La salud no es lo primero



Nota de tapa » 01/09/2020

Lo decían siempre nuestras abuelas: «la salud es lo primero». Pero desde hace tiempo, principalmente en el Conurbano, la frase sólo es un viejo anhelo. Tuvo que llegar una pandemia para que las históricas deficiencias de nuestro sistema sanitario quedaran al descubierto, y dentro de ellas, la vergonzosa precarización de su personal es una de las más graves. Héctor Ricardo Villalba tiene 47 años, tiene cinco hijos, tres de los cuales viven con él y su esposa, con quien comparte profesión: es licenciado en Enfermería y trabaja en el Hospital El Cruce desde hace 12 años. Por su parte, Sandra Pezzali, también licenciada en Enfermería, está en el mismo centro asistencial desde su inauguración y ahora por razones médicas está en uso de licencia. Ambos integran el grupo de autoconvocados que están reclamando una mejora en sus salarios y sólo encontraron indiferencia por parte de las autoridades. Así hablaron con Mi Ciudad:

-Cuéntennos como es la situación que están atravesando…
-Héctor: queremos un aumento salarial porque nuestro sueldo está por debajo de la canasta básica y del índice de pobreza. Estamos reclamando desde hace unos 25 días como autoconvocados. Hoy un enfermero profesional está cobrando en mano unos 33.000 pesos. Le pedimos a la Dirección del Hospital un aumento de forma urgente y no tuvimos respuesta. Por eso estamos haciendo asambleas permanentes.
-¿Cuántas horas trabajan?
-S: Se trabajan 30 horas semanales aproximadamente.
-Las autoridades del Hospital emitieron un comunicado diciendo que ustedes fueron «violentos» en sus reclamos…
-H: 14 representantes de los distintos sectores de trabajo nos reunimos con el Director Sáez de Guinoa. Le pedimos que busque la forma de que nos den un aumento y su respuesta fue que el Hospital no contaba con presupuesto y que las paritarias estaban cerradas. Nos trataron de violentos, pero si reclamar nuestro salario es ser violentos, lo seguiremos siendo. Lo único que hicimos fue aplaudir y pedir el aumento. No rompimos nada ni levantamos la voz. Pedíamos que el Director nos atendiera y finalmente lo hizo.
-¿Cuánto hace que lo que cobran no es suficiente?
-Sandra: el deterioro de nuestro salario viene desde hace varios años. No solo del gobierno anterior, sino desde antes. Se trata de personal muy calificado y los sueldos no están a la altura. Cuando se inauguró el Hospital tenía muy buenos sueldos justamente porque el personal era muy especializado. Pero con el tiempo, eso cambió. Nuestro salario se devaluó por lo menos en un 60 por ciento. Ninguno de los sindicatos que están en el Hospital se hizo eco de los reclamos. Ni Salud Pública, ni ATE ni la Asociación de Profesionales. Por eso nos autoconvocamos y pedimos un aumento del 50 por ciento al básico. Entendemos que la situación es difícil para todos, pero la realidad es que muchos compañeros no pueden llegar a fin de mes. Yo estoy con licencia porque tengo diabetes y tres by pass coronarios. Hasta me infarté en el Hospital, por el stress. Son muchos años en terapia pediátrica. Hay otros compañeros en la misma situación. Ahora se dio un bono no remunerativo, que no se otorgó a los licenciados por no estar trabajando. Es una discriminación hacia los que estamos enfermos. Otros tienen dos trabajos, con el doble de stress, el doble de desgaste y una doble exposición al contagio. Los que no estamos trabajando tenemos que elegir entre comprar un medicamento, pagar los servicios o comer. Y si no se compran los medicamentos las enfermedades se van agravando. Por eso, muchos aplausos, mucho «estamos en la trinchera», pero nos cuidan muy poco. Esa es la realidad.

-Y la situación se fue agravando…
-H: se fue deteriorando en los últimos siete años. Los aumentos que cerraron los gremios siempre fueron de algo más de un 20 por ciento, y la inflación era arriba del 35 por ciento. Según el INDEC ahora una persona necesita 63.000 pesos para llegar a fin de mes, y nosotros estamos en la mitad de eso. Nos dieron un bono de 15.000 pesos que dicen que va durar hasta que dure la Pandemia o se abra la paritaria, pero no se lo dieron a los compañeros que están sin trabajar.
-S: tengo compañeros que me dicen que van a renunciar a la licencia porque no pueden más. Prefieren volver a trabajar aunque sean personal de riesgo, para hacer algunas horas extras, porque tienen que mantener a tres o cuatro chicos y no les alcanza ni para la comida. Yo tengo que decidir si compro la carbamazepina, que es una medicación para el colesterol, o no la compro, porque es muy cara, no la cubren al 100 por ciento, y porque en F. Varela IOMA no funciona bien, no tenés quien te haga una receta… Y terminás comprando los medicamentos en cuotas para sobrevivir. Y esta situación es igual en el Hospital de Berazategui, en los hospitales de Capital, en todos lados.
-El ahora funcionario nacional Dr. Arnaldo Medina declaró que el problema es la cantidad de personal del Hospital, que considera excesiva…
-H: al declarar esto, lo que quiere es sembrar miedo entre el personal. Él tiene contactos con el Hospital porque tiene compañeros que están alineados con su pensamiento político. Yo desmiento lo que dijo: hace doce años que trabajo ahí, y el personal que tiene el Hospital lo tomó el propio Medina. Hoy hay tres empresas tercerizadas dentro del Hospital y con la pandemia, los administrativos están haciendo seguimiento telefónico a los pacientes del COVID y no dan abasto. No es que la Pandemia nos llevó a hacer un reclamo, lo hacemos porque ganamos sueldos miserables desde hace seis o siete años y los que estamos en la primera línea estamos trabajando tres veces más de lo que deberíamos.
-¿Tienen los elementos de seguridad necesarios para trabajar?
-H: Los insumos están, pero no son de buena calidad. Nos trajeron un barbijo que te cubría la boca pero no podías respirar, y lo tuvieron que cambiar. A los dos días trajeron otros barbijos, de alta seguridad, porque nosotros trabajamos directamente con pacientes con COVID positivo y con riesgo de contagio, y se les cortaban los elásticos, así que los volvieron a cambiar por unos de una calidad un poco superior. Y algo más: nos dieron unos camisolines que prácticamente eran manteles de feria, porque no te cubrían nada. Cuando nos quejamos nos dicen es que son donaciones, y que por eso hay que usarlas.
-S: la base de todo esto es el ajuste, que siempre se hace en educación y salud. Acá devastaron un Ministerio de Salud para que sea una Secretaría, salieron a buscar recursos para hacer hospitales que ya tenían que estar terminados o para construir los hospitales modulares… Porque la salud pública no es redituable. Pero ahora se demostró que fuimos los primeros en salir al frente para afrontar lo que estamos viviendo. Un médico con una especialidad y una guardia de 24 horas gana 38.000 pesos. El problema abarca a todo el sistema de salud.
-Anteriormente manifestaron que no se sienten representados por los gremios…
-S: Los gremios son una pantalla, ninguno lucha por nosotros y nuestro sueldo, no nos están representando en absoluto. Sabemos que estos reclamos van a traer cola, van a pedir la cabeza de los autoconvocados, se va a perseguir a los que reclaman sus derechos, es una maniobra que en el Hospital se hace históricamente: perseguir a los que reclaman sus derechos. Yo al Hospital lo siento mío, cada uno de nosotros que lo vio nacer y crecer lo siente propio, pero así están todos los hospitales… Estamos en una zona en la que los pacientes llegan en condiciones deplorables. Hay un abandono en la salud pública que pocas veces se vio. Le pido a la comunidad que se haga eco de este reclamo… Nuestra carrera es difícil y nos merecemos una remuneración digna.
-H: Es así… Nos ponemos la escafandra y nos vamos a laburar doce horas arriesgándonos la vida para hacer un mango más y darle de comer a la familia.


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