Después de 45 años, dejó su trabajo en el club Varela Junior el querido Esteban Merele.
Después de 45 años, dejó su trabajo en el club Varela Junior el querido Esteban Merele.
Misionero, llegado con su familia a Florencio Varela cuando solo tenía cuatro años, el «Negro» como todos lo llamamos y conocemos, salió a «ganarse el mango» desde muy chiquito en un Taller Mecánico ubicado a la vuelta de la Escuela 22 de nuestra ciudad. Luego de varias actividades, un día lo llamaron para un trabajo de albañilería en el club del que no se iría por casi medio siglo. «Me trajo un señor que se llamaba Verón y trabajaba para Manuel Echavarría, a hacer albañilería –le contó hace algunos años a Mi Ciudad- Yo entraba temprano, y en el club siempre estaba Martín Calvi. Después me tomaron para tareas de manutención. En el bufet estaba Teo Gozainy y su hermano… Y conmigo trabajaban un señor que se llamaba Argentino, y un gallego, Pastor, que se iba a las siete de la mañana, después de haber baldeado todo. El presidente era Jorge Dreyer y el vice, Juan Tellechea, que me dio una mano muy grande para poder construir mi casa y me compró una camioneta... Yo entraba a las ocho de la mañana, y me iba a las doce de la noche, cuando terminaban de jugar a las cartas algunos socios como el Vasco Pagani y José Moreno, entre otros».
Hoy, después de una trayectoria intachable, en la que mostró su don de gentes, su solidaridad, su compromiso y su humildad, y habiendo conseguido el reconocimiento unánime de los socios de la entidad, muchos de ellos honrados con su amistad, el «Negro» ya no integra el plantel estable del Varela Junior. Pero seguirá siendo para siempre una parte grande de su historia.