Por Carlos Straub
Fue el primer barrio en convertirse en localidad debido a que pasó los 100.000 habitantes, (poco después lo haría Bosques), ya que sus barriadas de alrededor lo engrandecieron hasta tener hoy la misma población total que tenía Florencio Varela en 1975, unas 150.000 almas.
Tiene escuelas, comisaría y correo junto con el centro comercial más numeroso después de Varela Centro, estando cabeza a cabeza con el Cruce, aunque recién hace menos de un año logró que se habilitaran al público un par de cajeros automáticos del Banco Provincia en la mismísima plaza. Sin embargo hoy, increíblemente a 20 años de haber empezado el nuevo siglo, ningún habitante tiene cloacas.
Sergio Arriola (64) es un viejo vecino de la zona que llegó hace 54 años cuando todo no era más que campo y vio crecer lo que antes se conocía como Dante Ardigó, pero popularmente es llamado «El Kilómetro». Él nos recibió en su casa que da hacia una bonita arteria con alameda, que sería más hermosa aún si estuviera asfaltada: la calle Blandengues.
-¿Cómo ve al barrio hoy?
-Si bien tiene muchas cosas, hay grandes atrasos. Para empezar faltan asfaltar tres cuadras de una de las calles principales, El Ombú. Es la que bordea la plaza de la Estación. Y si seguimos en ese punto, cuando se asfaltó todo se «olvidaron» de asfaltar la calle Blandengues que está a sólo cien metros de la Avenida Novak e Illia, antigua Paso de la Patria. Por Blandengues se llega directo a la salita, pero sigue de tierra y para ir hasta ahí hay que dar una vuelta de como ocho o diez cuadras. Blandengues conecta el UPA con la salita, y tendría que estar pavimentada.
-Imaginamos que lo habrán reclamado en su momento…
-Si, aún hoy se reclama. Pero después de tantos años de pedir y pedir sin que te oigan, lograron cansar a la gente y ya no se ve el mismo ímpetu que antes. Pero no hay que olvidarse que por reclamar y pedir, hacer cartas, levantar firmas, marchar a la Municipalidad, a la Gobernación y varias cosas más, se logró entubar el arroyo Las Piedras en esta zona hace ya más de 25 años.
Pero eso no es el pedido más importante, ya que cuesta creer que semejante localidad carezca por completo de las cloacas.
-Siguen esperando por el servicio cloacal…
-Y ya perdí la cuenta de cuanto hace que venimos esperando. Tenemos agua corriente que la instalaron después del barrio Chacabuco, hay gas natural también, pero las cloacas acá no existen. Por eso la gente ya se cansó de pedir… Los gobernantes lograron cansar al vecindario… Lo que está , está y lo que no…Ya vendrá algún día. Así se vive.
-¿El concejal que los representa hace años, tiene llegada a la gente?
-¿Querés que te diga la verdad?, la gente está podrida de Tony Suárez. No es por ideología, sino porque no vemos respuesta. El nos esquiva, queremos que venga y de la cara cuando no se puede hacer algo, conseguir aquello o traer lo otro. Nosotros vamos a entender, pero que así como viene cuando se inaugura algo, que también venga y nos hable, nos cuente las cosas. Y que acompañe también cuando reclamamos algo. Es más, hasta sabemos que ya no vive más por acá y no interesa que siga perpetuándose en su cargo. Pero por lo menos, que nos acompañe.
«Aprovecho para agradecer al diario Mi Ciudad por haber venido a ver un poco la realidad de este barrio, como vivimos, que pedimos, que nos falta…Al menos no nos sentimos tan solos», finalizó Arriola al despedirnos una cálida mañana de enero.