Por Justiniano
Otra Elección terminó y una vez más la gente se pregunta ¿por qué gana Pereyra? Si vivimos en una ciudad abandonada, con miles de personas sumergidas en la pobreza más extrema, sin agua potable, ni cloacas, ni asfaltos, ¿por qué la ciudadanía varelense se empecina en votar a un intendente que en más de 20 años en el poder no fue capaz de resolver ninguno de los enormes problemas estructurales que padece Florencio Varela? ¿Por qué se mantiene en el cargo a un hombre y un grupo político que a lo largo de dos décadas lo único que cambiaron fue su standard de vida, transformándose en millonarios, mientras que la ciudad se llenó de asentamientos y miseria?
Las respuestas pueden ser varias, pero de tan obvias, algunos prefieren no verlas. ¿Teníamos los varelenses grandes opciones en el cuarto oscuro, el pasado 25 de octubre? Veamos…
Por UNA, se presentó Daniel Zisuela, ex socio político de Pereyra, partícipe y responsable principal de la explotación de 200 obreros en la causa de «La Voz del Campo». Entre sus aliados se encontraba otro oscuro personaje del gremialismo zonal: el también concejal Juan «Lagarto» Olmedo.
Por Cambiemos, se postuló Dardo Ottonello, otro ex concejal y funcionario de Julio Pereyra, que saltó de partido en partido buscando una intendencia que se le sigue negando. Estuvo con De Narváez, con Massa y con Macri solo en los últimos tiempos. Y en 2013, no tuvo reparos en compartir una lista con Zisuela y Olmedo. Su lista este año dejó bastante que desear. En ella también estuvo otro saltimbanqui de la política, el ex radical-vecinalista- y ahora macrista «Corcho» Caparé, que en su paso como edil no se caracterizó por ser precisamente un «opositor» a Pereyra y que fue compañero de boleta nada menos que de Julio Carpinetti.
Por Progresistas, se presentó Alejandro Estupiñán. Honesto y trabajador, desempeñó con bastante esfuerzo su rol de opositor cuando le tocó ser concejal. Su esposa, Fernanda Rosselli, era la primera candidata a concejal. Más allá de sus virtudes y reconocida capacidad, ¿es necesario que un matrimonio se presente compartiendo una boleta? ¿No hay otra persona para integrar una lista que los de la misma familia? Por si fuera poco, la propia madre de Estupiñán, Carlina Díaz, también integraba la nómina. Y otro detalle: su alineación con el Centro Monseñor Angelelli no lo favoreció. La gente no quiere a los que promueven la toma de tierras, el corte de calles, y los «escraches» como si fueran los impolutos fiscales de la ciudad.
Por el Frente de Izquierda, Roberto Gellert, un docente de reconocida trayectoria y honestidad, volvió a ser candidato a Intendente. En su lista, la prácticamente desconocida Ernestina Godoy era la primera postulante al Concejo. Como suele suceder con las opciones de la Izquierda, sus propuestas suelen referirse más a la política nacional –y hasta mundial- que a lo local. A la gente no le interesa que le hablen del FMI ni de los Estados Unidos, quiere que le arreglen el bache de su casa, que no le peguen un tiro para robarle un celular y que le asfalten las calles.
Si a este panorama le sumamos el manejo del «Aparato», el reparto de puestos y dádivas, y los «favores» que deben devolver muchos que chupan de la ubre pública, queda claro por qué, desde hace más de 20 años, las Elecciones varelenses las gana Pereyra.