Un artista varelense sorprende con su gran ingenio y talento al emplear materiales que son considerados inútiles, para combinarlos en una estructura que constituye en una obra.
Un artista varelense sorprende con su gran ingenio y talento al emplear materiales que son considerados inútiles, para combinarlos en una estructura que constituye en una obra. Su trabajo causa gran impacto en redes sociales, donde publica la mayoría de sus artículos, que despiertan un gran interés entre los vecinos. Principalmente porque todo su trabajo, está hecho con chatarra reciclada.
Conocido dentro del ambiente como Rodrigo del Santo, su nombre real es Rodrigo Correa e impactó en la cultura local sin ningún tipo de apoyo, puesto que todo su trabajo es realizado a pulmón. «No estudié en ningún lado, pero conozco muy bien de metales y sé soldar y con eso arranque», dijo a Mi Ciudad.
«Todo se fue dando un poco de casualidad, cuando comencé a publicar fotos de mi trabajo en las redes. Ahí en diversos grupos de reciclaje mostraba mis obras y a la gente le agradó», agrega. Rodrigo es único de los pocos escultores que trabajan de esta manera en Florencio Varela y no se siente reconocido dentro del espacio cultural del distrito.
«En un momento hice un par de exposiciones con el Municipio, ya sea en el museo o en la Peatonal… En un principio estaba todo bien, porque pensaban que yo era peronista», comentó Rodrigo y añadió: «Pero cuando se dieron cuenta de que yo no tenía ninguna preferencia política automáticamente me dejaron de llamar».
Asimismo, detalló que en varias oportunidades le habían solicitado esculturas para diversos espacios del distrito, proyectos que nunca fueron concretados. «La gente de Cultura me dijo de hacer una escultura para el Hospital, ahí fue que decidí hacer un robot, para los chicos que se encontraban haciendo terapia», explicó y detalló con tristeza: «Lo armé y desde entonces nunca se contactaron conmigo, el robot quedó ahí armado, abandonado junto a otras esculturas».
Entre otros pedidos que le fueron solicitando, Rodrigo contó que lo convocaron para hacer una escultura para Defensa y Justicia. «Me solicitaron una lista de materiales para ese trabajo y yo solo trabajo con chatarra, no compro nada para mis obras», señaló y agregó: «Busco materiales que necesiten la menor intervención posible para mi trabajo, al parecer eso fue algo que les molestó y por 30 mil pesos menos buscaron a un escultor de Quilmes».
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Rodrigo no solo se destaca por su gran visión y trabajo con metal, sino también con madera. Pero más allá de su talento se siente pisoteado por los representantes de la cultura local, quienes según él han hecho menos a su trabajo, solo por no pertenecer a un partido político.
Por otro lado, este es el medio que este vecino tiene para vivir, puesto que debido a un problema de salud no puede conseguir empleo. «Difundo mi trabajo a través de publicaciones y golpeando puertas, haciendo que mis obras hablen por mí y reflejan el trabajo que hago», manifestó.
Rodrigo espera seguir trabajando en esto que tanto le apasiona, además de tener su propio espacio, para lo cual está en búsqueda de patrocinadores que quieran apoyarlo en esta travesía. «Me las tengo que rebuscar solo, por eso también hago cosas en madera, como juguetes, porque está difícil la situación».
No obstante, muchas de sus obras fueron expuestas en la UNAJ (Universidad Nacional Arturo Jauretche), y aún se encuentran en las inmediaciones del predio. Allí, además de ser parte del paisaje del lugar, pueden ser admiradas por los vecinos que quieran conocerlas.
Por último concluyó: «Me habían dicho desde el municipio de participar de unos talleres como soldador, pero resultó ser todo cuento, fueron promesas vacías. Porque acá en Varela no hay gente que haga esto, que es un gran trabajo que se hace a base de materiales reciclados, con mucha imaginación y esfuerzo propio».