El Obispo Tissera alertó sobre “el flagelo de la droga” en la zona



Edición Impresa » 01/01/2016

Se realizó en el Cruce Varela la XX Misa de la Esperanza, organizada por la Diócesis de Quilmes.
La celebración fue encabezada por el Obispo Carlos José Tissera, frente a una multitud que oró por el lema: «Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados».
Como parte de las actividades del trienio de preparación para la celebración de los 40 años de la Diócesis de Quilmes en este año, la acción prevista es la misión por los barrios. Por eso, antes de la bendición final, el obispo entregó a cada parroquia una imagen de la Virgen de Luján, como signo de envío misionero que guiará a cada uno de los grupos parroquiales que participarán de la convocatoria.

 

Un poco de historia

El 26 de octubre de 1996, el Obispo Jorge Novak decía en la primera «Misa de la Esperanza»: »Estamos reunidos por un sentimiento religioso, ampliamente compartido. Hijos de Dios, redescubrimos, en el dolor generalizado, nuestra condición de hermanos en Jesús. Acercarse a Dios es experimentar su infinita sensibilidad frente al desamparo de tantas familias… No es voluntad de Dios que miles de padres de familias sean sometidos a la desesperación, al no encontrar soluciones a su estado de desocupación. No es voluntad de Dios que nuestros niños crezcan desnutridos, que nuestros jóvenes vean el horizonte cerrado a ideales de felicidad y de creatividad; que nuestros jubilados arrastren una existencia lánguida, casi como una agonía prolongada»
Pero 20 años más tarde, muchas cosas no cambiaron. Y ahora, el Obispo Tissera dijo en parte de su homilía: «Sin perder la memoria de tantas causas conquistadas, de tantos derechos reconocidos, de mucha vida entregada, seguimos enfrentando desafíos nuevos, profundizando el compromiso en la causa de los más desprotegidos. No olvidamos las realidades visualizadas en estos años anteriores, la problemática de las tierras, la tragedia de la trata de personas y del monstruo de la droga que causa estragos en el mundo de hoy, matando a los más indefensos. Este año venimos a unir nuestras voces llenas de esperanza para decir: «TIERRA, TECHO Y TRABAJO SON DERECHOS SAGRADOS». Hermanas y hermanos: hace 15 años, en su última homilía de la Misa de la Esperanza, el Padre Obispo Jorge decía: »Hay esperanza porque miles de padres de familia alimentan y aman con ternura a sus hijos. Hay esperanza porque muchos servidores y servidoras organizan comedores, para que niños y ancianos tengan por lo menos una comida al día. Hay esperanza porque muchos voluntarios y voluntarias están junto a la cama de los enfermos, como auxiliares de las familias y de los hospitales. Hay esperanza porque muchos docentes forman con amor el cerebro y el corazón de las nuevas generaciones. Hay esperanza porque quedan todavía funcionarios y profesionales honestos». Esa esperanza sigue viva en el corazón de este pueblo. Y eso nos da ánimo y nos compromete en el servicio a los pobres.».


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