Una versión patriótica del ayer Varelense

Un sol ardiente que posó su toque de mágica primavera a la mañana otoñal que no fue ni fría ni lluviosa en aquel despertar por los años treinta, adhiriéndose así al Día de la Patria. La zona céntrica de la ciudad naciente estaba conformada por 100 casas y la hoy coqueta Avenida San Martin conocida como Calle Real o Camino a Mar del Plata era un rosario desperdigado de edificación con sólo dos casas con primer piso, una conocida como “Casa de altos” o de Dapena, en la intersección con San Juan y “El Atalaya”, frente al Monumento de la Bandera.
Amanecía y turbaba nuestro sueño infantil el estruendo de las bombas disparadas desde la Municipalidad por el querido Pedrito López (Gandariño) en la salva infaltable de los días patrios. Primer enunciado de los festejos confeccionado por la imprenta de Fidel Villar a franjas diagonales celestes y blancas que peones municipales fijaban en las paredes un tanto dispersas en las diez calles empedradas de la ciudad en potencia.
Banderas y gallardetes celestes y blancos en la Municipalidad,
la plaza y el Monumento al Gral. San Martín y algunas otras de los vecinos que respondían al pedido de “Se invita al vecindario a
embanderar el frente de sus casas.”

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