Días de terror

El terror manda en las calles varelenses. La impunidad reina, favorecida por la inacción de las autoridades.

Continuando una escalada de inseguridad de hace varios meses, en marzo pasado Florencio Varela fue nuevamente noticia a nivel nacional por dos asesinatos, la violación de una vecina y otros violentos delitos, en el lapso de apenas diez días.

La brutal muerte a golpes de Blanca Troncoso, una querida vecina de 69 años, jubilada, a quien mataron en su domicilio de la calle Misiones en horas de la tarde, conmovió a todo el país a través de su difusión en los noticieros nacionales.

Fueron sus propios vecinos los que llamaron a Leonardo, el hijo de la victima, porque habían escuchado ruidos en la casa de la infortunada mujer y la puerta estaba abierta. Cuando el joven llegó, acompañado por la policía, los agentes insólitamente se negaron a ingresar al domicilio, esperando por refuerzos, que recién arribaron al lugar dos horas más tarde. Dentro de la vivienda, esperaba una escena de terror: Blanca muerta y con su cabeza destrozada, en medio de un charco de sangre. Le habían robado solamente una notebook, que apareció tirada en un terreno lindero.

El mismo barrio había sido escenario de otros dos trágicos episodios el mes anterior: a pocas cuadras de la casa de Blanca, un joven fue asesinado de once puñaladas para robarle un celular, y a un hombre le entraron a robar y le cortaron dos dedos de su mano. Ninguno de estos hechos fue resuelto aún.

Asesinan a un quintero

Apenas unos días más tarde, fue un quintero boliviano de La Capilla el que fue ultimado por malvivientes que ingresaron a su domicilio para robarle el dinero obtenido con la venta de un camión.

Florencio Mamani, de 38 años de edad, descansaba junto a su familia, cuando tres delincuentes entraron a su casa y le exigieron los 150.000 pesos que habían cobrado por la venta de su vehículo, amenazándolo con armas de fuego, a él, su esposa y sus hijos. Ante su resistencia, le dispararon, hiriéndolo de muerte. Mamani fue llevado rápidamente al Hospital Mi Pueblo, pero no pudieron salvarlo.

También, en Bosques, una señora de 71 años fue víctima de una entradera, en la cual los ladrones la golpearon salvajemente, le robaron varios objetos, y hasta se llevaron su perro, un caniche toy.

En la misma semana, la empleada de un despacho de pan del Barrio Santa Rosa fue brutalmente golpeada y violada por un delincuente al que reconoció como habitual cliente del lugar. En este caso, y merced a que la valiente mujer dio la cara e hizo la correspondiente denuncia, el sujeto fue apresado por la policía.

Varios de estos hechos fueron reproducidos por la prensa nacional, pero son sólo algunos de los que a diario se

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