Por Luján Kunzi
Ailén González, más conocida como Brasita, es una varelense de 25 años que desde su muy joven se sumergió en el mundo del freestyle.
Ailén González, más conocida como Brasita, es una varelense de 25 años que desde su muy joven se sumergió en el mundo del freestyle. Desde entonces comenzó a frecuentar diferentes plazas en distintos barrios, ganándose así el respeto en cada espacio. Su actitud, frescura y energía la llevaron a la final nacional de la Batalla de los Gallos.
»El freestyle es algo que me representa en la vida, que me permite improvisar en cualquier tipo de circunstancia», comentó Brasita a Mi Ciudad y agregó: «Muchas veces la vida te pone ante situaciones en las que uno no sabe cómo reaccionar y para mí la mejor manera de pararme ante la adversidad es improvisando, así trato de llegar por medio de eso a todos los ámbitos».
Brasita conoció el mundo del freestyle a los 9 años, por medio de sus padres. «Ellos eran metaleros, pero tenían un disco de Eminem que aunque no lo entendía, al ser rápido me gustaba mucho y eso me motivó», señala. Con el tiempo, llegada su adolescencia, comenzó a juntarse con sus amigos en una plaza en una Crew (un grupo de gente o amigos que se reúne para hacer conciertos, rimar, bailar breakdance o escuchar rap).
El Freestyle llegó por medio de un amigo de la secundaria, quien le mostró algunos videos, lo que la llevó a dar sus primeros pasos. A partir de entonces, las competencias en las plazas comenzaron, el punto de encuentro era la «Placita de los Enamorados» donde se realizaba el Varela New y luego se mudaron al Anfiteatro; donde aún se realizan este tipo de encuentros.
Brasita, no solo es una freestyler sino también docente, una amante de la poesía y madre de una hija. «El freestyle lo llevo mucho en mi vida maternal, ya que mi hija también vive inmersa en ese mundo», comentó. Aunque durante su embarazo, tuvo que alejarse de ese mundo, puesto que debía priorizar a su hija. «Si bien, tenía ganas de salir y de rapear, decidí alejarme un tiempo de eso que amaba por algo que después amé mucho más y lo bueno es que ella me entiende y me acompaña siempre», detalló.
A lo largo de su carrera puso todo de ella para alcanzar su meta y poder vivir de esto. Aunque el camino no fue fácil siempre logró ganarse el respeto de cada plaza en la que batalló. Como así también, su desempeño, su pasión y su arte la llevaron a consagrarse Campeona Invicta de Triple F (Federación de Freestyle Femenino). «Fue como una gran prueba para mí porque estaba volviendo después del embarazo, y darme cuenta de que podía ganar algo después de todo eso fue muy emocionante», recordó.
Entre tanto Basita apuesta al futuro, a seguir abriéndose caminos y poder generar mucha música, siendo esta una deuda que tiene consigo misma y que piensa saldar. «La idea es seguir compitiendo, seguir componiendo y sacar música de esto que tanto me gusta», comentó la joven.
Su arte se enfoca plenamente en la expresión. «Aprovecho cada espacio, sea un escenario grande o un bar, donde pueda expresarme. Para mi es lo primordial, lo más lindo que tenemos, hay que disfrutarlo un montón, hay que quejarse, enojarse, hay que dejar de mirar lo que es el resto y ponerle pilas a lo que uno decida para que te vaya bien», expresó.
El freestyle no tiene una postura como género musical, por lo que no tiene una perspectiva única en la que haya que enfocarse. Todo puede ser integrado a través de las rítmicas. «Lo que me mueve en mi música son las injusticias, me impactan mucho. Soy una persona que me cuesta mucho aceptar o naturalizar ciertas conductas que por ahí naturaliza la gente y las veo todo el tiempo», comentó Brasita.
Para esta artista, no hay un solo momento en que no deje de pensar en lo que la rodea. Sin embargo su música habla de hacer visible lo que no debe ser naturalizado, usando su voz para ello. «Tengo una voz y la puedo usar para expresarme, lo tomo como una responsabilidad y la voy a aprovechar», concluyó.