Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
¿El peronismo podrá perder alguna vez una elección en Florencio Varela? Si nos guiamos por la historia, la respuesta es negativa.
La única vez que un candidato de otra filiación política logró la intendencia por voluntad popular fue en 1973: con algo menos de 7000 votos, Juan Carlos Fonrouge, de la Unión Vecinal, ganó las Elecciones favorecido por la decisión del Justicialismo local de no presentarse a los comicios –motivada en el rechazo de la Justicia Electoral de la nómina encabezada por el ex jefe comunal Luis Calegari- y llamar a votar en blanco. Mientras que Ernesto Scrocchi (Partido Intransigente) sumó 2638 votos, José Félix Antonini (Unión Cívica Radical) 5112 votos y el Dr. Juan Spagnol (Nueva Fuerza), 495 votos, los votos en blanco… Fueron 23.240. Sin embargo, el peronismo se impuso con su lista nacional: el FREJULI que ungió a Héctor Cámpora como Presidente de la Nación tuvo en nuestra ciudad 27.929 votos.
Desde entonces hasta nuestros días, nunca un candidato no peronista ganó la Intendencia local.
Siguiendo con esta constante, y tal como se esperaba, las PASO no arrojaron grandes sorpresas en F. Varela. La lista de TODOS liderada por Andrés Watson obtuvo un cómodo triunfo, prácticamente doblando en votos a la de su principal oponente, Pablo Alaniz, de Juntos por el Cambio. Y las ilusiones de Mario Kanashiro, postulante de Consenso Federal, quedaron relegadas a un lejano tercer puesto que, habida cuenta de los obstáculos que tuvo en la campaña, igualmente fue meritorio. Por su parte, el Frente de Izquierda, que presentó a Tito Pazos como pre candidato a Intendente, se mantuvo en sus números históricos. Las cuatro fuerzas lograron el porcentaje necesario para competir en octubre por la intendencia y la mitad de las bancas del Concejo Deliberante de nuestra ciudad.
El corte
Hubo un importante corte de boletas dentro del oficialismo: mientras que Alberto Fernández sumó 151.594 votos, Watson solo consiguió 97.779. Es decir que cerca de 54.000 votantes de TODOS le dijeron no al pre candidato local. No es poco para un distrito al que se caratula como una “zona peronista” en la que “nadie corta boleta”, algo que ya quedaba desmentido en las no tan lejanas épocas de Julio Pereyra, al que también la gente separaba en gran cantidad de la boleta de Cristina.
En Juntos por el Cambio la proporción se invirtió: Alaniz tuvo 14.509 votos más que Macri, y unos 10.000 más que María Eugenia Vidal.
Y lo más llamativo fue que otra vez el voto en blanco se convirtió en una virtual “tercera fuerza”: 32.210 varelenses no pusieron en la urna ninguna boleta para intendente y concejales.
Con estos números, la suerte parece echada para octubre. Es difícil creer que Alaniz pueda ganarle a Watson, a no ser que esos votos en blanco y varios de los que eligieron diferentes opciones en las PASO ahora se vuelquen al ya candidato oficial del macrismo. Además, Watson espera crecer en la elección general, al contar con los más de 5000 votos que la otra vía de TODOS en F. Varela reunió con la pre candidatura de Lucio Berón.
¿Cómo ganarle?
Lo cierto es que, pasan los años y las Elecciones, y nadie encuentra la fórmula para cambiar el signo político que gobierna nuestra ciudad. Ni siquiera las más de tres décadas de atraso y abandono que vivimos son motivo suficiente para que el oficialismo pierda una elección en nuestro distrito. Hoy por hoy, la única forma de conseguirlo es casi una utopía, que tal vez quedará siempre en eso, aplastada por las ambiciones de algunos y las maniobras de muchos otros, y consistiría en armar un Frente enorme, que englobe a todas las expresiones políticas varelenses frente al pereyrismo. Y cuando decimos todas significa justamente eso: todas. Desde la Izquierda hasta Juntos por el Cambio, pasando por las diferentes vertientes peronistas que no comparten la forma de administrar que se viene desarrollando en este pueblo desde hace más de 30 años. Después de todo, a la hora de asfaltar una calle o llevar cloacas a un barrio, a nadie le importaría que esa obra la haga un marxista, un neo liberal o un progresista.
Para armar esa fuerza, solo deberían existir dos opciones a la hora de votar. ¿Es mucho pedir? Seguramente que sí. Pero las matemáticas dicen claramente algo: la mayoría de los varelenses no quieren que el oficialismo siga gobernando: Watson tuvo 97.779 votos sobre 235.231. ¿Qué pasaría si solo se decidiera entre dos candidatos, al estilo de un balotaje? Y aún más: ¿por qué no introducir esa variante de segunda vuelta en un futuro, que permitiría reflejar más estrictamente la verdadera voluntad popular?
Pero todo esto no es más que una especulación que roza la ciencia ficción. Octubre está a la vuelta de la esquina y todo parece sentenciado: Andrés Watson tiene todo servido para ser electo Intendente por cuatro años, en los que deberá decidir si será un apéndice de Julio Pereyra o si gobernará a su modo, con su gente y sus proyectos.
Los caminos no podrían ser más disímiles: uno significa mantenerse en la decadencia y el retraso que nos agobian desde hace años, y el otro puede determinar la apertura hacia un Florencio Varela diferente.