Tarde-noche triste la del 19N en la Komarca.
Tarde-noche triste la del 19N en la Komarca. Aunque el peronchismo se llevó la victoria local como es habitual, la catarata de votos que juntó Peluquín Sinley arrasando en todo el país hizo que la runfla gobernante, desde el Doctor Pintita hasta Cristiano el Secre, de quien desde Prensa ahora mandan sus fotos votando como si fuera Henry Kissinger –porque es un buen tipo, sí, pero… ¿a quién le importa la foto de Cristiano votando?-, se sumiera en la peor de las decepciones. Ni qué hablar del Uno, que se infló tipo pez globo, como siempre que algo lo preocupa, pero una vez que se fumó una chalita relajante y se tranquilizó, corrió a pedir los teléfonos de los libre-tarios para empezar con la rosca lo antes posible. Encima, Pintita le había puesto el pecho a la campaña como nunca antes. Ponderando al candidato en cada discurso, llenando el pueblo con su caripela en cientos de carísimos afiches que ya nos imaginamos quién pagó, y haciendo micromilitancia, buscando convertir en peronchistas a los más gorilones, advirtiendo sobre los riesgos para la Democracia en caso de victoria libre-taria, y sembrando miedo porque si a Chiquitoff le cortan los víveres, Chiquitoff se los va a cortar a él, y por consiguiente, a nosotros, los komarquinos. Si hasta se paseó con Sergito Garcca por el Parque Industrial y todo. ¡Con Sergito! Al que hace un par de años él y todos los suyos puteaban en cuatro idiomas… Cuando el que lo militaba era el ahora invisible Poncharello. Pobre Poncharello. De esa época no le quedó ni el bigote. Pero el domingo negro fue todavía peor para la Casimepela. ¡Pobre Hortensia!, ya no tiene palenque donde rascarse… Su vida política es como una montaña rusa: Arrancó de chiquita, como peroncha por herencia, después se metió en el kirchpunguismo y la López Rega, militó con el Hombre-sin-labios, se arrimó a Lavaina, buscó infructuosamente un carguito con Hortensio Faltazzo y hasta tuvo un conchabo público con un sueldazo en el desgobierno del fracasado ElBeto… Saltó al marquismo, donde la recibió con los brazos abiertos el Jocker Gutiérrez Carreta, recorrió la Komarca renegando de su pasado con su paje Palito de Anís –todo sea por un voto- y cuando se venía el balotaje… ¡Se mandó otra voltereta y dijo que había que votar a Sergito Garcca! Una de dos: o el olfato le falla como a perro ñato, o tiene menos suerte que un chileno clasificándose para el Mundial. En cualquier momento sale a comprar farolitos rojos para reabrir el pirulo de la mami, porque de algo hay que vivir…
El Lobo.