Por Carlos Fernández
Después de un ACV (Accidente Cerebrovascular), es bastante frecuente que los pacientes experimenten cambios emocionales y de comportamiento. Esto se debe a que el cerebro controla nuestro comportamiento y nuestras emociones. Es posible que, tras un ACV, la persona se vuelva olvidadiza, descuidada y que se enfade o confunda con facilidad. Las personas que han padecido un ACV pueden sentir ansiedad, ira o estar deprimidas. Su comportamiento depende de la parte del cerebro afectada y de la magnitud de la lesión.
Hoy les voy a comentar sobre la “Depresión Pos-ACV” (DPA), la “Ansiedad” y la “Inestabilidad afectiva” (IA), para que ustedes, como familiares cercanos, puedan identificar algunos de estos comportamientos y que hacer.
Depresión
La depresión es común tras un ACV y afecta a los dos tercios de las personas que lo han padecido. Los síntomas pueden ser moderados o graves, con frecuencia se inician en las primeras fases de la recuperación. Luego de un ACV, es importante examinar a la persona para ver si está deprimida y brindarle tratamiento si es necesario. Es importante detectar y tratar la “Depresión Pos-ACV” (DPA) lo antes posible. Si no se trata, puede dar lugar a una estancia más prolongada en el hospital o clínica y puede limitar la recuperación funcional de la persona.
Los síntomas de la DPA varían y cambian en el tiempo, pero los pacientes y familiares deben estar atentos a lo siguiente:
• Tristeza, ansiedad o sentimiento de “vacío” persistentes
• Estado de ánimo decaído, falta de interés o de capacidad de disfrutar
• Dificultad para dormir
• Falta de motivación
• Respuestas con poca emotividad o falta de ella
• Sentimiento de desesperanza
• Sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia (sentirse una carga)
• Falta de energía, fatiga, sentirse “lento”
• Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
• Cambios en el apetito
• Pensamientos de muerte o suicidio
NOTA: Si cinco o más de los síntomas descritos anteriormente duran dos semanas o más, es posible que el paciente presente “Depresión Pos-ACV” (DPA).
Ansiedad
Los cambios que genera el ACV pueden producir preocupación y ansiedad. Puede ser más difícil trasladarse de un lugar a otro. Es posible que tenga dificultades con el dinero.
Otra causa de ansiedad tras un ACV puede ser el temor de caerse (debido a problemas de equilibrio), o el miedo de hablar ante otras personas debido a la Afasia (es un tipo de lesión que aparece en personas que previamente estaban bien y que después de un ACV empiezan a mostrar problemas para comunicarse).
El apoyo psicológico puede ser útil para tratar la ansiedad. A veces, la persona se ve afectada por la ansiedad y la depresión a la vez.
Inestabilidad Afectiva (IA)
Cuando se lesionan las zonas del cerebro que controlan las emociones, se produce la IA (también llamada “Labilidad Emocional” o “Incontinencia Afectiva”). Su manifestación más frecuente es que la persona llora con facilidad. En algunos casos, tiene ataques de risa incontrolables o cambios repentinos de humor. Esto es parte de los efectos físicos del ACV.
No es útil decirle a la persona que No llore. En vez de eso, pregúntele como le gustaría que se le trate durante un episodio de este tipo. Muchos afectados prefieren que se le trate como un reflejo, como si fuera hipo, y se continúe con la conversación, sin darle mayor importancia. Con frecuencia, esta “Labilidad Afectiva” disminuye con el tiempo.
Si alguno de estos comportamientos es un problema para usted, converse con su profesional de la salud de cabecera sobre los tratamientos disponibles y cómo manejarse ante los pacientes Post-ACV.