Por Carlos Straub
Todos los barrios de esta ciudad tienen problemas con el agua en el verano. En la zona de la calle Malta entre Bonn y Avenida Bélgica, este drama no sólo es exclusivo de la época estival, sino de todo el año, ya que los vecinos ven salir de las canillas apenas una línea del vital elemento y en los peores días absolutamente nada.
Todos los barrios de esta ciudad tienen problemas con el agua en el verano. Parece un tema recurrente pero increíblemente las empresas concesionarias se van sucediendo unas a otras y el calvario no tiene fin.
En la zona de la calle Malta entre Bonn y Avenida Bélgica, este drama no sólo es exclusivo de la época estival, sino de todo el año, ya que los vecinos ven salir de las canillas apenas una línea del vital elemento y en los peores días absolutamente nada.
Mi Ciudad estuvo en el barrio con algunas vecinas quienes manifestaron su hartazgo por esta situación.
«Desde septiembre que directamente no tengo agua. Nada -dice Blanca- y reclamé a la empresa, al ente regulador y a la Municipalidad y nadie me dio ninguna respuesta, y ni siquiera la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires en La Plata. Vinieron dos veces a cargar porque los vecinos pararon al camión y lo obligaron a que cargue y después de eso volvió a pasar y cargó sólo en tres casas. AySA me contestó el lunes 20 de diciembre que era todo un problema estructural y que están viendo si van a cambiar o no las tuberías. Una tarde pasó COSUGAS que es una empresa contratista, vino, revisó y me dijo que si AySA no autoriza a habilitar los pozos, no va a haber agua nunca. Esto es cada vez peor, el año pasado por lo menos había baja presión pero agua teníamos, pero ahora cero»
Otra de las damnificadas que desconocía que el Intendente Watson está en el directorio de AySA aclaró que «por ahí cuando ellos tiene ganas, te largan a la madrugada un poco de agua. Eso me sirve a mí por ejemplo para llenar el tanque, pero después tenés miedo de gastar porque no sabes cuándo te vas a quedar sin nada y lo que es peor: cuando van a volver a dar agua. No podemos bañarnos, usar el baño, cocinar, nada…Es un verdadero desastre. De siete días de la semana pasada, sólo uno tuve agua y gastamos un dineral en bidones. No se puede vivir así y nadie sabe nada. No hay solución a la vista».
En el momento de la nota, las canillas estaban secas y no sólo para todos los frentistas de la calle Malta, sino también para los de Cerdeña , Bonn y San Marino en vísperas de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, año que van a seguir con un problema que arrastran desde hace mucho. Ahora la empresa tiene la palabra.