Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
María Belén González Martín es empleada de la tradicional fábrica de pastas «La Paloma», de nuestra ciudad, y quiso estar junto a su abuela, Estela, cuando el pasado 10 de julio...
María Belén González Martín es empleada de la tradicional fábrica de pastas «La Paloma», de nuestra ciudad, y quiso estar junto a su abuela, Estela, cuando el pasado 10 de julio la mujer, de 73 años, fue operada de la vesícula en la Clínica Luján, de Florencio Varela, tocándole vivir una situación insólita que contó para Mi Ciudad.
«Cuando solicité cuidarla después de la operación, me dijeron que para eso tenía que pagar», explica. Y agrega: «para quedarme tenía que abonar 50 mil pesos, en negro, decían ellos. Si yo quería un recibo, me cobraban el 21% por la factura».
-¿Quién te dijo eso?
-La empleada de internación. Y en el recibo querían poner que eran gastos sanatoriales, lo que yo tomé como un gasto de la paciente que no está generando. Me decían que la factura salía así, que era como un bloqueo de habitación. Pero yo les dije que no tenía problema de compartir habitación. No había bloqueo porque no pedí una habitación privada. Solo era cuestión de acompañar a mi abuela en su operación, sentada en una silla al lado suyo. Además, la habitación que le asignaron era para una sola persona. Me dijeron que fuera con una manta para pasar la noche, es decir esos 50.000 pesos no incluían ningún servicio.