Habla Paula, la testigo clave que puede derrumbar al poder político Varelense.



Entrevistas » 01/12/2021

La vida de Paula Blanco es un martirio permanente. Testigo principal del juicio que llevó a la cárcel al poderoso líder gastronómico zonal y ex concejal peronista Daniel Zisuela, y clave en la nueva investigación que vincula a gente del poder político local con una red de prostitución de menores,

La vida de Paula Blanco es un martirio permanente. Testigo principal del juicio que llevó a la cárcel al poderoso líder gastronómico zonal y ex concejal peronista Daniel Zisuela, y clave en la nueva investigación que vincula a gente del poder político local con una red de prostitución de menores, le tocó sufrir, hace pocas semanas, la muerte de su hermano, cuyo cuerpo sin vida encontró en su casa, colgado de un árbol. Muy disconforme con la forma en que la Policía actuó en este caso, con un acta y un expediente plagados de errores, dice a Mi Ciudad: «Perdí a mi hermano en una situación muy extraña. Y esto pasó habiendo custodia en mi domicilio, telefónica y dinámica, porque tienen que pasar cada hora por acá. Él tuvo situaciones complicadas, pero era incapaz de tomar una determinación así. Quiero hacer responsables a todos si me llegan a matar o matan a alguien de mi familia».

Marcelo Blanco fue encontrado muerto el 2 de noviembre y todavía se desconoce el resultado de la autopsia. En el acta policial, aseguran Paula y también su madre, Alicia, se acumulan errores. Además, Paula debió atravesar otra circunstancia lamentable en la Comisaría Segunda. «Cuando fui a declarar, el comisario Barbieri le dijo a una agente: «¿Le puede tomar declaración a la hermana del ahorcado?». Fue terrible», recuerda conmovida.

«Me siento amenazada porque en mensajes de Facebook me dijeron que ahora era yo la que iba a aparecer «suicidada». Está interviniendo el Fiscal Provizionato y solo pido que se investigue como se debe», agrega.

En 2013, cuando denunció a un consejero escolar por acoso, la echaron de su trabajo. Poco tiempo después, con la inminencia de las Elecciones, conoció a Daniel Zisuela, que frecuentaba su barrio, San Nicolás. «Él me propuso ingresar a trabajar en los consultorios médicos del sindicato gastronómico, donde también trabajaban Martín Zisuela, Karina Funes y Fernanda Raimundo, en el Cruce Varela, para atender a la gente que iba con distintas necesidades, y siempre que pasaba me decía cosas desagradables y me manoseaba. Un día me citó en el bar Prince ´s y me dijo que me iba a pagar 5000 pesos por tener relaciones sexuales con él. Esa fue la única vez que tuvimos relaciones los dos solos, después ya era con otras personas, hombres y mujeres», relata.
«Todas nosotras teníamos apodos, que él nos los ponía. La modalidad era hacer cenas donde se juntaban todos y elegían a las chicas. Se usaban para eso una casa amarilla y un departamento de la calle Berutti. Ellos también tenían apodos. El apodo de Zisuela era el Narigón», agrega.

-¿Zisuela era la cabeza de esta red?
-Sí. Él era la cabeza de eso. A mí me había nombrado en el Concejo Deliberante, yo tenía mi recibo de sueldo, y tenía que traerle chicas y tener relaciones sexuales con él y con otras chicas.
-¿Cuánto tiempo duró todo esto?
-Desde 2013 hasta 2017.
-¿De qué manera las sometía?
-Nos amenazaba de muerte, jugaba con la necesidad, con no tener para comer. Jugó con todo eso. Yo vi como él le introdujo una botella de cerveza en la vagina a una chica. Aprovechaba que las chicas eran jóvenes, sin trabajo, algunas con nenes chiquitos a los que no podían darles de comer. Nos arruinó la vida. Yo me estoy quedando pelada por estrés. Había menores de edad. Era lo que más le gustaba a él. Y también a los otros. Al principio me utilizaba seguido, pero después, como eran muchas chicas íbamos rotando.

-¿Él lucraba con esto?
-Sí. Se intercambiaba dinero y a nosotras nos decía que le llevemos chicas, no viejas. Quería jóvenes. Para mí siempre fue una pantalla lo de la política, porque terminaba de hacer un discurso y después hacía todas esas cosas. A la que le tocaba, le tocaba. Si no accedías a lo que él quería, te cagaba a palos o te amenazaba. A mí muchas veces me amenazó con que iba a contratar a un adicto para que me matara y que parezca un accidente. Me torturó mucho tiempo con eso.
-¿De cuántas chicas estamos hablando que pasaron por esta red?
-Muchísimas. Más de cien.
-¿Siempre participaban las mismas personas de estos encuentros?
-Siempre eran los mismos. No puedo dar los nombres ahora porque está la investigación en marcha, pero son políticos, gremialistas y empresarios de Florencio Varela.
-¿Siguen siendo funcionarios y gremialistas?
-Sí. Todo sigue igual. Siguen en sus puestos, como sigue trabajando en la Municipalidad todo el entorno de Zisuela, uno de ellos, para colmo, en la parte de Género.
-¿Quién te ayudó con todo esto?
-No tengo ayuda de nadie. Nadie me quiere dar trabajo, nadie se quiere acercar a mí porque le da miedo, y más ahora con lo que pasó con mi hermano. Tuve la suerte de estar viva y poder contarlo, porque sé que muchas veces querían matarme por lo que yo sabía. Pero no es fácil denunciar algo, que te discriminen, que te den bola. Después toman represalias. Esas cosas hay que cambiar. Si no ¿de qué justicia estamos hablando? Si no fuera por el Fiscal Ichazo, nunca hubiéramos llegado a nada. Es una persona transparente y muy comprometida. Hay muchos casos, conocí muchas chicas. No nos olvidemos del triple crimen de las chicas en 2018.
-¿Creés que ese crimen puede estar relacionado con este tema?
-No lo sé pero yo vi como en el Concejo Deliberante Zisuela, cuando tenía todo el poder, se cagaba de risa con otra gente de lo que les habían hecho a esas chicas.
-Hay una nueva investigación en marcha. ¿Considerás que se está moviendo?
-Sí. Creo que se está avanzando, hay muchas escuchas telefónicas y pueden haber nuevos imputados.

El juicio a Zisuela marcó una necesaria bisagra en la política varelense. Por primera vez, y gracias a la acción del Dr. Daniel Ichazo, un Fiscal que hizo su trabajo con independencia y celeridad, un integrante del más alto poder local terminó tras las rejas. Pero el valiente paso de Paula por Tribunales no fue sencillo y todavía recuerda con dolor el «hostigamiento» que sintió en esa instancia de parte del abogado del ex concejal, el Dr. Daer, tanto dentro del palacio de Tribunales, como afuera de él. También, manifiesta su desazón por el silencio de las autoridades locales, que mientras anuncian rimbombantes políticas «de género» y difunden demagógicos mensajes con apropiados «lenguajes inclusivos» se esconden cuando los supuestos victimarios forman parte de su entorno.

«El Intendente Watson ni siquiera me llamó, nunca. Nadie se comunicó conmigo desde la Municipalidad, y eso que fui empleada municipal. Tampoco me llamó el diputado Pereyra. Yo sé que mi hermano no se animó a hacer una cosa así. Que averigüen lo que tengan que averiguar, que se haga justicia, y hago responsables a todos por lo que me pueda pasar a mi o a mi familia», reitera Paula ante este cronista.

-Cuando decís «todos» ¿a quiénes te referís?
-Al Poder Judicial, a la Municipalidad de Florencio Varela y a Zisuela.
-Decir «la Municipalidad» es decir el Intendente…
-Sí, un intendente que ni siquiera fue capaz de llamarme o decirme algo. Yo fui víctima, era empleada municipal, pero no le importó el tema, no le importó que haya otras chicas, nada.


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