Por Luján Kunzi
Laura Mereles, es una vecina de Florencio Varela que reside en Dante Ardigó. Esta mujer, madre de dos hijos quien constantemente busca salir adelante realizando changas, tuvo que sufrir la repentina muerte de su pequeño bebé Liam, de apenas un año y cinco meses de edad.
Laura Mereles, es una vecina de Florencio Varela que reside en Dante Ardigó. Esta mujer, madre de dos hijos quien constantemente busca salir adelante realizando changas, tuvo que sufrir la repentina muerte de su pequeño bebé Liam, de apenas un año y cinco meses de edad.
«El día en que él se sentía mal, lo acosté y le di la mamadera, mientras estaba en el baño le hablaba porque era muy inquieto y como no me contestaba salí, y al verlo supe que él no se encontraba bien» , comentó Laura a Mi Ciudad y detalló: «Estaba raro, como si no fuera él. Entonces lo alcé, lo miré y vi que miraba para arriba, estaba como ido».
Ver a su hijo en ese estado puso en alerta a esta madre, quien no dudó y fue en busca de un especialista. «Al principio pensé que era una convulsión, porque por parte del padre hay un diagnóstico, y como lo que aparentaba era un espasmo supuse que era eso, pero igualmente lo llevé al UPA», manifestó la mujer.
Tras la dramática situación, los especialistas de la Unidad de Primeros Auxilios (UPA), intervinieron al pequeño quien seguía sin reaccionar. «Ahí me preguntaron sí él tenía alguna enfermedad genética o con sospecha de alguna, como diabetes o epilepsia y yo le dije que sí», señaló Laura y añadió con tristeza: «Lo entubaron y lo medicaron, porque la convulsión nunca cesó, entonces lo tuvieron que sedar. Al rato me comentaron que era sospecha de epilepsia y salió de ahí con bronco aspiración y neumonía».
En ese momento, no tenía un diagnóstico certero por parte de los médicos, sin embargo, estaba junto a su hijo a quien miraba por las rendijas de la puerta. A través de ella, o de alguna ventana, observaba como los médicos hacían todo lo que estaba a su alcance para salvarlo. Sin embargo todo cambió cuando Liam fue trasladado, el día 20 de julio, al Hospital «Mi Pueblo».
Allí, el diagnóstico fue completamente diferente, según detalló la madre. Asimismo, Laura comentó que en dicho centro de salud le dijeron que su hijo tenía una sospecha de meningitis, y el accionar de los médicos despertó en ella ciertas sospechas.
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«Veía que los médicos solo lo medicaban demasiado, además de que la bandeja nunca estaba vacía», recordó con amargura y continuó: «Entonces la doctora lo único que me decía era que lo estaban medicando con lo justo que él necesitaba, pero mi hijo nunca salió de ahí».
Los resultados de la autopsia establecen que Liam murió de fallas multiorgánicas a consecuencias de un exceso de medicación, lo que hizo que sus órganos dejaran de funcionar, según detalló la madre.
«Los primeros órganos que dejaron de funcionar fueron el hígado y el riñón, luego el cerebro y fue entonces que tuvo el paro, que en total tuvo tres y ahí falleció», comentó Laura con dolor. No obstante, ella quería sacarlo de aquel centro de salud, y llevárselo a un privado que atendiera por su obra social; pero no pudo hacerlo.
«Desde el momento uno me pusieron problemas para no llevarlo al privado», exclamó la mujer y detalló: «Me decían que ellos estaban haciendo el traslado, que lo estaban pidiendo y el jueves 21 una hora antes de que muriera, me hicieron creer que estaban preparando los papeles para el traslado, cosa que es completamente mentira».
Por otro lado, aseguró que su hijo debió haber estado internado en terapia intensiva, y que desde el UPA pedía un traslado a un hospital privado, una petición que nadie decidió escuchar. «Yo pedí sacarlo y directamente llevarlo a un privado que estaba adecuado para él, pero ellos no me dejaron», comentó y agregó: «Ellos sabían que en el Materno no había terapia intensiva».
Tras la pérdida de su bebé, esta mujer trata de salir adelante, principalmente por su otro hijo. Ante esto comentó: «Sé que nada de lo que yo me ponga a pensar ahora me va a devolver a mi hijo, pero me hace bien pensar y ver que de alguna u otra manera esto se pudo haber evitado». Por ultimo concluyó: «No quiero que los médicos que lo trataron vayan presos, sino que dejen de ejercer la medicina, tanto los del UPA como los del Materno».