«Van a venir momentos más difíciles aún…. Pero vamos a vencer al coronavirus. Buscamos que se lleve la menor cantidad posible de vidas en nuestro distrito». Las palabras del Intendente Andrés Watson fueron el preámbulo de la conferencia de prensa vía Zoom realizada a fines de junio por el Secretario de Salud de la Comuna, Dr. Ruben Trepichio.
Estamos transcurriendo la 27ª Semana epidemiológica. A esta altura del año es común que existan gran cantidad de pacientes con afecciones respiratorias como la bronquiolitis y la neumonía, entre otras. Pero el COVID-19 prácticamente borró a dichas enfermedades del cuadro sanitario local.
La expansión del coronavirus en el AMBA (Capital y Gran Buenos Aires) hizo que Florencio Varela, con más de 1000 casos y 17 fallecimientos al momento de cerrar esta edición, quede alcanzada por el endurecimiento de la «cuarentena».
Como aconteció en otras localidades, en nuestro distrito también se vieron afectadas por el virus dos residencias geriátricas, falleciendo una residente en una de ellas.
Mientras fueron confirmados varios casos entre el personal municipal, continúa la polémica por la casi nula acatación en los barrios del aislamiento social.
Para colmo, causó alarma la difusión por parte del Ministerio de Salud de la Nación de una estadística que aseguraba que nuestra ciudad ya tenía ocupado el 76,8 por ciento de sus camas de terapia intensiva, lo que fue desmentido por Trepichio, que estimó dicha cifra en un 63 por ciento. (ver nota de la página 4). El informe colocaba a nuestro distrito como el primero del conurbano en cuanto a ocupación de camas, seguido por Esteban Echevarría, Morón, Ituzaingó y La Matanza.
Descontento en «la Pepsi»
Si bien la Municipalidad realizó testeos –encuestas en realidad- en distintos barrios, desde algunos de ellos se requiere la presencia estatal con urgencia. Vecinos del barrio Presidente Perón, el complejo de viviendas conocido como «la Pepsi» se quejan de la inacción del delegado municipal en la zona y aseguran que tienen familias enteras con síntomas de COVID-19 esperando la asistencia de una ambulancia.
Además, hasta pocos días antes de la nueva etapa decidida por el Gobierno Nacional, pudo verse en el centro varelense una gran circulación de gente que en muchos casos no respetaba la distancia social.
La afluencia de público se vincula con la oferta comercial. Otro gran problema es la baja en la economía de la ciudad. Cientos de comercios continúan sin poder trabajar y decenas de ellos ya cerraron para siempre. En el Centro, si bien muchos alquileres fueron reducidos a la mitad, el sistema de «delivery» no alcanza para cubrir los costos y gran cantidad de comerciantes buscan la forma de seguir adelante atendiendo con sus persianas a medio cerrar. Si bien hubo reuniones entre funcionarios de la Comuna y la Cámara durante estas semanas para ir consiguiendo permisos para trabajar con estrictos protocolos de seguridad, la «nueva fase» llevó las cosas a cero y vuelve a reinar la incertidumbre y la anarquía: mientras algunos aceptan las medidas, otros prometen resistirlas y abrir pese a todo.
Como buena noticia en medio de tanta desolación, se esperaba la inminente puesta en marcha del Hospital Modular para sumar camas al sistema local.
El Coronavirus parece haber llegado para quedarse por un largo tiempo. Y habrá muchos días difíciles por delante.