Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Se largó la pulseada. El 22 de octubre, los varelenses tendremos que decidir entre cinco listas quiénes serán los doce concejales que ingresarán al Concejo Deliberante.
Las PASO dejaron un panorama muy claro: habrán ahora tres opciones de origen peronista, como son la nómina encabezada por Daniel González de Unidad Ciudadana, la de Tony Suárez (Cumplir) y la de Daniel Zisuela (1País), contra la lista de Cambiemos, con el sorprendente ganador de su interna Pablo Alaniz, y la del Frente de Izquierda, Tito Pazos.
Del análisis de estas circunstancias surge que, tal vez como nunca antes, nuestra ciudad tendrá una elección altamente polarizada, entre el kirchnerismo y Cambiemos. Vamos a los números que lo confirman: en agosto, las dos listas de Unidad Ciudadana sumaron 97.439 votos, y las de Cambiemos, 53.137. 1País obtuvo 24.616, y Cumplir, 11.351.
Como ya ocurrió en anteriores oportunidades, el pereyrismo puro llevará entre sus candidatos, por la integración de las dos vertientes cristinistas, a algunos de sus denunciantes más insistentes, como Héctor Salatino. Si armarán una única bancada o no con el resto de los representantes de «Nuevo Encuentro» es una cuestión que puede terminar inclinando el cuerpo deliberativo hacia uno u otro lado. Pero nada es seguro en un Concejo donde las alianzas y rupturas se suceden con una frecuencia alarmante. Junto a González hay referentes como Laura Ravagni y Darío D´Aquino (otro que se anota en la carrera por la Intendencia en 2019) y nombres nuevos e interesantes como los de Mario Kanashiro y Natalia Csigo, dos funcionarios que trabajan con seriedad y tienen un perfil muy diferente al de algunos hombres y mujeres del habitual entorno del poder varelense.
Zisuela, quien aflojó notoriamente su campaña tras las Primarias, aspira a lograr el porcentaje suficiente como para seguir siendo concejal. Es uno de los ediles que deberán renovar su mandato. Su conocida ruptura con el «Lagarto» Olmedo presenta al partido de Massa y Stolbizer con una inesperada fragilidad en el ámbito local.
Peor aún están las cosas para la tercera opción peronista. De confirmarse los números de las PASO, no será fácil para Tony Suárez, histórico dirigente pereyrista, ahora alineado con Randazzo, desempeñar un buen papel el domingo 22. Pero igualmente seguirá en el Concejo.
El Frente de Izquierda, con Tito Pazos, buscará por primera vez llevar un hombre de esa tendencia al Concejo Deliberante local, algo que intentó repetidamente y sin éxito en los últimos años el profesor Roberto Gellert. Los poco más de 6000 votos sumados en las PASO deberán al menos triplicarse para conseguirlo.
Frente a este panorama, Pablo Alaniz, que fue la gran sorpresa de las Primarias, se potencia como la principal figura opositora, no sólo para el 22 de este mes, sino para 2019. Junto a Pazos puede mostrar que nunca trabajó junto a Pereyra, algo que no pueden hacer los otros tres candidatos.
En su lista lleva a gente nueva como Maximiliano Bondarenko, la radical Gabriela Mancuello, Juan Cataldo, Santiago Wolski y Sabrina Diana, y a una concejal de muy buen paso por el cuerpo deliberativo como es Gabriela Lasso. Si las matemáticas no fallan, Alaniz ingresará al Concejo, y acompañado por varios de sus candidatos.
El Concejo que viene
¿Quiénes son los concejales que terminan su mandato? Dardo Ottonello, Gualberto Ríos, Romina Vega y Gabriela Lasso (Cambiemos), Daniel Zisuela y Juan Olmedo (Frente Renovador), Darío D´Aquino, Amancia Báez, Jorge Romero y Laura Ravagni (Frente para la Victoria), Héctor Salatino (Nuevo Encuentro), Darío Carasale (Tupac Amaru). Contando a éste último, al oficialismo se le irán cinco ediles.
¿Quiénes siguen? Beatriz Tobio, Luis Paz, Tony Suárez y Juan Cruz Daffunchio (Frente para la Victoria), Carlos Boco, Carmen Candia y Horacio Corimayo (Cambiemos), Mariano Camiletti (Nuevo Encuentro), Cristina Farías, Héctor Romero, Néstor Avalos y Diego Giménez (Frente Renovador).
Pero ¿puede el Concejo cambiar radicalmente sus proporciones a partir de esta Elección?
De su actual composición, con nueve pereyristas, siete concejales de Cambiemos, seis de Massa y dos de Nuevo Encuentro, el cuerpo arrancará en principio con cuatro pereyristas, tres de Cambiemos, cuatro de Massa y un edil de Nuevo Encuentro, a los que se sumarán los doce que ingresen. El oficialismo cree que se quedará al menos con la mitad de esos escaños, Cambiemos debería obtener un mínimo de cuatro, quedando los otros dos para el Massismo, ayer Frente Renovador, hoy 1 País. Si esto se confirmara, a partir de diciembre tendríamos un Concejo con nueve pereyristas, siete de Cambiemos, seis de Massa y dos de Nuevo Encuentro. Es decir, la misma situación de hoy.
De allí la importancia de los votos que sume Zisuela: si los concejales sólo se reparten entre Unidad Ciudadana y Cambiemos, podría darse un Concejo con diez oficialistas y ocho representantes de Cambiemos, cuatro massistas y dos de Nuevo Encuentro. Si este partido -que lleva a Salatino en el cuarto lugar y a la camporista Carolina Rabie en el octavo lugar de la lista de Unidad Ciudadana- mantiene su posición de denuncia contra el oficialismo, éste se encontraría en minoría. En todos los casos, el rol de los concejales que respondan a Massa será determinante.
2015: el fin de un mito
En 2015, el Frente para la Victoria con Julio Pereyra como candidato a Intendente totalizó 70.851 votos, mientras que Daniel Zisuela (UNA) tuvo 49.523 y Dardo Ottonello (Cambiemos), 43.729. Lo curioso es que Zisuela y Ottonello habían sido socios en la Elección anterior. Si hubieran sumado sus votos a la hora de pelear por la Intendencia, habrían vencido al oficialismo, con nada menos que 93.252 sufragios.
Uno de los mitos que se derrumbó en aquella contienda fue el de que «los varelenses no cortan boleta»: a nivel municipal hubo 43.710 votos en blanco, mientras que para Gobernador fueron 25.882, y para Presidente, apenas 7585.
La cantidad de gente que cortó a Pereyra fue apabullante: mientras que Daniel Scioli recibió 109.286 votos, el candidato local tuvo 70.851. Hasta Aníbal Fernández (93.712 votos) tuvo más apoyo que él.
Estos datos refuerzan la esperanza de Cambiemos, sector que, aún consciente de que no se podrá ganar esta Elección en Florencio Varela, donde Cristina Kirchner conserva una alta aceptación, entiende que el alto grado de rechazo hacia Pereyra y su gente podrá influír para crecer mucho con respecto a las PASO, a punto de poder armar un Concejo Deliberante más plural, y afirmarse aún más como la «única oposición» con miras a 2019.
«Somos nosotros o Pereyra» –dijo una reconocida figura del Macrismo local, hace pocos días, a Mi Ciudad- y agregó: «González, Suárez y Zisuela fueron funcionarios de Pereyra, y la Izquierda no prende en Florencio Varela, así que la polarización es clara». Y razón no le falta.
Pero todos los análisis mueren a la hora de contarse los votos. Una nueva pulseada está en marcha. Y como siempre, el árbitro será el pueblo.