El hartazgo



Editorial » 01/09/2023

La gente se cansó. La sorprendente victoria de Milei en las PASO desató todo tipo de análisis y especulaciones.

La gente se cansó. La sorprendente victoria de Milei en las PASO desató todo tipo de análisis y especulaciones. Pero la más certera es la más simple: la gente se hartó de los de siempre, de las promesas incumplidas, de los que saltan de un espacio político al otro, de los que gobiernan hace décadas hundiendo al país en la degradación más humillante pero se reciclan una y otra vez vendiéndose como la solución a los problemas que ellos mismos generaron.
Con un presidente fantasma, una vice escondida y un ministro - candidato que promete arreglar mañana lo que está rompiendo hoy, por un lado, y con una oposición que convirtió su interna en un conventillo, creyéndose gobierno antes de tiempo, por el otro, el camino para que gane Milei quedó allanado. Algo similar ocurrió en otros países donde quienes se mostraron como «afuera del sistema» también fueron los elegidos.
Los motivos sobran. Pobreza, inflación sin control, inseguridad, relatos vacíos, falsas inclusiones, funcionarios que ostentan sus privilegios, revisionismos estériles, desesperanza… En las últimas semanas, se sumó el retorno de los saqueos, a los cuales el gobierno y su claque seudo periodística se esforzaron justamente, por no nombrar como «saqueos», en un repetido método de buscar ocultar realidades modificando la terminología con la cual se las define.
Pero no se puede tapar el sol con una mano. Los números del fracasado triunvirato peronista Alberto-Cristina-Massa son vergonzosos por donde se los mire: 39 por ciento de pobreza, 54,7 por ciento de niños pobres, dos millones de nuevos pobres en el último año. A esto hay que sumarle el 115 por ciento de inflación anual.
Para colmo, hay que escuchar a la inefable vocera presidencial decir que en la Argentina «no hay hambre», mientras a pocos metros de su soberbio atril, en la Plaza de Mayo, todas las noches cientos de personas van a buscar un plato de comida que generosos integrantes de distintas ONGs ponen a su disposición.
Aunque la «fiesta» no se detiene: desde que Massa es Ministro, el Estado sumó más de 54.000 nuevos empleados públicos. Algo así como decir: «Hagan un esfuerzo, que nosotros seguimos derrochando».
Haciendo grande a su «enano fascista» interno, integrantes del Gobierno buscan intimidar a los votantes. Walter Correa, el Ministro de Trabajo de Kicillof, amenazó a los residentes en la Antártida, advirtiéndoles que si Milei gana en octubre, «se van a quedar allá porque nadie los va a hacer regresar». En la misma línea, el Cuervo Larroque dijo que si no gana Massa nos espera «la disolución nacional». Es curioso: hasta el 12 de agosto, esta gente le echaba la culpa de todos nuestros males a Macri. Desde el 13, se la echan a Milei. Pero los que gobiernan son ellos. Y sería bueno que se hicieran cargo.
La gente está cansada de que se la subestime. De la propaganda política con música épica e imágenes emocionantes, pero sin contenido. La gente quiere que le digan claramente cómo y cuándo van a arreglarle la vida, en un país donde este gobierno y muchos anteriores, se la vienen jodiendo desde hace años.


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