EL OTRO VOS

Treintena



El otro vos » 03/04/2020

Me levanté con la peor resaca después de la sobredosis de información del coronavirus que leí en los últimos días acá en Holanda. Es el primer día con dos dígitos de temperatura y sol del año. Entiendo que no hay nada de lo que pueda decir que resulte de actual relevancia. Esto no fue jamás sobre ciencia, no es para eso. Me parece interesante repensar la idiosincracia de los países respecto a las medidas que se tomaron. Acá por ejemplo, pasamos por una etapa de egoísmo extremo, luego de reflexión y acercamiento a la materia para empezar a repensarnos.

Al principio los holandeses compartían memes como el resto del mundo, se reían de lo poco afectivos que son y creían que el virus no iba a llegar nunca porque no se saludan cuando llegan ni se despiden cuando se van. Los holandeses son descreídos, no van al médico por nada a menos que el dolor sea extremo, no conocen lo que es un control anual o de rutina. Algunos, muy pocos se sacaron sangre alguna vez. Los holandeses nacidos hasta el año ´95 pueden no haber sido amamantados por decisión de la madre porque no lo recomendaban los médicos. En su mayoría, han experimentado con casi todas las drogas duras pero medicinalmente sólo conocen el paracetamol: lo usan hasta cuando duele el corazón de tristeza porque nadie va al psicólogo. Soy testigo de que si veían a un asiático en el transporte público, se corrían de asiento y hasta de vagón y usaban su bufanda de barbijo cuando tenían la mitad de casos que en Italia. Se reían, nos reíamos todos.

Para ir al trabajo, tengo o tenía que cruzar cada día el aeropuerto y hacer una conexión con una millonada de personas que viajan por día. Hace tres semanas con más de 1500 infectados testados en Holanda decretaron en mi trabajo, que la mayoría iba a empezar a trabajar desde las casas, pero yo no estaba entre aquellos afortunados. Yo tenía que seguir yendo hasta que luego de dos días revolucionarios, decretaron un estado de protección. Cerraron escuelas, cerraron lugares donde se pueden acumular más de cien personas, gimnasios, cancelaron los tres eventos mundiales más importantes para el país: la Formula 1, Juegos Invictus (olimpiadas para veteranos), el 75º aniversario de la libertad (luego de la Segunda Guerra Mundial). Y yo pude empezar a trabajar desde mi casa.
Eran vacaciones, las familias salían con los chicos en las bicicletas porque por primera vez estaban juntos en familia sin responsabilidades, o eso creían.

En dos días, se cayó el Ministro de Salud desmayado en el parlamento y se dio la primera Cadena Nacional desde los años ´70. El Primer Ministro dijo que es posible salir a dar una vuelta caminando respetando la distancia para reforzar el sistema inmunológico. Entonces miles de holandeses fueron a las playas. Decidieron ajustar las medidas de transporte y distanciamiento.
Entendí después de discusiones con mucha gente, que las políticas de sanidad se toman por país de acuerdo a la disponibilidad hospitalaria y las condiciones de la política económica que atraviesan. Volvió el papel higiénico al supermercado y la gente dejó de saquear los supermercados con cosas que no necesitan. Se dieron cuenta que los repositores de los supermercados, como los médicos, son condición sin la cual no se puede salir de ésta.
Se están limpiando los canales como nunca y Holanda, uno de los países con mayor cantidad de gente por metro cuadrado, está produciendo menos basura. ¿Y si el virus somos nosotros? preguntaron algunos.

No sabemos qué va a pasar en un mes, no podemos planificar nada. No sé cuando voy a poder volver a ver a mi familia sin que corra riesgo la vida de nadie. No puedo hablar más con Olga porque nadie puede acercarse.
Acá dicen que todos vamos a contagiarnos en algún momento, lo que hay que esperar para tener las condiciones de sanidad para poder atenderlos. No sabemos nada. No tenemos el control de lo que va a pasar. La globalización que tanto bien nos hizo, también nos pone en peligro.
Cumplo 30 años en unos días y ni siquiera puedo tener mi propia crisis de la década porque sólo puedo estar agradecida de poder cumplirlos.
Lo único que podemos hacer es pensar cómo queremos volver. Cómo no pasamos más tiempo con nuestros abuelos. Cómo naturalizamos tener salud, tener privilegios. Poder decidir.

Ahora que tenemos tiempo, decidamos por lo que queremos ser porque el otro también sos vos y podes ser vos en los próximos 30 años. Quédate en tu casa construyendo el mundo en el que querés envejecer.


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