Un 17 de Octubre para Cristina



Editorial » 01/09/2022

Las tres toneladas de pruebas presentadas por Luciani pidiendo 12 años de prisión para Cristina Kirchner como supuesta jefa de una asociación ilícita, por un desfalco de más de 5300 millones de pesos, son contundentes.

Las tres toneladas de pruebas presentadas por Luciani pidiendo 12 años de prisión para Cristina Kirchner como supuesta jefa de una asociación ilícita, por un desfalco de más de 5300 millones de pesos, son contundentes. Durante su show mediático, mientras revolvía y confundía papeles nerviosamente, emulando a Saadi en aquel debate con Caputo por el Beagle de la década del 80, la multiprocesada mandataria no pudo refutar ni una de las acusaciones del Fiscal.
Ensayando una defensa extemporánea y buscando victimizarse, la abogada exitosa no supo explicar cómo hizo Lázaro Baéz para pasar de simple empleado bancario a multimillonario, dueño de 29 estancias con tierras equivalentes en su extensión a 20 ciudades de Buenos Aires, con una empresa creada pocos días antes de que asuma Néstor Kirchner a la que se le dio el ochenta por ciento de la obra pública santacruceña, por qué se le pagaron todos sus contratos aunque la mitad de ellos nunca fueron cumplidos, ni por qué ella y su familia tenían transacciones comerciales con ese proveedor del Estado, que además, le alquilaba los hoteles sin ocupar sus habitaciones.
Pero la búsqueda de impunidad transita otros carriles: a través de provocaciones y amenazas, militantes y hasta funcionarios agitan el clima social sin medir las consecuencias de sus irresponsables acciones. A la cabeza de esta maniobra, se encuentra el tragicómico presidente de la Nación, que no tiene reparos en violar la propia Constitución al inmiscuirse en asuntos judiciales y que fue capaz de decir, demostrando una vez más su inmoralidad e incapacidad que «ojalá Luciani no se suicide como Nisman», obviando el fallo judicial que estableció que a ese otro Fiscal que también acusó a Cristina lo asesinaron a pocas horas de leer sus pruebas ante el Congreso de la Nación, y que hasta hay procesados en esa causa.
Con el «todos con Cristina», el kirchnerismo busca tapar su fracaso conduciendo un país donde la inflación subió al doble de la que dejó el macrismo, con más pobres, más inseguridad, más desempleo y más desesperanza. Un fracaso que ni siquiera logró disimular la festiva asunción de Massa, su recorte de más de 50.000 millones de pesos al presupuesto de Salud, Vivienda y Educación –teléfono para Baradel, SUTEBA y la CGT- y el tarifazo disfrazado de «redistribución».
Cristina y el peronismo buscan un nuevo «17 de Octubre». Pero cuando cuando en aquella histórica jornada de 1945 el Pueblo se levantó en defensa de Perón, nadie lo acusaba de haberse robado ni un solo peso.


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