Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Cuando la fecha y características de las próximas Elecciones todavía están por confirmarse, en Florencio Varela existe una certeza: la enorme interna que desde hace rato se desató en el peronismo local.
La partida de Julio Pereyra a la Legislatura abrió el juego y son varios los que quieren quedarse con el puesto que ocupó durante un cuarto de siglo y que ahora dejó, aunque reservándose la posibilidad de vuelta con una inexplicable «licencia», en manos de Andrés Watson. El gran problema es que dentro de ese espectro de aspirantes a pocos les da el piné para el cargo.
Fiel a su tradición, el peronismo varelense, recientemente unido en el festejo por la inauguración de su nueva sede, tiene su propia grieta y los que están de un lado y del otro operan haciendo uso de todo lo imaginable para agrandar su porción de la torta. La habitual foto oficial que muestra a todos los «compañeros» con sus dedos en «V» esconde en realidad un submundo donde las enemistades no se detienen ante nada.
Sabido es que la «30 de Marzo», la histórica agrupación del pereyrismo, tiene en su mesa chica, además de a Julio Pereyra, a Andrés Watson, Amancia Báez, Daniel González, Laura Ravagni y Jorge De Rosa. Y que a esa mesa se sumaron no por «cupo femenino» sino por condiciones propias, Mariana Corrales y Betty Domingorena. Pero dentro de ese espacio exclusivo las posturas están divididas, y de ningún modo existe consenso para determinar quién deberá ser el próximo candidato a Intendente.
Mientras Watson hace todos los deberes para quedarse con la chapa que lo lleve a ganar su propia elección, -y muy probablemente, a despedirse de «la pesada herencia recibida» en su gabinete- su ambicioso Secretario General de Administración y Fiscalización, Daniel González, sueña con recibir la bendición de Pereyra, o, al menos, la autorización formal para enfrentarlo en una interna. A González no le basta ya con el estratégico rol que viene cumpliendo desde hace años en la estructura de la Comuna y en el espacio político y económico de Pereyra. Ni siquiera le alcanza con su triunfo testimonial de las últimas elecciones de medio término, cuando encabezó la lista de concejales pero volvió a su oficina de la calle 25 de Mayo. El hombre ahora va por el premio mayor, y quiere ser el próximo Intendente. Para eso, cuenta con una aliada: Amancia Báez, que está empeñada en quedarse con el manejo de los CIC (centros integradores comunitarios), alentando campañas contra quienes manejan el sector de Desarrollo Social del distrito y no oculta su fastidio con la gestión de Watson, quien por su parte, de ningún modo la mantendría en su entorno en un gobierno que fuera puramente propio.
Está claro que mesa chica al margen, la decisión final estará en manos de Pereyra. El viejo barón del conurbano, que claramente sigue mandando en Florencio Varela, es un reconocido fanático de las encuestas y de las redes sociales, y basará en mediciones matemáticas –además de su indudable instinto político- la determinación sobre el candidato. ¿Habilitará una lucha interna? Nadie puede asegurarlo ni negarlo, pero sería sumar un problema más al que ya tienen desde hace años, y que encarna su ex aliado Héctor Salatino, quien desde Nuevo Encuentro y apoyado por La Cámpora, no sólo lo enfrentó en busca de la Intendencia, sino que puso en riesgo el triunfo local al dividir al kirchnerismo en el mejor momento de Cambiemos. Y esas son jugadas que no se olvidan fácilmente.
Para colmo, volviendo a las incertidumbres sobre la fecha y el modo de las elecciones de 2019, dos proyectos tienen en vilo al peronismo varelense: uno, la posible eliminación de las PASO, que de confirmarse, significaría un gran ahorro a las arcas públicas y le evitaría al macrismo el sinsabor de ordenar detrás de una figura a su oposición más fuerte, y el otro, el probable desdoblamiento de las elecciones municipales, que dejaría a la gente de Pereyra sin la boleta nacional de la que siempre se valieron y colgaron para llegar y permanecer en el poder.
Con todo, el nombre del próximo candidato a intendente peronista no saldrá de estos dos: Andrés Watson o Daniel González. La grieta está más abierta que nunca. Para confirmarlo, sólo habrá que sentarse a ver lo que va a ocurrir en estos próximos meses. No falta mucho. 2019 está a la vuelta de la esquina.