y disfrutando las mieles de la primera división para esperar la oportunidad y ante la primera posibilidad volar y zambullirse a nuevos objetivos… Ariel Holan, ayudante de campo de Matías Almeyda en River y Banfield; con un historial en el hockey, su primer desafío como conductor de un equipo; un nuevo acierto dirigencial del Halcón; técnico serio, detallista, influyente positivo en el plantel, motivador y con una idea de juego clara. Así camino en el Torneo Defensa, respetado por rivales y florecido por los elogios del medio. Cosechó los puntos necesarios con un plantel equilibrado y ese lugar final de la tabla abriría las puertas de los sueños… Defensa y Justicia sería parte por primera vez en su historia de una Copa Internacional, en el diseño del Torneo entre tantos clubes importantes del Continente aparecía el nombre de la Institución Varelense, lágrimas seguro en los rostros emocionados de todas las personas verdes y amarillas…
… Miro mis pasos, me guían como aquellos años finales de los 80 con dirección a aquella cancha de tablones, para ver a Carlos Almada o Ricardo Villa; dejo que mis pies me guíen, que mis pasos se aceleren como mi corazón; escucho la gente, en las veredas muchas camisetas de todos los años y de todos los tiempos de Defensa; a metros de la cancha el sonido es cada vez más fuerte, el aliento me lleva, mis pasos se frenan nerviosos, fijo mi vista a cada escalón para no tropezar ante tanta emoción; últimos escalones y emerge un bonito estadio, los tablones hace años que fueron historia y estaba a punto de ser testigo de esta hermosa historia que se adueñó por siempre de la vida de este hermoso club y esta persona. En lágrimas veo la salida de los equipos, el verde cada vez más verde y el amarillo hermoso; el otro equipo de remera blanca y con una trayectoria inmensa como el San Pablo; parados en línea, saludo protocolar de fair play, la pelota en el centro, el silbato que hizo eco en mi corazón y el comienzo de un partido perpetuo, en la noche más importante fútbolística de Defensa, la noche de los sueños…