Hugo Rodriguez



Entrevistas » 02/11/2022

Hugo Luis Rodríguez nació el 11 de diciembre de 1938 en Banfield. Está casado con Susana Demattei, tiene dos hijos: Ezequiel y María Eugenia, y una nieta.

Hugo Luis Rodríguez nació el 11 de diciembre de 1938 en Banfield. Está casado con Susana Demattei, tiene dos hijos: Ezequiel y María Eugenia, y una nieta. Fue a la Escuela 10 de esa localidad e hizo la Secundaria en el Nacional de Adrogué. Vivía a siete cuadras de la cancha del «Taladro», pero dice que «siempre fue hincha de Racing» y ahora también es «simpatizante de Defensa». De aquellos tiempos recuerda a quien fue su gran amigo, hoy fallecido, Jorge Casaux, que vivía a la vuelta de su casa y era primo de la esposa de Horacio Rosselli, y una anécdota muy especial: «Jugábamos al fútbol y al básquet en el Club Banfield o en la Casa del Niño, que estaba en la calle Pellegrini y era un lugar donde se hacían muchos deportes. Y también jugábamos al fútbol en la famosa «Carbonera», que era la playa de carga del Ferrocarril, sobre un piso de adoquines. Cuando Walter Gómez venía de entrenar de River, se bajaba del tren y a veces se ponía a vernos jugar a través del alambrado. Él tenía un bar y metegol, creo que en la calle Belgrano. Ese River era flor de equipo: Walter Gómez, Labruna, Lostau,…».
Aunque no todos lo saben, Hugo también tuvo su faceta artística. «Canté con Los Arropeños, el grupo de folklore que teníamos con Quiru Piñero, Oscar Rodríguez, Titi Molinero y Tono Palucito. El grupo nació en la peña «La Pulga Maldita»… Debutamos en el club Varela, y anduvimos por varios lados. En la Pulga estaban Juanita y María Denon, entre muchos más», cuenta.
Pronto a cumplir 84 años, está feliz con su vida. «Mi esposa es una gran madre, hace 48 años que estoy casado. Y siempre con la misma», nos dice entre risas.

-Háblenos de sus padres…
-Mi papá, Héctor, era jubilado del Ferrocarril Belgrano, donde había trabajado 40 años. Después, ya en Varela, entró a CLESA. Creo que Luis Pizzorno era el presidente. Estaban Pablo Sosa, Anastasio Villar… CLESA funcionaba en Maipú y Avenida San Martín. Era la Cooperativa Limitada de Electricidad y Servicios Anexos. Después se mudaron al edificio donde ahora está «Mi Pueblo», sobre la Av. Pte. Perón. Compraban materiales de electricidad y los vendían más baratos… Cables, llaves, lámparas, de todo.
-¿Y su madre?
-Mi mamá se llamaba Elvira Moro y hacía de todo. Cocinaba una tortilla y un budín de pan muy ricos, tortas, bizcochuelos… Vivió hasta los 97 años en donde ahora vivo yo, en la calle Pringles. Hacía adornos para vender y ayudar en la casa. Eran géneros bordados que se recortaban, se armaban flores y se usaban en los vestidos. Se ponían con almidón. Yo la ayudaba a recortarlos.
-¿A dónde iba a bailar en su juventud?
-A Mi Club… Vivía en Alsina entre Chacabuco y Cochabamba, a la vuelta. Era un boom… En los carnavales, en las Fiestas y los fines de semana. Ahí íbamos con la barra los sábados y domingos.
-Volviendo a su llegada a Varela… ¿En qué año fue?
-En octubre de 1955. Papá compró en Varela porque acá teníamos familiares. Entre ellos, los Cazabán, Néstor y María Elena, primos hermanos míos. Soy primo también de Jorge y Alicia Villar, y de Rodolfo Torrecillas, que fue Preparador Físico de River… Yo me llamo Hugo por su padre, que fue mi padrino. Yo venía a Varela desde que nací.
-¿Dónde hizo a sus primeros amigos?
-En el club Varela Junior. En el básquet, donde jugaban los hermanos Barbalán, Titique Rosselli, Jorge Dreyer… El presidente del club era mi tío, Anastasio Villar. El club tenía la casona en la avenida San Martín, todavía no estaba la pileta, y atrás estaba la cancha de arcilla en la que jugábamos al básquet, y donde después construyeron la cancha de paleta. La gente vieja, como Chencho Bracuto y Humberto Toscanini, iba a jugar a las bochas. Y Juan Bracuto manejaba el buffet. Estaba «Apichafoco», que era un sastre… A Bracuto le metíamos el teléfono adentro de la heladera y le decíamos: «Che, te llaman de la Antártida…», y él nos corría… Era una época maravillosa. Tenía una gran amistad con Coco Bruno, Bocha y Chiche Casariego…
-¿Cómo era aquel Florencio Varela?
-Una ciudad de casas bajas… Nada que ver con los edificios que se hicieron en los últimos 20 o 30 años. Otro mundo. Con el gordo Sala, Mario Coló y Jorge Villar íbamos en bicicleta a pescar a Arroyo de las Piedras y al Arroyo Davidson. Tomábamos mate con el agua del arroyo… Dejábamos la bicicleta en la calle y no pasaba nada… Pero una vez me la robaron. En el club Varela. Era una bicicleta de media carrera, francesa, que había traído de Banfield, y que había pintado Cholo Pacagnella, que tenía un taller en la avenida San Martín.
-¿Cómo conoció a su esposa?
-En el club, por el básquet. Íbamos a los partidos y había un grupo de chicas que nos acompañaban. Así nació la amistad… Lo curioso es que yo conocía desde hace mucho a Pacha, pero no sabía que tenía una hermana… Don Dionisio y Tota, mis suegros, ya me conocían y me recibieron muy bien. Yo estuve en la subcomisión de Varela Júnior y en la comisión directiva de la Asociación de Básquet de Almirante Brown como secretario de actas. Ahí jugaban Varela Junior, Taponazo, Luz y Arte, Burzaco F.C., Brown de Adrogué… En 1974 me casé y dejé esa entidad.

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