Por Luján Kunzi
A comienzos de septiembre, varias escuelas de F. Varela recibieron un gran aporte de fondos por parte del gobierno provincial, destinado a refacciones de gas y electricidad. Pero varios colegios no estaban al tanto del monto recibido, ni de que los depósitos ya están hechos, ya que el Consejo Escolar no había dado el aviso a los directivos.
Uno de los casos más emblemáticos es el de la Escuela Especial Nº502, ubicada en Bosques, a la cual concurren decenas de chicos con discapacidad. Allí se estuvieron realizando, hasta el cierre de esta edición, trabajos de refacción y restauración, tanto eléctrica como edilicia desde principios de noviembre. La «obra», a la que se destinan 1.714.424 pesos, fue llevada a cabo por la empresa Vial Mere (que según Internet, se dedica al movimiento de tierras y excavaciones), y que fue propuesta por el propio Consejo Escolar, al parecer, por «ser el único oferente».
El hecho de que una empresa que no se dedica a este tipo de tareas sea la que los llevó a cabo, despertó gran desconfianza entre los padres y la comunidad educativa; ya que varios advierten que quienes llevan adelante los trabajos no están coordinados y todo lo que hacen es improvisado, además de que no cuentan con equipo y herramientas. Y por lo tanto, utilizan las carretillas y otros elementos que son propiedad de la escuela y que normalmente utilizan los alumnos de los talleres.
«Hace más de una semana que estamos sin clases, ya que se están «arreglando» filtraciones en los techos; recientemente nos contaron que el Consejo destinó más de 1.700.000 pesos para arreglos que no están haciendo», comentó Noelia, mamá de tres chicos hipoacúsicos que concurren al colegio. Además añadió: «Los padres no sabemos cuál es la empresa contratada, ni el arquitecto. Desde el Consejo Escolar no dan respuestas, ni hay cartel de obra y para colmo los « empleados» duermen en el trabajo». Una imagen que acompaña este informe da fe de esta última afirmación.
¿El Director «no sabe»?
Por su parte el director del establecimiento, Eduardo Acuña, dijo que «no sabía» quién era el responsable de la obra. «No sé qué empresa está a cargo de los arreglos, solo sé que la presentó el Consejo Escolar», dijo el director a Mi Ciudad y añadió: «Me presentaron al responsable de la obra, un señor llamado Pablo, no me dijo su apellido». Se trataría de Pablo De Abajo.
Por su parte, la presidenta del Consejo, Claudia Allerbon, no quiso recibir a los padres, ni a la inspectora y maestros quienes se habían acercado a la sede de Av. San Martín y Moreno a preguntar sobre el informe y ver el pliego de dicha obra. Por eso, llamaron a una reunión donde participaron los directivos y miembros de la entidad, que además contó con la participación de representantes del gremio de discapacidad, quienes en dicha reunión tomaron nota y hasta plantearon impulsar una queja al Consejo Escolar acompañada por una denuncia en el Ministerio.
Una de las circunstancias que más alarmaron a los padres fue observar cómo los albañiles rompían a mazazos las paredes de hormigón que estaban arriba de los caños de gas. Inclusive, un representante del Consejo Escolar reconoció en esa reunión que la estructura demolida no podía tocarse por su cercanía con esos conductos.
«Anteriormente estuvimos dos meses sin clases, ya que había pérdidas de gas y el director nos decía que los chicos debían estar en el colegio», comentó Noelia y añadió: «Durante los primeros arreglos, vimos que los empleados duermen en vez de trabajar y hasta uno de ellos fue al comedor a comer con los chicos, es una vergüenza, estamos hablando de personas que son ajenas al colegio».
Por otro lado, la empresa no quiere que ningún integrante o directivo esté dentro del colegio mientras hace las refacciones, y el propio Pablo De Abajo les ordenó a los albañiles que «no trabajaran mientras los maestros estuviesen ahí» aunque los mismos se apegan a un «Plan de contingencia» en donde se ubica solamente a un grupo de directivos para cubrir con las necesidades de la escuela, ya que el establecimiento no puede quedarse sin una autoridad.
Un informe extraño
Llamativamente, el Inspector de la Dirección Provincial de Infraestructura, Telmo Abadia, quien hizo el relevamiento sobre las «urgencias» del colegio junto al director y dos representantes de SUTEBA, estableció en su registro la necesidad de colocar una membrana cuando el colegio ya la tiene. En dicho registro también aparecen otras obras que el colegio no necesita, como la instalación de una descarga a tierra o un tablero eléctrico con los que el colegio ya cuenta o la compra de luces de emergencia cuando el colegio sólo trabaja durante el día y la tarde.
También, el informe detalla la adquisición de 24 ventiladores de pared, que la escuela ya posee.
La idea original de la obra era agrandar y multiplicar las salidas de desagües del techo, para posteriormente poner membrana como dice el informe técnico; aunque la realidad se aleja mucho de este proyecto.
«Ese dinero se podría destinar en arreglos y recursos necesarios para chicos no videntes, para los chicos sordos, o instalar otro tanque de agua y hacer que esta llegue a los baños del fondo, restablecer los baños que no están funcionando o restaurar el baño para los alumnos multimpedidos que no funciona», comentó una madre indignada a Mi Ciudad.
Los padres también resaltaron: «están tratando de justificar gastos por plata que no va destinada a ningún lugar».
Ante esta situación indignante, los maestros y padres del establecimiento decidieron elevar una carta abierta, no solo para dar a conocer lo que pasa en el establecimiento; sino también, para detallar el mal funcionamiento del Consejo Escolar y las malas decisiones que este toma. También destacan la inoperancia del director Eduardo Acuña, quien hasta el momento apañó todas y cada una de las decisiones impulsadas por el Consejo.
Una madre agregó: «Los arquitectos que vienen de La Plata eran muy mal hablados, nos contestaban con sarcasmo. Cuando una maestra preguntó qué pasaba si llovía y se filtraba agua en las aulas, la funcionaria Ona Castellani le contestó que los nenes no se van a ahogar por un poco de agua de lluvia».
Algo más: las refacciones no están publicadas en la página de la Dirección de Escuelas (ABC) como se hace con todas las obras, y no hay un cartel de obras en el colegio.
Y lo peor es que pese a los «arreglos» realizados, el agua sigue ingresando a las aulas en cada lluvia.