El escritor y docente varelense Rodrigo Ures fue uno de los ganadores de los tradicionales Premios «Pregonero» de este año, otorgados por la Fundación El Libro.
El escritor y docente varelense Rodrigo Ures fue uno de los ganadores de los tradicionales Premios «Pregonero» de este año, otorgados por la Fundación El Libro.
La entidad, que organiza la Feria del Libro Infantil y Juvenil, otorgó el «Pregonero de Honor» al escritor e ilustrador Istvansch., En esta edición, el jurado estuvo conformado por Adela Basch, escritora; Julieta Botto, periodista y especialista en LIJ; Nora Lía Sormani, escritora y especialista en LIJ; con la presidencia de la editora Gabriela A. Pérez.
Los Premios Pregonero fueron instituidos por la Fundación El Libro como adhesión a la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires. Se entregan anualmente desde 1990.
«Impresionante peso simbólico»
Sobre esta especial distinción, Rodrigo declaró a Mi Ciudad: «El premio pregonero es el más relevante para aquellos que trabajamos para las infancias. Tiene un peso simbólico impresionante porque recuerda al gran Javier Villafañe, titiritero y trotamundos que abrió caminos en el campo del arte y el espectáculo para chicas y chicos. De alguna manera nos pone en alerta para que sigamos trabajando con profesionalismo y responsabilidad.
Cuando me avisaron desde la Fundación El Libro la decisión de premiarme sentí una alegría inmensa por el reconocimiento a tantos años de trabajo. Un trabajo que comenzó y sigo desarrollando en diferentes partes del mundo, pero que tiene su origen en Florencio Varela. Estoy muy orgulloso de mi ciudad, y que las experiencias que me tocan “pregonar” nacieran acá, en la escuela, con las chicas y los chicos de esta ciudad, de hecho compartí el premio con ellos citando a José Martí que, en el prólogo de “La edad de Oro”, dice: “Para ellos trabajamos…”
Cuando me preguntaron sobre la continuidad de mi trabajo después del Pregonero comenté sobre un proyecto que estoy queriendo compartir con toda la comunidad de Florencio Varela, es la realización de una “Escuela de Espectadores” donde la idea es poder hacer de puente entre el público y creativos después de disfrutar de un espectáculo teatral. Mi idea es poder hacerlo al aire libre, en nuestra plaza, con artistas nacionales y con autores de diferentes partes del mundo a través de videoconferencias. Eso es ser pregonero, traer buenas noticias y construir puentes que inviten a encuentros éticos y estéticos».