El adiós al Dr. Roberto Lozano



Edición Impresa » 02/12/2023

El 6 de noviembre, a los 93 años, murió en nuestra ciudad el doctor Ángel Roberto Lozano.

El 6 de noviembre, a los 93 años, murió en nuestra ciudad el doctor Ángel Roberto Lozano. Fue un querido doctor varelense, que llegó junto a su familia a nuestra ciudad, desde su General Belgrano natal en 1951, y con gran esfuerzo y trabajando como mozo, estudió y se recibió de médico. Desde entonces cumplió una amplia acción en nuestra comunidad, donde presidió el club Defensores de Varela, fue interventor del Justicialismo en 1974, se desempeñó como concejal peronista por ocho años, fue Secretario de Salud de la Municipalidad local y socio fundador y presidente de la Sociedad Civil «Mi Pueblo». Junto a otros profesionales, estuvo a cargo de la desaparecida Clínica «Santa Ana», del Cruce Varela. Formó parte de la Asociación Histórica local, y, como gran amante de las letras, escribió poesías y cuentos, integrando varias antologías literarias. Jugó al fútbol en el inolvidable equipo de veteranos de la Villa San Luis. Desde su puesto en la Comuna, lideró un revolucionario programa de atención a deportistas, que permitió solucionar tempranamente diversos problemas de salud a cientos de niños y jóvenes. También fue un gran impulsor de las bondades de la soja, alimento que terminó adquiriendo mucho mayor valor y reconocimiento con el paso de los años. Con Mi Ciudad tuvo siempre una muy estrecha relación, integrando la Comisión de Homenaje que organizó la cena por el 60° aniversario de nuestro diario, en 2013. Ese año también le entregamos el «Mi Ciudad de Oro», la estatuilla que reconoce a las principales personalidades e instituciones varelenses. En nuestro último Concurso Literario y Artístico, donó una bandera de ceremonias para una de las escuelas participantes.
Fue un médico «de los de antes», que no tenía inconveniente en no cobrarle la consulta a quien no podía pagarla, o en concurrir a un domicilio a cualquier hora de la noche o la madrugada para atender a un enfermo.
Además, y por sobre todo, fue un hombre de familia e inmensos valores, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, cuyo paso por este mundo será recordado por siempre.
En un merecido gesto, la Comuna dispuso colocar la bandera a media asta en homenaje a su memoria y el Concejo Deliberante lo recordó con un minuto de silencio.
A su esposa María Rosa, a sus hijos -nuestros amigos- nietos y demás familiares, expresamos nuestro pésame.


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