El triple crimen de Lara, Morena y Brenda en nuestra ciudad tuvo repercusión internacional, ya tiene diez detenidos y fue calificado como «femicidio» por la Justicia.
El triple crimen de Lara, Morena y Brenda en nuestra ciudad tuvo repercusión internacional, ya tiene diez detenidos y fue calificado como «femicidio» por la Justicia.
Como suele suceder, la trama de narcotráfico que quedó al descubierto en esta ocasión también fue utilizada políticamente, al intentar, desde el gobierno bonaerense, delegar responsabilidades y limitar el caso a una villa de CABA, como si en el Conurbano y en nuestra ciudad no existiera la droga ni los traficantes. Pero todo cambió cuando se supo que la casa de Florencio Varela en la que las chicas fueron torturadas y asesinadas pertenece a una alta dirigente de SUTEBA, mano derecha de Roberto Baradel en el sindicato, la docente varelense Silvia Almazán, y que quien alquilaba la casa es hija de una importante funcionaria de Axel Kicillof, la también docente Marcela Fabiana Guerrero, actual Directora de Gestión Curricular de Educación Primaria de la Provincia de Buenos Aires, en cuyo domicilio se instaló llamativamente una custodia policial desde hace varios días. Desde que se conocieron estos detalles, muchos dejaron de hablar del caso.
Almazán, que fue directiva de SUTEBA F. Varela y también se desempeñó como directora del Instituto para el Desarrollo Económico y Social Stella Maldonado, de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de la Argentina (CTA), ya declaró en el expediente y según informó el Fiscal que investiga el caso, el Dr. Adrián Arribas, de La Matanza, «por ahora no está vinculada al caso». Sin embargo, el funcionario adelantó que todavía hay tres o cuatro personas más a las que se busca detener por los asesinatos.
Por su parte, Celeste González Guerrero, la hija de la funcionaria bonaerense, quien es la inquilina de la vivienda, está detenida y realizó estremecedoras declaraciones sobre el crimen ante el Fiscal.