Insólita ofensiva contra prestigiosos y queridos vecinos varelenses



Sociedad » 01/08/2020

Que la «Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia» de Florencio Varela se pretenda erigir en una especie de Santa Inquisición, determinando en forma maniquea quiénes son los buenos y quiénes los malos en nuestra comunidad es algo a lo que lamentablemente nos han querido acostumbrar en los últimos años.
El comunicado que dicho organismo emitió como respuesta a una nota de Mi Ciudad acerca del Instituto Santa Lucía y su fundador, fue fogoneado por el ex funcionario de Fernando De la Rúa y ex concejal José Luis Calegari, quien en otros tiempos se sirvió de estas páginas que ahora cuestiona para difundir sus actividades y denuncias. Además, este conocido especialista local en cortes de calles y toma de tierras, publicó durante años y con total libertad en Mi Ciudad su columna «Tribuna Radical» y hasta nos otorgó, a través de su Centro de Estudios El Frontón un reconocimiento por nuestra labor periodística. Por entonces, nuestra línea editorial no parecía molestarle demasiado. Es más, la aplaudía con entusiasmo.
Este pretencioso «Tribunal Ético» al que nadie votó, intentó ahora manchar el honor de algunos de los más queridos y respetados vecinos de este pueblo, cuestionando la participación del creador de Mi Ciudad, Ramón César Suárez, junto a Angel Basta, Jesús Llavona, José Luis Lozano, César Gatto, Miguel Iturbe, el Dr. Pascual Caiafa y Jorge Pardo, entre otros varelenses, la mayoría ya fallecidos, en una Comisión de Fiestas creada en 1979 para organizar las celebraciones del Santo Patrono y del General San Martín entre distintos actos. La «acusación» es tan ridícula que no merece mayores comentarios, pero agregaremos que nuestro fundador se fue del grupo a los dos meses de su creación, y que la comisión toda, cuyo fin era como es obvio, un servicio a la comunidad sin retribución económica alguna, no superó los seis meses de existencia. Sin embargo, el comunicado pretende utilizar este detalle para ensuciar a sus integrantes.
Hablar del fundador de Mi Ciudad y de cualquiera de los vecinos allí mencionados significa hablar de gente valorada y querida por sus virtudes y honestidad, que dejaron, cada uno a su modo, huellas de trabajo y generosidad en este pueblo. Poner en duda sus condiciones éticas y su honor es una acción repugnante y cobarde.
Claro que nada asombra si se observa que el comunicado también está rubricado por un «Movimiento» cuyos violentos integrantes fueron a la cárcel por atentar contra un acto de la comunidad judía y en cuya sede se encontraron armas de fuego y bombas molotov. Una gente que felizmente está en la vereda opuesta de la nuestra.
Pretender callar al periodismo e instalar un «discurso único» es una práctica que lamentablemente recobró vigor en los últimos meses en nuestro país. Pero a quienes lo intentan les tenemos malas noticias: hace 67 años que pese a los atentados, las amenazas y los juicios que superamos tanto en gobiernos militares como civiles, nadie logró silenciarnos, ni comprarnos, ni desmentirnos.
Constituírse soberbiamente en juez para dictaminar quiénes fueron los ángeles y los demonios del pasado con una vara desigual e interesada, que quita de las presuntas sombras a los compañeros de ruta o a sus parientes directos, requiere de una solidez moral y una legitimación que solo puede conseguirse mediante el arraigo y la consideración de la comunidad, o a través de las urnas. Pero los que nunca quisieron la Democracia no pueden hablar en nombre de ella. A la historia hay que contarla completa. Y nosotros la conocemos demasiado como para permitir que la distorsionen.

 

La Dirección.

 

 

No firmó el comunicado, pero la incluyeron

La actriz Magalí Insua, quien aparece entre los adherentes al comunicado de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de F. Varela, quiso dejar explícitamente aclarado que nunca firmó esa nota y que no está de acuerdo con su contenido, habiendo sido agregado su nombre sin su consentimiento.

 

 


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