El que las hace, las paga.



Editorial » 28/06/2025

Aunque baile como una quinceañera por horas y salga a saludar a sus fieles a cada rato, Cristina Kirchner tendrá que estar presa durante seis años y no podrá volver a ejercer ningún cargo público.

Aunque baile como una quinceañera por horas y salga a saludar a sus fieles a cada rato, Cristina Kirchner tendrá que estar presa durante seis años y no podrá volver a ejercer ningún cargo público. Y esto no es fruto de una conspiración internacional, de sus opositores, ni de los medios que no la quieren, sino el resultado de haberse robado, junto a los demás detenidos en la «Causa Vialidad», 84.000 millones de pesos, que actualizados, representan nada menos que 650.000 millones. Unos 540 millones de dólares.
Claro que la Justicia se tomó su tiempo. La causa demoró casi 17 años, pasando por todas las instancias y cumpliendo todos los requisitos que garantizaron el derecho a defensa de la ex Presidenta y el resto de los condenados, entre los que se destaca Lázaro Báez, el modesto empleado bancario al que los Kirchner transformaron en multimillonario entregándole discrecionalmente toda la obra pública de Santa Cruz y que hoy tiene tierras que equivalen a 13 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
La supuesta «persecución» que proclaman sus seguidores no tiene cómo sustentarse. La realidad es que la autoproclamada «abogada exitosa» que nunca presentó un escrito en Tribunales no puede justificar su enorme patrimonio, amasado en una «carrera» que sólo incluyó trabajos en la función pública. ¿Por qué nadie habla de persecuciones al resto de los detenidos, que fueron enviados a la cárcel sin tanta alharaca ni privilegios?
La confirmación de la condena a Cristina provocó que muchos otros condenados salieran a defenderla. Su corrupto ex vice Amado Boudou y el nefasto Guillermo Moreno fueron algunos de ellos. También nuestro ex intendente Julio Pereyra, otro mago de las finanzas que pasó de mendigo a millonario mágicamente.
Algunos de sus partidarios eligieron manifestarse con métodos más violentos. Así, pudimos ver a militantes de La Cámpora, algunos de ellos, actuales funcionarios del gobernador Kicillof, irrumpiendo a «romper todo» en las instalaciones del canal de televisión TN. Son los mismos que dicen que el amor vence al odio… Siempre que pienses como ellos.
Con una tobillera electrónica decorando su outfit, y después de haber tenido que imprimir sus huellas dactilares para el prontuario policial, tal como corresponde a cualquier reo, la histriónica ex mandataria que bramaba que «la historia iba a juzgarla» recibió el temido juicio y empezó a recibir su merecido. Pero esto es sólo el inicio. Todavía esperan las causas de Hotesur, los Cuadernos y el Pacto con Irán, que le costó la vida al Fiscal Nisman.
Que Cristina siga bailando. Cada uno procesa sus duelos como puede. Los músicos del Titanic también tocaban mientras el barco se estaba hundiendo.
El relato quedó sepultado por la realidad: Cristina está condenada por corrupta.
La esperan seis años –por ahora- sin poder salir a la calle. Y además, tendrá que devolver lo robado.
El que las hace, las paga.


TAMBIÉN PUEDE INTERESARTE