Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
El crónico problema de falta de presión en el agua de Florencio Varela recrudece en cada temporada estival. La deplorable gestión de la empresa ABSA, envuelta en escándalos de todo tipo, llegó a su fin con el pase de nuestro distrito y otros siete a la cartera de la otra gran prestataria del servicio: AYSA. La autorización para mudarse de la empresa de capitales provinciales, muy vinculada al ex gobernador Daniel Scioli, a la de capitales nacionales, llegó de la mano de la Legislatura Provincial, que la aprobó en julio de 2016, eso sí, con la llamativa oposición del kirchnerismo, el bloque FPV-PJ y el Frente de Izquierda. ABSA estaba a cargo de nuestra zona desde 2002, cuando Néstor Kirchner la creó para terminar con Azurix, la empresa a la que Eduardo Duhalde, en pleno furor de las privatizaciones, le había entregado en bandeja la enorme clientela cautiva de la histórica Obras Sanitarias de la Nación, en la década del 90.
De los ocho municipios que AYSA (Agua y Saneamientos Argentinos S.A.) pasó a administrar desde fines de 2016 hasta hoy, el último en el que desembarcaron, en octubre de 2017, fue Florencio Varela. Y el panorama que la empresa encontró no fue precisamente el mejor: también en este rubro nuestra ciudad muestra un abandono que ya lleva más de tres décadas.
Para graficarlo, nada mejor que un ejemplo: Florencio Varela tiene 134 pozos. De ellos, solo 12 estaban en condiciones cuando AYSA se hizo cargo del servicio. Los robos de equipamiento, la total falta de inversión, las conexiones clandestinas y los destrozos que dejó la anterior gestión permitirían hablar sin vueltas de «la pesada herencia recibida».
Las promesas de Pereyra
De los 482.757 habitantes de la ciudad, sólo 243.241 (el 50,4 por ciento) tienen cloacas, y 342.000 (el 71 por ciento), agua potable. Que ambos servicios lleguen a la totalidad de la población fue una promesa que el ahora diputado provincial Julio Pereyra repitió sin ruborizarse –ni cumplir- durante cada discurso de apertura de sesiones del Concejo Deliberante, a lo largo de su más de cuarto de siglo como Jefe Comunal.
Ahora, un convenio firmado entre la Municipalidad y AYSA prevé una inversión de 8.154.783.000 pesos en obras de agua, y 5.556.187.528 pesos en obras cloacales. Esto representa un total de 13.710.970.528 pesos en obras que beneficiarán a 259.000 personas.
Además, la prestataria se comprometió a cubrir el 100 por ciento de los servicios de agua potable y cloacas en un plazo no mayor a ocho años.
Mientras busca afrontar este verano con camiones cisternas y cisternas fijas, además de sachets de agua que son entregados en puntos críticos del distrito, la empresa comenzó con una reconstrucción que llevará tiempo, pero en la que prometen no ahorrar esfuerzos.
Mi Ciudad entrevistó al Director de Comunicación y Prensa de AYSA, Diego Javier Muñiz, quien nos explicó qué es lo que están haciendo para solucionar la grave situación local, y cuáles son los planes para que Florencio Varela cuente en un futuro no tan lejano con un servicio acorde a los tiempos que corren.
-Comenzaron a operar formalmente en nuestra ciudad en octubre de 2017. ¿Qué fue lo que se encontraron?
-Ni bien llegamos a F. Varela comenzaron las altas temperaturas. Ahora estamos haciendo mantenimiento en los pozos, lo que genera que no podamos resolver rápidamente el problema del servicio, porque el estado en el que estaban la mayoría de ellos no era el adecuado.
-¿Qué tuvieron que hacer?
-De todo: rehabilitar pozos, cambiar cableados eléctricos, cambiar bombas, poner nuevos equipos dosificadores de hipoclorito de sodio…
-¿Qué son estos equipos dosificadores?
-Los que se utilizan para desinfectar el agua.
-¿Cuantos de los 134 pozos estaban aptos?
-Tuvimos que trabajar en 122. Hubo que rehabilitar 17, se hicieron trabajos con nuevos equipos de hipoclorito de sodio y cambio de bombas en unos 50, y otros 55 tuvieron trabajos menores. Pero bueno, de 134 tuvimos que trabajar en 122. Casi el 90 por ciento de los pozos no estaban en condiciones para prestar el servicio.
-Cuando habla de que no estaban en condiciones, ¿habla de robos de maquinarias?
-Hubo de todo. Tenemos fotos de instalaciones que se encontraron vandalizadas al extremo, esto en todos los municipios. Hubo muchas situaciones que nos obligaron a hacer tareas que no teníamos previstas, porque creímos que íbamos a dar el servicio, pero en muchos casos no se pudo porque antes hubo que reacondicionar las instalaciones y recién después empezar con el servicio. Por ejemplo en F. Varela pasó eso.
-Vandalizar es también sustraer…
- Las dos cosas. Desde instalaciones eléctricas a cosas menores. Por ejemplo, nos encontramos con una planta que no tenía cables… Y hubo que hacer una instalación eléctrica en una planta, o en una estación de bombeo. También tenemos planes de expansión del servicio, pero lo que nos ocupa por ahora es la urgencia para que se vaya normalizando la prestación.
-¿Cómo se provee el agua en Florencio Varela?
- Con estaciones de bombeo cloacal y baterías de pozos, porque todo el agua que se suministra en F. Varela es subterránea. El 95 por ciento del agua que prestaba AYSA hasta que entraron los nuevos municipios era agua superficial. La política nuestra siempre fue tomar agua del río, que nos parece lo mejor, y potabilizarla en nuestras plantas, que hoy son tres, una de ellas la de Bernal, que abastece la Zona Sur y en el futuro está planeado que provea también a Florencio Varela, para lo cual habrá que hacer un acueducto subterráneo que vaya hasta Almirante Brown y tenga un desvío hacia esta ciudad, con lo cual se proveerá ya no de agua subterránea sino de agua superficial, lo que además evitará ser tan electrodependiente. Acá estamos con el agua subterránea porque hasta ahora no hay otra alternativa.
-¿De cuánto es la presión que llega a los hogares?
-Los niveles de presión que tenían las cañerías en F. Varela antes de que tomáramos eran mínimos. En invierno eran de 0,5 mts. O de 1 mt. por columna. Eso significa que con esa presión si se pusiera un caño para arriba, el agua subiría un metro. Si están esos niveles en invierno, en verano no tenés agua, que es lo que está pasando hoy. Hay un problema de volumen de agua para satisfacer la demanda de la gente, que además consume mucho más por el calor que en meses de bajas temperaturas. Todo eso en medio de la gran cantidad de pozos que estamos rehabilitando. Aunque nosotros recién llegamos, los vecinos tienen derecho a quejarse, y tienen estos problemas desde hace tiempo. Ellos ven que sus reclamos son la única vía para que alguna vez se les solucione el problema.
-¿Hay algún plazo para llegar a la normalidad?
-Es muy difícil, la problemática es muy compleja. En algunos barrios serán días, en otros, semanas, y en otros mucho tiempo. Porque vamos a necesitar soluciones estructurales para Florencio Varela, más allá de que tenemos que seguir rehabilitando las instalaciones existentes.
-Las soluciones estructurales significan obras e inversión…
-Sí, inversiones importantes y obras. Hay un plan para Florencio Varela de agua, de 7900 millones de pesos, y en cloacas, algo parecido. Pero hoy lo más urgente es el tema del agua.
-¿Qué Plan es y cómo se va a financiar?
-Es el Plan Metropolitano que está en el Plan Nacional del Agua, y se está buscando financiamiento externo, ya que se va a financiar en parte con recursos del Tesoro Nacional y en parte con recursos de organismos internacionales de crédito.
-¿En qué consistiría en Florencio Varela?
-El sistema de AYSA funciona tomando agua del río, potabilizándola en las plantas, y enviándola a través de un acueducto. En la Planta San Martín, por ejemplo, despachamos unos 3100 millones de litros de agua por día, en la de Bernal, 2000 millones, y en la de de Tigre, 1000 millones. Es decir que tenemos una distribución de más de 6000 millones de litros de agua superficial por día. Eso va a un sistema de «ríos» subterráneos con varias estaciones elevadoras, que elevan el agua que pasa por esos conductos y la inyectan en el sistema. Lo que tenemos que hacer para poder prestar un servicio en esas condiciones en Florencio Varela es construír ese río subterráneo que abastezca con agua de la Planta de Bernal, que estamos ampliando, duplicando su capacidad. Y algo similar tenemos que hacer en Almirante Brown.