Carlos Aranda, un mozo varelense en la Casa Rosada

Oriundo de Santiago del Estero, llegó junto a sus padres y sus cinco hermanos a Florencio Varela, con tan solo 9 años.
“Mi padre se vino a Buenos Aires, específicamente Florencio
Varela, a trabajar, si bien había venido en el 1953 por un tiempo, pero en 1963 consiguió trabajo y nos vinimos todos”, recordó Carlos y añadió: “En Varela vivo hace 57 años, pero no se nos va la tonada de Santiago, la llevamos adentro con mucho orgullo”.
Sus inicios en la gastronomía fueron durante el servicio militar, a los 20 años, cuando era camarero de suboficiales. Luego de un tiempo, en 1978 comenzó a trabajar en el Ministerio de Economía, con una empresa de servicio de refrigerio.
Luego de casi diez años en ese espacio ingresó a trabajar a Casa Rosada. “Entré en 1986, durante la última época de Alfonsín. Estaba en la Secretaría General y luego de que uno de los mozos se jubilara, justo en el cambio de gobierno me llamaron a mí”, comentó con una sonrisa a Mi Ciudad y agregó: “Cuando pasé a Presidencia fue un gran cambio de ambiente, fue todo gracias a mi amigo Alberto Coronel quien me hizo entrar”.
En esos años, Aranda compartió grandes momentos.
“Acá hay mucha historia y me acuerdo como si fuera hoy, cuando Bush padre almorzó acá en 1991”, recordó y añadió: “También atendí a Clinton, Obama y muchos otros”.
Desde su lugar Aranda tuvo mucha afinidad con los distintos mandatarios, la misma confianza y aprecio que sigue teniendo hoy en día. “Fueron muchos años en Casa de Gobierno, si bien siempre tuve más afinidad con algunos presidentes y con otros no tanto, pero va por fuera del pensamiento político”, dijo y recordó:
“Con quien tuve más afinidad fue con Menem, también con
Alberto a quien conozco desde hace muchos años, desde 1989, siempre fue una excelente persona el trato que tiene con nosotros y la verdad es que es un nombre de mucha confianza”.

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