Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Con la magia intacta, Alfonso Ruiz lo hizo otra vez. El 25 de mayo, el salón de los Bomberos Voluntarios demostró la espectacular convocatoria que sólo el disc-jóckey más grande de la historia varelense puede lograr. Y ahí estuvimos, como en los años dorados, muchos de los que danzábamos «en fila» en aquellos bailes del Santa, o de los que acudían cada fin de semana a las inolvidables veladas de «El Banco». También, claro, varias parejas que hoy recuerdan haberse unido al compás de la música que él «enganchaba» desde las bandejas a las que manejaba con una habilidad y velocidad que siempre sorprendió, atento a la respuesta que cada tema musical provocaba en «su público», el que hoy como ayer, agotó las entradas en tiempo récord para volver a verlo. Y la noche lo tuvo todo: después de la intro a cargo del DJ Roberto Martínez, llegó el Himno Nacional a lo Charly, cantado por Alfonso y con ese grande de la música zonal que es Martín Pagano en la viola, mucho show, el gran lujo de poder ver en el escenario, acompañando al histórico DJ, a su hijo Juan Sebastián, de solo trece años, y hasta cierta sensación de «deja vú» flotando en el ambiente, cuando nuevamente se está intentando desviar a la Sociedad de Bomberos Voluntarios de su cauce con una «campaña» claramente repudiada por todos los que dijeron presente en el reencuentro, apoyando a una comisión directiva encabezada por Sergio García que sigue la exitosa senda marcada por su inolvidable hermano, el «Cabezón», que, por si alguien no lo sabía, también fue un gran amigo de Alfonso, y su compañero de trabajo como DJ en muchos de esos bailes del ayer no tan lejano.