Por Carlos Fernández
Carlos Fernández (Periodista y Locutor)
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Pensar sobre la discapacidad, nos suele suceder cuando solemos tener un acercamiento a alguien con alguna discapacidad, o que vos seas una persona con discapacidad. Pero hoy, les hablo a las personas que están leyendo estas líneas y están descubriendo a éste nuevo mundo…la Discapacidad.
Yo soy una persona con una discapacidad “adquirida”. Y hay quienes nacen con alguna discapacidad. Para quienes “adquirimos” ésta nueva condición, les aseguro que es muy traumática de aceptarla. El cambio de encarar y enfrentar a la vida después de un accidente, por ejemplo automovilístico, un ACV hemorrágico, una caída; muchas veces nos pone frente a un espejo al que no queremos mirar. Que es mejor lamentarnos, sentirnos defraudados, sentirnos “inútiles”, poca cosa, porque ya no podemos hacer lo que hacíamos antes (caminar, saltar, jugar al futbol, atender a tus hijos, asear tu departamento, y bla, bla, bla…)
¿Ya dejaste de decirte? ¡No puedo!, No puedo!
Después del “duelo” mental y de comenzar a preguntarte ¿y ahora qué hago?, hay que, primero de todo, a Aceptar tu nueva realidad y comenzar a conocerte…de nuevo (como cuando eras a penas un bebé). Una forma de aceptación (que a mí me ayudó mucho), es leer libros referidos al tema, viendo series y películas que reflejen una realidad similar a la nuestra y nos muestra que si alguien pudo superar estas “barreras” que solemos encontrar; nosotros también podemos.
Les comparto una breve reseña sobre una película que vi hace unos días; tiene como título original “Penguin Bloom”, y en los países latinos “Un milagro inesperado”, basada en una historia real.
A principios de 2013, una tragedia golpeó a la familia Bloom mientras Sam (la mamá), Cameron (el papá) y sus tres hijos estaban de vacaciones. Sam se cayó de un balcón de dos pisos, causando heridas casi fatales en su espalda. La apabulló el saber que nunca más podría caminar, hacer lo que ella hacia antes y ya no podía hacer; esto comenzó a afectar la cordura de Sam. Se volvió doloroso para ella estar confinada en casa y no poder hacer las cosas que ama.
Todo eso cambió el día en que Noah (su hija mayor) rescató a una urraca (pichón) herida, la cual tenía una incapacidad para volar, y a la que llamaron “Penguin”. La presencia de este pájaro marcó una gran diferencia para Sam y su familia. Sacándola, por momentos, del centro familiar. Ella hablaba con “Penguin” y disfrutaba de su compañía. Cameron cree que “Penguin” ayudó a Sam a recuperarse mentalmente, lo que la animó a reanudar su rehabilitación física. Cameron es fotógrafo y ha capturado muchos momentos conmovedores en la relación de “Penguin” con su familia.
La película fue filmada en la casa real de la familia y para entrar en más detalles, los actores usaron ropa y joyas que en realidad pertenecen a los Blooms. Después del accidente, toda la experiencia fue una curva de aprendizaje empinada para Sam, pero ella insistió en que la película no mostraba un final feliz. Hizo hincapié en que vivir con una discapacidad sigue siendo difícil y que «nunca lo aceptará realmente».
En la vida real Sam Blooms trabajó duro para su rehabilitación. Luego representó a Australia en el Campeonato Mundial de “ParaCanoa” 2015 en Milán. La última vez que la familia vio a “Penguin” fue el día antes de que Cameron y los niños se fueran a Milán.
Un claro ejemplo de la vida real, reflejada en una película, con duelo, aceptación y crecimiento en ésta nueva condición de ser una persona con discapacidad. Los invito a encontrarnos en mi programa de radio, “Bienestar y Otras Yerbas”, donde hablamos de temas que tienen que ver con la Salud, el Bienestar y la Discapacidad. O escribirme en las redes sociales, Facebook e Instagram poniendo el nombre completo. Los despido y les deseo buena vibra y hasta otro momento; “Abrazando la Igualdad, como un Derecho a ser Diferentes”.