Los cuadernos de la discordia



Nota de tapa » 01/06/2020

«Perón ama a los niños», «Mamá me mima, Evita me ama», «Esa niña juega con una muñeca. Se la regaló Evita», «Mi hermanita y yo, amamos a mamá, papá, Perón y Evita». Las históricas frases forman parte de algunos libros con los que se enseñaba a leer en las escuelas públicas en los tiempos en que Juan Domingo Perón ejercía la Presidencia de la Nación.
Aunque ya pasaron más de 70 años, las malas costumbres parecen persistir. En los últimos días, llegaron al Consejo Escolar de Florencio Varela miles de cuadernillos «educativos» editados por el Gobierno Nacional, para su distribución en los barrios más carecientes, entre familias que no tengan acceso a Internet. En realidad, se trata de una ínfima parte de los millones que se imprimieron para entregar, junto a bolsones de alimentos, a lo largo de todo el país. Y nuestra ciudad, ubicada en el empobrecido Conurbano, no podía quedar al margen de la iniciativa.
Lo llamativo es que los cuadernillos, a través de los cuales los estudiantes deberían recibir los contenidos educativos a desarrollarse durante el aislamiento obligatorio, contienen gran cantidad de propaganda política y difusión de obras del gobierno nacional. Inclusive, la última tanda comienza con un prólogo firmado por el propio Presidente, Alberto Fernández.

 

Editando la realidad

 

En los fascículos, que en muchos casos se distribuyeron junto a bolsas de alimentos, además de enumerarse varias acciones del gobierno nacional para el combate de la Pandemia, se da particular importancia a un proyecto de ley presentado por una legisladora de la agrupación kirchnerista «La Cámpora», y también se apunta a los adversarios políticos del kirchnerismo: con una particular forma de «editar» la realidad, se muestra, por ejemplo, la noticia de un conflicto de trabajadores de la salud de la ciudad de Buenos Aires, solicitándole a los alumnos que respondan a qué funcionario se cuestiona en la nota en cuestión, buscando que se nombre a uno de los líderes de la oposición, Horacio Rodríguez Larreta. Mientras se relata la falta de insumos en CABA, nada se dice de similares situaciones en varios municipios de la provincia de Buenos Aires.
En la misma sintonía, aparecieron en algunos sectores varelenses afiches que hablan de la «ayuda del gobierno nacional» a las empresas por la Pandemia, sin diferenciar «gobierno» de «Estado», y olvidando que los recursos con los que se otorgan los subsidios son públicos, y producto del esfuerzo de los trabajadores y empresarios que sostienen el país con sus impuestos.
El caso tomó estado público a través de una investigación del diario La Nación, según la cual, el Ministerio de Educación ya gastó 406 millones de pesos en dos meses en la impresión de 18 millones de estos cuadernillos.
Tras difundirse la noticia, el bloque de diputados de la UCR elevó un pedido de informes al Ministro de Educación, Nicolás Trotta.
Por su parte, y al conocerse que UNICEF financió parte de la publicación, Luisa Brumana, representante de dicho organismo en la Argentina dijo: «nunca avalamos la inclusión de contenidos políticos ni en publicaciones ni en ningún otro recurso educativo dirigida a niñas, niños y adolescentes. UNICEF no intervino en la línea editorial de los materiales».
La noticia sirvió para recordar que Florencio Varela también tuvo su propia forma de utilización de los chicos para hacer campaña política: hace un par de años, una agrupación peronista local repartía certificados odontológicos a alumnos de escuelas primarias del distrito, con la leyenda «Gestión Julio Pereyra». En ellos, el nombre y apellido del ahora diputado provincial tenía una tipografía el doble de grande que la del profesional que firmaba el certificado.


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